martes, 31 de diciembre de 2019

LOS BAILES EN LAS FESTIVIDADES NAVIDEÑAS


Estamos inmersos en el periodo que abarca la celebración de la Navidad y el fin de año, fechas muy significadas y significativas de recogimiento familiar, de reunión con amigos y conocidos y de cierta licencia para el divertimento. No podemos obviar la enorme carga religiosa que mantenía y, hoy en día todavía, mantienen las fiestas entorno a la Navidad, pero esta religiosidad siempre era acompañada en los pueblos de ciertas connotaciones lúdicas que no escapaban a nadie. Estas celebraciones eran la excusa perfecta para organizar bailes que tenían su continuidad en la celebración de fin de año. La verdad sea dicha que el nivel de exigencia de los jóvenes, y no tan jóvenes, de aquella época de clara postguerra era muy reducido y cualquier ocasión para dar rienda suelta a la diversión era bien aprovechada.
Así pues, aprovechando precisamente el momento de Navidad y Año Nuevo, queremos retroceder en el tiempo para mostrar con algún detalle más preciso, como nuestros mayores solían celebrar estos días tan especiales desde su aspecto más lúdico y festivo, para lo cual recuperamos el escrito de Pedro Ruiz Avilés en el que se describen esos momentos en aquellos bailes en la Sociedad de Caza y Pesca.
(de izda. a drcha) Paco Vazquez "Moquilla", Antonio Martinez "el Mono", Nicasio Sánchez "Barriles", Julian Hervás "Botanas" y José Rodríguez Villalba "Joselón"

BAILES DE SOCIEDAD.

Los bailes organizados por la Sociedad de Caza y Pesca en el salón de la planta primera del Bar Iberia, enseguida rebautizado por uno de sus propietarios, Joaquín Sánchez, como bar “El Pintor” en homenaje a su profesión, constituían uno de acontecimientos más relevantes de las “largas noches navideñas” en El Puente durante el cuarto de siglo de la posguerra española, entre 1940-1965. 

Colocados sobre una tarima de madera de unos 20 m2, traspasado el arco central y en el rincón alejado de la puerta de entrada, se situaban los 5-6 músicos de “Nuestra Orquestina”; y digo bien, puesto que sus actuaciones se circunscribían al pueblo y a sus aldeas (El Tamaral, Peñolite, Los Cortijos Nuevos), más alguna aldea y cortijada aledaña; deleitando a la afición durante unas 5 horas de velada nocturna en los días grandes de Navidad, Año Nuevo y Reyes.

A la hora de citar a los componentes del conjunto musical, debemos considerar no sólo citarlos por su nombre y apellido, sino también, y dicho respetuosamente, por su apodo; por lo que tendríamos que decir que la guitarra española era competencia de Paco Vázquez, “Moquilla”; del acordeón se ocupaba Nicasio Sánchez, “Barriles hijo”; el laúd, y a veces la vihuela, eran la especialidad de Antonio Martínez, “El Mono”; los instrumentos de cuerda, y básicamente las guitarras, eran competencia de José Rodríguez, ”Joselón”; la bandurria, eran los acordes con los que nos obsequiaba Julián Hervás, “Botana”; y según el ritmo del negocio de las consumiciones, Joaquín Sánchez , “El Pintor”, se sumaba con otro instrumento de cuerda.
Actuación del grupo Los Mariachis

Boleros, pasodobles, cuplés, valses, tangos, rancheras, sevillanas y corraleras constituían el rico y variado repertorio, interpretados con estilo y con algún ripio y “morcilla” de cosecha propia, imitando más o menos felizmente, a las figuras cantoras de aquellos tiempos: Pastora Imperio, Concha Piquer, Juanita Reina, Imperio Argentina por las féminas, más Antonio Molina, Juanito Valderrama, Miguel de Molina o Luis Mariano por ellos. Un “lingotazo” de morapio o anís del Mono intentaba acudir en auxilio de la maltrecha garganta de nuestros intérpretes musicales. Al final, el remedio no resultaba, pero su enorme voluntad, ni se dudaba. La Violetera, El Relicario, La Bienpagá, Suspiros de España, María de la O, Méjico Lindo, Soy Minero, El Emigrante, e incluso, ¡qué osadía para su “crónica” ronquera!, Valencia o Granada…eran las piezas más pedidas e interpretadas por la audiencia, colocada de pie o sentada en sillas de enea, abierta en semicírculo alrededor de una hipotética pista.
Bar Iberia, llamado de "El Pintor"

Además de los insignes músicos del pueblo solía actuar, avanzada la velada, una “animadora”, algo ligerita, para entonces, de ropa, por arriba y por abajo, que intentaba enseñar y mejorar las destrezas bailadoras de los asistentes. Alguno se atrevía, ajeno a los comentarios, las pullas y los mohines, un tanto reveladores de disgusto de las mozas y de las “carabinas” de su pandilla y vecindad. Recuerdo a una que vino acompañada de un ciego buscavidas que recitaba romances, “El Hermano Juan”, que “remanecía” de la parte de los montes de la Sierra de Segura en Albacete, quien, tanto en la verbena como en el sombrajo formado junto al bar, salpimentaba sus actuaciones con coplillas “resalás” y “picantes”. Para muestra un botón:
”No hay especia como el ajo/ni fruta como el madroño/
tampoco mocica que no se ría/ cuando le tocan el…moño”.
Joaquin Sánchez. "El Pintor"

En pocos años, la fama de estos bailes se expandió, hasta el punto de que hubo de limitarse la entrada, generándose así un indisimulado cabreo por parte de forasteros venidos de La Puerta, Orcera , Siles, Beas, Torres, Villanueva , Villacarrillo y hasta de Bienservida y Alcaraz. Este enfado acababa “en caliente”, metidos a la fuerza en sus vehículos y, cuando el enfrentamiento era de más gravedad y/o los implicados no reunían “condiciones” para regresar, iban a dormir a la trena municipal.
"El Terne"

Durante los años 60 del pasado siglo, el Puente de Génave, como la mayoría de los pueblos del interior peninsular, sufrió el duro proceso de la emigración. Coches, autobuses (El Terne) y hasta camiones (Flas), fueron utilizados para transportar a nuestros vecinos y sus enseres camino de otros mundos y, fundamentalmente, de Cataluña y la costa levantina. También los componentes de la Orquestina emprendieron la misma ruta, dando por finalizadas aquellas actuaciones musicales. Actuaciones que algunos paisanos, gentes del pueblo y de otros sitios, frisando ya como mínimo los 70 años, recordarán con añoranza. Son viejos, pero para mí y para El Puente, no mejores tiempos.

¡Así lo vivimos para contarlo!

Pedro Ruiz Avilés '16.

lunes, 16 de diciembre de 2019

SALVADOR TOUS, UN DESTERRADO EN PUENTE DE GÉNAVE

SALVADOR TOUS. VIDA Y OBRA EN PUENTE DE GÉNAVE.

Por José Ant. Molina Real 

Es evidente que un personaje singular y significativo de nuestra historia fue D. Salvador Tous Santamaría. Este personaje, que recaló en Puente de Génave durante la postguerra fruto de circunstancias particulares que, la recién acabada contienda, produjo en diversas familias y personas, supo adaptarse a las dinámicas de sus gentes ganándose su respeto y consideración a raíz de su esfuerzo y trabajo en un municipio, trabajo que había sido impuesto por la autoridad para cumplir con la pena de destierro, como lo era, por aquel entonces, en el pequeño pueblo de la Sierra de Segura llamado Puente de Génave.
Obreros durante la construcción del Ayuntamiento de Puente de Génave.
Salvador Tous situado el primero a la izquierda.

La procedencia de Salvador Tous era sevillana, allí había desarrollado su actividad profesional y allí residía su familia. Pero la familia Tous era originaria del pueblo catalán de Igualada, donde su abuelo, D. Nicolás Tous y Soler, fue cofundador de la empresa La Maquinista Terrestre y Marítima dedicada a actividades metalúrgicas, quien casó con la francesa, nacida en Saint Jean de Luz, Marie Caze, siendo uno de los hijos de ese matrimonio D. Nicolás Tous y Caze, padre a la postre del personaje que no ocupa.
Parque de La Maquinista situado en el lugar que ocupaba la antigua industria en Barcelona

D. Nicolás Tous y Caze, al tiempo que abordó los estudios de ingeniería y cercanos ya los treinta años, en 1891, dejó la empresa familiar y se trasladó a Bilbao para impulsar una nueva empresa metalúrgica. Allí, durante su segundo año de estancia, conoció a Anastasia Santamaría, de 23 años de edad, nacida en Castrogeriz (Burgos), que se había trasladado junto con su familia en busca de mejores posibilidades de vida cambiando el duro trabajo rural por el industrial, cuestión que, en tierras vascas, estaba en ebullición gracias a un importante desarrollo siderometalúgico y minero. El matrimonio tuvo varios hijos, siendo la mayor Elena, al que siguió Román al año siguiente, siendo Salvador, en 1899, el tercero en nacer en la ciudad de Barcelona donde posiblemente, en una visita familiar, sorprendió el parto a sus padres; cuestión también a tener en cuenta con el nacimiento de su cuarto hijo, Nicolás, que lo hizo en Saint Jean de Luz, lugar de origen de la abuela materna.
Bilbao y su zona industrial 

Queda evidencia de su espíritu emprendedor que le llevó a diversos lugares de la geografía española para mayor desarrollo de su actividad profesional, como fue recalar en Getafe (Madrid) donde nació su siguiente hijo Luis, en 1909, incluida una corta estancia de tres años en Linares (Jaén) entre 1915-18, para después desplazarse hasta Málaga para instalarse definitivamente en Sevilla a mediados de los años 20. El hermano mayor, Román, se trasladado a Barcelona, unos años antes, para completar sus estudios de ingeniería, pasando después a desarrollar su actividad profesional en la empresa familiar, La Maquinista, junto a su abuelo hasta que decidió presentarse a oposiciones como profesor, y como toda la familia residía allí, adquirió la plaza docente en la Escuela Elemental y Superior de Trabajo Industrial de Sevilla de la que llegó a ser nombrado director en 1935.
Escuela de Trabajo Industrial de Sevilla

Su posición en la ciudad le sirvió para colaborar activamente con Carlos Pickman, propietario de la Fábrica de Cerámicas de la Cartuja en Sevilla, por lo que no es una teoría imposible el pensar que la familia había por aquel entonces recalado en Sevilla, siendo este el posible lugar donde sus hermanos cumplimentaron su formación, siguiendo Salvador estudios de aparejador trabajando en la dirección de obras de la Compañía Sevillana de Electricidad, Nicolás de perito industrial, adquiriendo importantes conocimientos en radiotelegrafía por lo que trabajó  en la Compañía Telefónica primero y después, gracias a su hermano, en la Compañía Sevillana de Electricidad y Luis que estudió medicina y ejerció su profesión en Sevilla también.
Fachada de la Cia. Sevillana de Electricidad donde trabajó Salvador Tous

Allí, en la capital andaluza, los Tous se integran con mucha facilidad, desarrollando una actividad profesional y social intensa, hasta que se desató la guerra civil. La capital hispalense cayó rápidamente en manos del bando sublevado y la represión con aquellos simpatizantes republicanos no se hizo esperar. La familia Tous no había escondido sus tendencias políticas, además de su condición de catalanes, y pronto fueron foco de esta represión. Román tuvo que escapar refugiándose en Argentina donde falleció en 1941, Nicolás fue acusado por sus conocimientos en comunicaciones de espía siendo salvado de ser fusilado en el último momento por amigos falangistas de la propia capital. Sus hermanos también estuvieron en el punto de mira por su clara afinidad por lo que sufrieron diversos tipos de represalias.
Fachada del Ayuntamiento de Puente de Génave de estilo Regionalista Andaluz

Salvador fue desterrado a Puente de Génave, nuestro pueblo, siendo otra vez Jaén y sus paisajes de olivares lugar de destino de Salvador; pasando a ponerse a servicio de las autoridades locales, quienes aprovechando su condición de aparejador le encargaron la redacción del proyecto de construcción de la nueva sede del ayuntamiento del municipio que, hasta ese momento, había tenido diversas casas prestadas o alquiladas de la localidad haciendo dicha función. No dudó Salvador Tous en seguir la estela del diseño arquitectónico que se había desarrollado en capital sevillana y expandido por toda Andalucía desde principios del S. XX, y el ladrillo rojo del estilo arquitectónico conocido como regionalista andaluz será la principal de las características del nuevo edificio que se inauguró en 1945.
Fachada de la Casa de José Luna

La otra persona a la que se reconocerá su trayectoria es Salvador Tous Santamaría, nacido en Barcelona en 1900. De profesión perito aparejador vivió esporádicamente en las ciudades donde su padre, directivo de La Maquinista Terrestre y Marítima era trasladado, afincándose definitivamente en Sevilla, lugar en el que la familia fijó su residencia. A esta ciudad llegó en un momento de enorme desarrollo urbanístico, donde el modernismo había evolucionado hacia un estilo arquitectónico propio llamado Regionalismo Andaluz de la mano, fundamentalmente, del arquitecto Aníbal González responsable de obras de la Exposición Universal de Sevilla de 1929. Con él trabajó Salvador Tous y se impregnó de la majestuosidad de su obra, de sus formas geométricas limpias, simétricas, del empleo de materiales y adornos cerámicos que proporcionaban un aire neomudejar a sus construcciones.
Central hidroeléctrica de La Vicaría

En su estancia en Sevilla también desarrolló una importante actividad política y sindical, siendo miembro del Partido Social Revolucionario y del Sindicato de Técnicos de la Confederación Nacional de Trabajadores de carácter anarquista. Durante la Guerra Civil llegó a ser Comandante Jefe del 19 Batallón de Obras y Fortificaciones del Ejército Republicano, y estuvo la mayor parte del tiempo en Jaén, si bien el final de la contienda le sorprendió dirigiendo las fortificaciones de la zona de Levante, siendo apresado y encarcelado en Orihuela, y después trasladado a la prisión de Jaén, donde tras un año y después de un juicio sumarísimo de urgencia, fue absuelto de los cargos que le imputaban y puesto en libertad. Parece ser que no se le permitió volver a su lugar de residencia y recaló en Puente de Génave en condición de “desterrado”. Aquí permaneció hasta 1953, fecha en que sus hermanos, ante la grave enfermedad que le aquejaba, lo llevaron a Sevilla, donde falleció poco tiempo después.
Fachada del edificio del Bar Iberia

La estancia de Salvador Tous en Puente de Génave, en total soledad, alejado de la ciudad de Sevilla y de los suyos, en los primeros años de postguerra debió ser dura, pero fue un auténtico regalo para el pueblo, que lo acogió con generosidad como correspondencia a la voluntad de trabajo y servicio con la que recaló en él. Bajo su tutela se construyeron una serie de edificios, tanto públicos como privados, de gran belleza y que son una modesta muestra, en este alejado lugar, del Regionalismo Andaluz arquitectónico.
Iglesia parroquial de Peñolite

Tal vez el más representativo sea el propio Ayuntamiento, uno de los más icónicos y representativos de la provincia; pero antes de su ejecución, había dirigido las obras de la Central Hidroeléctrica cercana a la finca de La Vicaría en el cauce del río Guadalimar, así como algo después construyó el edificio de residencia de la familia Luna, también donde se ubicará el Bar Iberia (Bar El Pintor), la casa de D. Antonio Campayo, la casa de Antonio Garcia frente a la Caja de Ahorros, la Iglesia de Peñolite junto también a otras obras menores, siendo su última actuación urbana,  ya al final, antes de caer enfermo y partir hacia Sevilla, la realización de unas fuentes públicas en la carretera y el diseño de la fuente de la Plaza de la Iglesia que no llegó a ver acabada y concluida en 1953.
Fuente de la plaza de la Iglesia

Los elementos cerámicos utilizados en sus construcciones como elementos decorativos de sus fachadas, característicos de aquel estilo arquitectónico, en su mayoría pudieron proceder de la Real Fábrica de Cerámica de La Cartuja de Sevilla, con la que la familia había tenido importante vinculación a través de Román Tous. Elementos como el famoso jarrón que llevaba a contener un escudo de la ciudad hispalense con la inscripción NO-DO símbolo de la ciudad, el buzón de correos, la imagen de San Isidro y toda la composición azulejera, incluido el nombre del establecimiento familiar, de la casa de Pepe Luna procedieron de Sevilla gracias a los contactos que aún conservaba en aquella ciudad.
Jarrón del Ayuntamiento con la inscripción de NO-DO

Qué distinto sería hoy Puente de Génave sin la obra de Salvador Tous Santamaría, sin esa bocanada de modernidad y buen gusto arquitectónico que aportó, cuestión que no fue detalle baladí para su población, y aunque haya pasado bastante tiempo, la corporación municipal, en nombre de toda su ciudadanía, ha querido rendir merecido homenaje a aquel vecino que durante más de una década dejó su huella y recuerdo imborrable, honrándole con el nombre de una calle en la zona próxima a la Escuela Infantil y al Polideportivo Municipal, cuestión que sus familiares y descendientes, ubicados en su mayoría en el Valle de Arán leridano, agradecerán en su memoria.

Fte. Carrer dels Senyors. C. Romani. ( jt )

martes, 26 de noviembre de 2019

HORNOS DE SEGURA, REFERENTE TURÍSTICO COMARCAL.

UN ALCALDE ENTREGADO A SU PUEBLO.

Dentro del apartado de personajes relacionados con Puente de Génave y, por extensión, con la Sierra de Segura, presentamos a Juan Antonio Gila Real, alcalde de Hornos de Segura. La motivación no la tenemos que buscar sólo en que ha desarrollado una intensa labor desde su responsabilidad política durante cinco legislaturas, sino en su gran vinculación con Puente de Génave, pues hay que reseñar que su madre, Cándida Real de la familia de "los zapateros" era originaria de nuestro pueblo y que él mismo, desde bien pequeño, desarrolló parte importante de su vida en Puente de Génave. Por ese motivo, y recién estrenado su cargo al frente de la alcaldía de Hornos de Segura allá por el año 2000, quiso hacer referencia a ese pasado en nuestro pueblo al tiempo que mostrar sus intenciones dinamizadoras y de proyectos de futuro para su pueblo, cuestión que ha conseguido con creces y que hoy son clara realidad. No podemos olvidar que Hornos de Segura es en la actualidad un referente turístico en nuestra comarca con actuaciones como el Cosmolarium, el Complejo Lúdico del Tranco con el barco solar o la reserva cinegética del Collado del Almendral, proporcionando a su casco histórico el suficiente potencial para convertirse en centro de destino turístico. 

Juan Antonio Gila Real. Alcalde de Hornos de Segura

Cuando me propusieron escribiera unas palabras dirigidas a las gentes de Puente de Génave, tengo que confesar que acepté con muchísima ilusión, aunque al tiempo sentí una enorme responsabilidad pues eran muchos los recuerdos, momentos y alegrías que tengo de ese querido pueblo. Porque por si alguno no lo sabe, yo también me siento parte de él y mis raíces son compartidas con todos los puenteños; y el motivo es fácil de entender ya que mi madre nació en Puente de Génave, yo mismo fui bautizado en su iglesia, y mi familia, “los zapateros”, me consta son queridos y apreciados por todos.
El río Guadalimar en el paraje del Zurrión
Los primeros recuerdos que tengo son los relacionados con mis abuelos maternos Secundino y Dolores, aquella zapatería en la calle San Isidro, llena de herramientas, utensilios y zapatos por arreglar en un desorden controlado; también recuerdo a mis tíos y los veranos que pasaba con mis primos Jose Carlos y Jose Toñi, y algún que otro amigo, bañándonos en el río, en el Zurrión, junto al molino viejo, con la imagen de mi tío Luis pescando desde su balcón que, ahí continúa, suspendido sobre el mismo río; y como no, mi primera película en el cine de verano situado detrás del cine Lubreras.
Secundino y Dolores, "los zapateros", con sus hijos Luis y Cándida
Después, y tras el periodo de formación y estudios en Jaén en el que estuve un poco más alejado de Puente de Génave, vuelvo a sentirme otra vez cercano a vuestro pueblo, fundamentalmente por mi familia, los amigos de siempre y por otros nuevos, que por diversas circunstancias de la vida se van conociendo y que, en algunos casos, me han servido de ejemplo en mi vida y trayectoria profesional y política.
Juan Antonio Gila con su madre Cándida Real
Pasé de ver a Puente de Génave con los ojos de un crío que sólo pensaba en divertirse y pasárselo bien, a ver un pueblo que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, labrándose unas perspectivas de futuro idóneas, que repercutirán positivamente en beneficio de todos sus habitantes, pero también como parte fundamental del desarrollo de toda la comarca de la Sierra de Segura. Actuaciones como la Escuela de Agricultura Ecológica “Sierra de Segura”. El Vivero de Empresas o el Centro de Congresos con eventos tan importantes como Ecoliva han reafirmado a nuestra Sierra en un primer plano en el sector del aceite de oliva ecológico.
Hornos de Segura
Esta visión emprendedora es la que me gustaría que alcanzáramos en mi pueblo, Hornos de Segura, para alcanzar desarrollo de áreas como el turismo rural, la conservación del medio ambiente, la potenciación del patrimonio histórico entre otras. Con todo ello se podrán conseguir mejoras y avances como los conseguidos en Puente de Génave para convertirlo en un pueblo y un entorno mucho más dinámico de lo que es en la actualidad tratando de darle una dimensión que lo lleve a ser referente en toda la comarca de la Sierra de Segura, como lo es ya Puente de Génave.
Inauguración de Complejo Turístico de El Tranco
Vuestro pueblo, que también es el mío, es para todos los serranos un lugar dinámico y alegre, especialmente en fiestas, lugar de encuentro de aquellos que emprendieron el camino de la emigración y de los muchos visitantes de otros pueblos de la Sierra. La interrelación con Hornos es mucha, ya que me consta que son muchos los puenteños que nos visitan para disfrutar de nuestros incomparables paisajes y también de nuestras ya populares fiestas de agosto, viviendo en franca armonía momentos particularmente agradables.
Inauguración del Cosmolarium en el Castillo de Hornos
Aprovecho estas líneas para desear todo tipo de venturas y prosperidades para vuestro pueblo, y os animo a seguir con ilusión en el desarrollo de proyectos de futuro que sirvan para hacer más próspero Puente de Génave y con ello a toda la sierra de Segura.

Juan Antonio Gila Real

Alcalde de Hornos

martes, 12 de noviembre de 2019

MORISCOS Y ESCLAVOS EN LA SIERRA DE SEGURA

Dentro del recorrido por la historia de nuestra Sierra de Segura, Carlos Javier Garrido hace perfecta referencia a aquellas minorías olvidadas que contribuyeron con su esfuerzo al desarrollo de la vida y las dinámicas de vida de nuestro entorno. Esclavos y moriscos vivieron y protagonizaron durante el S. XVI y XVII un importante papel dentro de la economía y la sociedad de la Sierra de Segura.

MINORÍAS MARGINADAS EN LA SIERRA DE SEGURA S. XVI Y XVII: MORISCOS Y ESCLAVOS

Carlos Javier Garrido García

INTRODUCCIÓN

La historia tradicional, hasta fechas recientes, había estado muy centrada en el análisis de los grandes procesos políticos, económicos y sociales que habían afectado al devenir de la Humanidad, prestando especial atención a la historia de las élites, que se suponían dirigían todos esos procesos, y marginando a la mayoría social que los sufría y cuya presión a veces los motivaba. Ello empezó a cambiar a finales del siglo XIX con la historiografía marxista y con la eclosión de la Historia Social, representada a principios del siglo XX por la llamada “Escuela de Annales”, gracias a la cual la historia del común de la población, y, dentro de ella, de los grupos marginales empezó a ser considerada como algo digno de ser historiado y, de hecho, en centro de atención historiográfica preferente.
Carlos Javier Garrido Garcia
En esta ocasión, pretendo aportar noticias sobre dos grupos marginales presentes en los siglos XVI y XVII en la Sierra de Segura: moriscos y esclavos. Para ello, utilizo algunas referencias bibliográficas y el análisis del libro 1 de Bautismos de la parroquia de Santiago de la Espada, que abarca de 1589 a 1641, aunque los datos anteriores a 1615 son bastante fragmentarios. En cuanto al concepto de marginalidad a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, hay que tener en cuenta que el surgimiento de los Estados-Nación en esa época, junto con el desarrollo del capitalismo y los descubrimientos geográficos, supusieron el desarrollo cada vez más fuerte de discursos de la diferencia, que en el caso de España empezaban a marcar claramente la diferencia entre el español y el elemento alógeno. Los elementos que podían significar que un determinado grupo acabara considerándose como al margen de la sociedad de la época eran muy variados, destacando la etnia, la religión o la situación socioeconómica.
Pirámide de estructuración social
Dentro de los variados grupos marginales de la época moderna peninsular, destacaron básicamente dos: los moriscos, marginados por sus características étnico-religiosas, y los esclavos, por las socioeconómicas, aunque con un origen igualmente étnico-religioso.

MORISCOS

El proceso de “reconquista” llevado a cabo por los reinos cristianos a costa del Al-Andalus musulmán supuso que numerosas comunidades islámicas quedaran dentro de aquellos, pasando así al estatus mudéjar, que les permitió mantener sus leyes, religión, propiedades y costumbres. Este fue también el caso de la Encomienda de la Orden de Santiago de Segura de la Sierra, en la que la conquista castellana desarrollada a principios del siglo XIII supuso el mantenimiento de numerosas aldeas mudéjares dependientes de la villa de Segura y de las aldeas cristianas de ella dependientes.
Densidad de población en España S. XVI
Sin embargo, la emigración hacia el último reino peninsular existente, el de Granada, y el fracasado intento de sublevación de 1264 determinó la desaparición de estas aldeas mudéjares en la zona que nos ocupa. Como el último reino musulmán en ser ocupado fue el de Granada, conquista que culminó en 1492, los Reyes Católicos iniciaron en este año su política de uniformización religiosa con la conversión o expulsión de los judíos. Tal política terminó por afectar también a los mudéjares, minorías marginadas por los castellanos, obligados a la conversión en 1500-1502. De este modo la población mudéjar pasa al estatus morisco, es decir, se convertían de derecho en cristianos, pero de hecho seguían marginados por su origen musulmán, lo que explica hechos como la fiscalidad diferencial a que fueron sometidos.
Expulsión de los judíos. 1492

     Por otra parte, la conversión obligatoria y en masa determinó que los ahora moriscos siguieran manteniendo gran parte de sus creencias religiosas musulmanas, estrechamente unidas a sus prácticas culturales, dando lugar al llamado criptoislamismo: cristianos en lo exterior que en el ámbito privado seguían manteniendo sus prácticas ancestrales. Frente a ello, las autoridades civiles y religiosas castellanas pusieron en marcha una política cada vez más intensa de aculturación, lo que unido a la cada vez mayor presión socioeconómica a que eran sometidos, determinaron el estallido de la rebelión morisca en el reino de Granada entre 1568 y 1571. Una de sus consecuencias fue la expulsión de los moriscos granadinos a otros reinos castellanos, entre ellos los de Murcia y Jaén.
Bautismo de moriscos. S. XVI
Es ahora cuando el problema morisco vuelve a afectar a la Sierra de Segura. En principio parece que no se asentaron ningunos moriscos expulsados en esta zona, ya que en el registro de 1581 no se citan, constando tan solo el asentamiento en zonas cercanas como Villanueva del Arzobispo con 116 moriscos, Villacarrillo con 74, Sorihuela del Guadalimar con 36, Iznatoraf con 54 y Hellín con 144. Sin embargo, en 1610 ya hay registradas 74 personas de origen morisco en Segura de la Sierra, lo que coincide con el acusado descenso de los moriscos presentes en algunas localidades de su contorno, lo que mostraría un fuerte movimiento migratorio hacia la Sierra de Segura, zona en expansión socioeconómica y demográfica en el siglo XVI. Así, para entonces en Villanueva del Arzobispo había 58 moriscos y en Sorihuela del Guadalimar 12. Las 74 personas asentadas en Segura de la Sierra, no sólo lo hacían en esta localidad, sino también en las villas y aldeas de ella dependientes. Este era el caso de Santiago de la Espada, entonces Puebla de Santiago, en la que a través del análisis de sus registros parroquiales hemos localizado a una de estas familias moriscas. Se trata de la formada por Diego Martínez y María Rodríguez, que en 1590 bautizaron a su hijo Diego y en 1593 a su hija Ysabel (ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTIAGO DE LA ESPADA, Libro 1º de Bautismos, partidas de 8/11/1590 y 8/10/1593).
Sublevación en las Alpujarras. 1568

Finalmente, la población morisca fue expulsada de la península a partir de 1609 por Felipe III, justificando la medida en la falta de asimilación de la cristiandad por parte de este colectivo y el peligro que suponía mantener en el reino a una población que era aliada potencial de los enemigos berberiscos y turcos de la misma. La expulsión de los moriscos andaluces y murcianos fue decretada en enero de 1610 pero se encontró desde el principio con la oposición no sólo de los moriscos sino también de las élites castellanas que estaban interesadas en mantener esa mano de obra. Esto hizo que los comisarios de la expulsión tuvieran muchas dificultades para llevar a cabo su cometido, como fue el caso del licenciado Toledano, encargado de reunir para su expulsión a los moriscos de Segura de la Sierra y su distrito, que incluía a las villas de Yeste, Hornos, Siles, Albanchez y Santiago de la Espada. Así, en carta dirigida al marqués de San Germán, dirigente de las tareas de expulsión, el 8 de febrero de 1610 desde Segura de la Sierra, reconocía que por entonces aún no había conseguido reunir las 24 familias y 75 personas que conformaban la población morisca de su demarcación, solicitando ayuda. De hecho, según informe del conde de Salazar de enero de 1611 todavía quedaban en el partido de Segura de la Sierra 32 casas de moriscos, ya que “yendo marchándose para Cartagena los embargó el Vicario general de Yeste diziendo que tenían todos presentados ynformaçiones de buenos cristianos”, informaciones estas que fueron una de las estrategias moriscas para evitar la expulsión.
Bando de expulsión de los moriscos,
Desconozco si al final lograron permanecer en España o no, lo cierto es que en los registros parroquiales de Santiago de la Espada ya no consta la existencia de ningún morisco en la localidad.

ESCLAVOS

La esclavitud era una de las situaciones de marginación más extrema, ya que suponía la pérdida de la consideración de persona para pasar a la de animal o cosa objeto de propiedad privada. Desde inicios de la Edad Media dos eran básicamente las causas para que una persona se convirtiera en esclava: nacer de madre esclava, ya que la esclavitud se heredaba matrilinealmente, o haber sido capturado en una guerra, perdonándole la vida a los prisioneros a cambio de su esclavitud, situación esta última reservada para los infieles ajenos al cristianismo.
Captación de esclavos. S. XVI
      La esclavitud había pervivido en la Península Ibérica a lo largo de la Edad Media gracias al enfrentamiento con los musulmanes en la “reconquista”, durante la cual numerosos vencidos fueron sometidos a esclavitud. Sin embargo, el máximo auge de la institución en Castilla se alcanzó en el siglo XVI y primera mitad del siglo XVII, ya que la “reconquista” continuó en el norte de África, la incorporación de Portugal a la monarquía hispánica en 1580 facilitó la entrada de esclavos negroafricanos y conflictos interiores, como la rebelión morisca granadina de 1568-1571, supusieron la entrada en esclavitud de elevados contingentes de personas. En cualquier caso, la esclavitud de la época está caracterizada por ser básicamente un fenómeno urbano y por su carácter doméstico, entendiendo por casa no solo una unidad familiar, sino también de producción, en la que las personas esclavizadas fueron ampliamente explotadas, no solo en el ámbito laboral, sino también, en el caso de las esclavas, en el sexual. Esto último supuso la existencia de numerosos abusos por parte de sus amos y su entorno, a lo que hay que añadir el mantenimiento de relaciones ilegitimas por las dificultades de acceder al matrimonio, de ahí el elevado número de nacimientos ilegítimos de madre esclava que se registran en la época.
Mercado de esclavos. S.XVI
Ya he indicado que la esclavitud fue un fenómeno básicamente urbano, lo que no quiere decir que estuvieran ausentes en el medio rural, siendo este el caso de la Sierra de Segura. Por un lado, tropas de la encomienda de Segura participaron en la represión de la rebelión morisca granadina de 1568-1571, en la que los sublevados capturados fueron sometidos a esclavitud pese a su teórico cristianismo, ya que se consideraba que habían apostatado del mismo y habían cometido delito de “lesa majestad” contra Dios y el rey. Así, encontramos a dos vecinos de Segura de la Sierra participando en el mercado esclavista de Guadix vendiendo sus capturas en la guerra.

Este fue el caso de Luis Márquez, vecino de Segura de la Sierra y sargento de la compañía de Cristóbal de Ezpeleta del Tercio de don Lope de Figueroa, que entre abril y mayo de 1571 vendió en Guadix tres esclavas moriscas llamadas Ángela de 30 años, Leonor de 20 y Ángela de 24 por un total de 85'5 ducados, y también el de Juan Rodríguez, vecino de la misma localidad serrana, que en mayo de ese año vendió, en unión de un vecino de Algarrobilla, un esclavo morisco de 14 años llamado Alonso por 30 ducados. Seguramente, algunos esclavos moriscos acabaron siendo traídos a la Sierra de Segura por los vecinos de la zona que actuaron en la guerra. En cualquier caso, en los registros parroquiales de bautismo de Santiago de la Espada de finales del siglo XVI no hay ninguna partida referente a personas esclavizadas. Hay que tener en cuenta que el número de personas esclavizadas de origen morisco descendió de manera acusada a finales del siglo XVI por las frecuentes liberaciones gracias a la solidaridad familiar morisca y a una dinámica natural regresiva.
Iglesia parroquial de Santiago de la Espada
No sucede así en el siglo XVII. En Santiago de la Espada se registran entre 1615 y 1638 siete bautismos de personas esclavizadas, lo que supone el 0'8 % del total de bautismos del periodo, que asciende a 878 (ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTIAGO DE LA ESPADA, Libro 1º de Bautismos). Nada podemos decir acerca de su origen o etnia, ya que las fuentes no los citan, aunque en todo caso destaca el hecho de que en todos los casos menos en uno se trata de hijos ilegítimos de madre esclava, producto de la explotación sexual a que ya hemos aludido. Entre los propietarios, generalmente pertenecientes a las élites, destaca el regidor Diego Pérez. Las partidas son las siguientes:

- 12/4/1618: bautismo de Juan, hijo de Madalena, esclava de Diego Pérez.
- 24/8/1620: bautismo de María, hija de Ana, esclava de Fernando Martínez.
- 19/3/1622: bautismo de Francisco, esclavo de Diego Pérez.
- 9/10/1627: bautismo de Francisco, hijo de Madalena, esclava de Diego Pérez Bellón.
- 14/3/1631: bautismo de Gregoria, hija de Beatriz, esclava de Bartolomé Sánchez.
- 16/7/1634: bautismo de Juan, hijo de Ysabel, esclava, fueron sus compadres Francisco Martínez, regidor, y su mujer Mari González.
-7/11/1638: bautismo de Juan, hijo de María de la Cruz, esclava, y de padre desconocido.

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viernes, 25 de octubre de 2019

ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO

Recuperamos un artículo publicado en el libro de fiestas de 1999 por Pedro Ruiz Avilés en el que se hace referencia a la evolución de las personas y, con ellas, la de los pueblos, en este caso Puente de Génave. Podremos observar como todo lo que parecía normal e inamovible hace más de medio siglo, ahora nos parece retrógrado e incluso fuera de lugar, perteneciente a una España obsoleta que ha evolucionado en sus forma de vida y en su mentalidad, siendo todo ello fruto de la educación.
Antigua escuela de D. Pedro en la calle San Isidro


PRIMERAS LETRAS.


Conservo aún mi primera fotografía escolar. Me la hizo un fotógrafo forastero junto a la puerta de la casa de la hermana María donde hoy tiene el comercio Paco y en cuyo segundo piso estaba la escuela de Don Pedro. Orlada con la frase “España es mi madre” aparezco en blanco y negro señalando con una vara, de doble uso como bien sabíamos, un lugar de España localizado hacia la provincia de Salamanca.

Como a mí, estoy seguro que, a algunos de mis coetáneos y compañeros de foto de aquel día, cuando la contemplen, les traerá memorias agridulces. Cómo hemos cambiado nosotros, pero también como ha cambiado nuestro pueblo y cómo ha cambiado la sociedad y lo que nos rodea en el trascurso de todos estos últimos años.
Recuerdo escolar. Mediados de los años 50

Me acuerdo, por ejemplo, como el día de la foto acudimos engalanados con ropa nueva, vistiendo el jersey acabado de tejer por nuestra madre o abuela manejando con habilidad sus largas agujas, con la cara y cuerpo bien lavados, cosa que no era muy frecuente pues había que ir por el agua con cántaros a las fuentes de buena mañana, intentando haber domado a duras penas los pelos rebeldes con unos odiosos peines negros con púas puntiagudas que parecían hundirse en nuestra sesera, los pantalones cortos recién planchados, y los zapatos nuevos y lustrosos de los días festivos ya preparados para cualquier celebración, incluida las fiestas de San Isidro o la ya cercana comunión. Desafortunadamente, ese día, llovió con lo que ropas y calzados retornaron un par de horas más tarde a nuestros hogares absolutamente desconocidos, y lo malo para muchos es que no había posibilidad de un recambio digno.
Antiguas escuelas de Puente de Génave

Y este resultado era lógico, pues no teníamos aceras ni patinetes, también carecíamos entonces de otras cosas que hoy resultan indispensables como el teléfono, televisión o un vehículo familiar; y si mi apuráis puedo afirmar que en algunos lugares incluso se carecía de luz, pues el débil hilo que llegaba a las casas de la “Electra San Juan” apenas alcanzaba a distinguir entre los objetos y las personas, y al menor contratiempo en forma de lluvia, viento o tormenta, se averiaba y pasábamos sin fluido eléctrico horas y horas. Además, cada dos por tres, nos privaba de poder ver en el cine “Mary Paz” el día anunciado películas como “Morena Clara” o “Currito de la Cruz”, precedidos como era de rigor del correspondiente reportaje del NO-DO, donde se informaba de las maravillas que el régimen o de ese general bajito y bigotudo que apretando un botón decía aquello de “queda inaugurado este pantano”.
Lugar del antiguo Cine Mary Paz, actual ambulatorio

Son los años de la “España Imperial”, de aprender a leer y escribir estudiando en libros y enciclopedias que hoy serían inconcebibles titulados “España es así”, “El libro de España” o la “Enciclopedia Álvarez”. Ahí nos hablaban de imperios, de reivindicaciones históricas sobre países hispánicos, de reyes godos, de hazañas bélicas, de caudillos y guerrilleros como Viriato, Don Pelayo o El Cid, de reyes gloriosos como los Reyes Católicos o Carlos I, o de simplemente unos héroes defensores de la patria como Daoíz y Velarde o Agustina de Aragón; aunque para nosotros los verdaderos héroes eran El Capitán Trueno o Roberto Alcázar y Pedrín que nos resultaban más cercanos en el tiempo,  pero siempre mostrado un ambiente belicoso y de enfrentamiento, donde predomina más el fusil y la espada frente a la pluma y el conocimiento.
Vista aérea del hospital comarcal en Puente de Génave

Yo nunca llegué a entenderlo y todavía hoy me rebelo cuando escucho críticas o insidias contra aquellos que han aportado, o aportan, su grano de arena para que nuestra sociedad, para que nuestro pueblo, en definitiva, sea mejor, más culto y sus gentes más unidas desarrollando actitud pacífica y solidaria. Me cuesta un enorme trabajo comprender a aquellos que en lugar de poner como centro de su interés la valía personal, la libertad de pensamiento, la democracia, el mutuo respeto y la valoración del esfuerzo colectivo dan rienda suelta a los celos, al insulto, al rencor, la calumnia y el enfrentamiento con sus semejantes. Hay numerosos ejemplos en este planeta de enfrentamientos que nos deberían hacer reflexionar sobre los sistemas de valores inculcados a nuestra sociedad.
Acondicionamiento y ampliación de la zona del boulevard

Yo, la verdad, y creo que la de muchos paisanos que coinciden conmigo, estoy preocupado y no me gustaría que nuestros hijos dejaran de vivir en un país y en un ambiente que hoy es indudablemente mejor que el que teníamos en aquella época oscura de nuestra infancia. Y ahora que ya peinamos canas deberíamos hacerlo posible cuando nuestro pueblo, Puente de Génave, cobra vida al ver pasar su flamante banda de música, cuando asistimos a un precioso recital de bellas interpretaciones de la coral “Faustino Serrano”, cuando celebramos triunfos deportivos, cuando asistimos a espectáculos maravillosos de nuestros grupos folklóricos, y como no, cuando salimos y lo pasamos bien con nuestros amigos compartiendo un poco de vino y una buena tapa al tiempo que comentamos las novedades que se hayan producido, ya sea la instalación de una pequeña industria o taller, el acondicionamiento  u obra en algún rincón del pueblo la consecución de hitos muy necesarios como son la construcción del instituto, el centro de urgencias o la magnífica feria Ecoliva de pasados años.
IES Valle del Guadalimar. Puente de Génave

¡Quién no reconoce que El Puente, como Andalucía y España han cambiado, y mucho, para bien!

Pedro Ruiz Avilés.

viernes, 11 de octubre de 2019

JUEGOS TRADICIONALES EN LA SIERRA DE SEGURA. Descripción (II)

LOS JUEGOS EN AQUELLOS TIEMPOS.

José Antonio Molina Real  (jt)

Justo antes de nuestra pausa estival, publicamos un artículo en el que se hacía referencia a los juegos tradicionales, aportando una descripción de algunos juegos que marcaron la diversión y relación social de nuestros abuelos y padres en aquellos años difíciles de mediados del S. XX en calles, rincones o parajes de los diferentes pueblos y/o aldeas de nuestra Sierra de Segura. Os dijimos que daríamos continuidad con más descripciones de esos juegos, cuestión a la que damos forma con el presente artículo.
En este caso son quince que sumamos a los veinte ya publicados. Evidentemente faltan alguno más que os prometemos publicaremos en futuros artículos y, como ya os puntualizamos, no hemos entrado en clasificaciones diversas (de niños/niñas, competitivos, de habilidad, con uso de utensilios, utilización de canciones, etc…) para evitar darles una contextualización sesgada y porque además en aquella época todos/as solíamos jugar a todo; además sabemos que existen diferentes modalidades y normas en las diferentes poblaciones, pero también sabemos que, jugáramos como jugáramos, compartíamos risas y desarrollábamos la creatividad participativa que posibilitaba incluso, si era necesario, la modificación de normas de juego para adaptarlas a las circunstancias que factores como el clima, número de jugadores o disponibilidad de tiempo y espacio, pudieran presentar.
Los juegos de antaño tenían siempre la característica de la creatividad, la improvisación, la adaptación al entorno y sobre todo la calle como espacio y la diversión como finalidad.

ESCONDECORREAS.-

Para poder jugar se necesitará un cinturón o correa, aunque puede servir cualquier cosa similar, siendo el número de personas ilimitado, aunque estaba más indicado para los chiquillos que para las chiquillas. Se jugará al aire libre, en un espacio abierto en una calle o plaza. Primero se echará a suerte quién es el encargado de esconder el cinturón dentro de la zona de juego acordada. Se elige también una zona de "casa" o "refugio". Puede tratarse de tocar un banco, una puerta o una pared. A continuación, el que ha sido elegido esconde el cinturón, sin que el resto de participantes puedan ver y, una vez escondida, comience el juego. Los participantes deberán buscar la correa guiados por aquel que la ha escondido a través de expresiones como "frío" o "caliente" en función, respectivamente, de lo que se acerquen al lugar del escondite, hasta que alguien la vea. En ese momento saldrá corriendo detrás de sus compañeros, intentando golpearles hasta que consigan llegar a la zona delimitada como casa o refugio. En la próxima partida éste jugador será el encargado de esconder la correa. En el momento en que un participante está siendo azotado, lo único que debe hacer es correr hasta el refugio para librarse y, en ningún caso, tratar de arrebatar el cinturón al que lo ha encontrado. La zona de golpeo es libre, siendo la más castigada la lumbar y las extremidades inferiores, en concreto muslos y pantorrillas, ya que otras zonas, como la cabeza, podrían ser peligrosas. Una infracción muy común consiste en que el participante que encuentra el cinturón, en lugar de correr a golpear a los demás, se lo esconda debajo de la ropa y lo saque en un momento de despiste de algún compañero, o esperando que esté acorralado, para azotarle a traición o por la espalda. Aunque si los participantes así lo acuerdan al principio del juego pueden decidir que este proceder no sea infracción, aumentando así el riesgo, la emoción y la sensación de peligro. No obstante, cuando se juega sin ningún tipo de normas, hay que tener en cuenta, que suele acordarse que el golpeo con la hebilla esté prohibido al resultar peligroso, por lo que conviene no olvidar que es un juego para todas las edades donde el fin no debe ser otro que el de pasarlo bien y reírse a costa de dar y recibir algún que otro latigazo.

RAYUELA.

Para iniciar el juego hay que utilizar una tiza y dibujar en el suelo una pista de recuadros numerados del 1 al 10. Aunque hay diversas formas de pintarla, pues se irán alternando a lo largo recuadros de igual tamaño que podrán estar solos o por parejas para después numerarlos, aunque se procurará que el recuadro número 10 esté en solitario. Con un número de participantes ilimitado, aunque en aquel tiempo fuera preferentemente dirigido a las chiquillas, y utilizando una piedra lo más plana posible, llamada tejo, que será lanzada dentro del recuadro número 1, sin tocar las rayas externas. Se comienza a recorrer la rayuela a la pata coja sin pisar las rayas, guardando el equilibrio hasta que se llega donde haya dos casillas donde podremos apoyar los dos pies, para seguir hasta el final donde nos daremos la vuelta dando un salto para volver al número 1, pero justo antes de llegar a la casilla donde se encuentre la piedra, haremos una parada para agacharnos a recoger la piedra sin apoyar el otro pie. Si hemos efectuado toda la maniobra sin penalizar, es decir, sin perder el equilibrio o pisar la raya, continuamos el juego; ahora tirando el tejo en la casilla número 2 y repitiendo lo mismo. Si la piedra no cayera dentro de la casilla número 2 o tocara raya, pasaría el turno al siguiente jugador. El objetivo es tirar la piedra en todas las casillas sucesivamente. Lógicamente cuanto mayor es el número mayor será la distancia y la dificultad para acertar con el tejo en el recuadro correspondiente. Cada jugador/a sabrá qué número es el que deber abordar cuando le corresponda nuevamente su turno de juego, aunque puede darse la norma de quien cometa un error vuelva a empezar de nuevo. Quien acabe antes, gana.

CANICAS

Con un número ilimitado de participantes y utilizando diversas bolas pequeñas de hierro, porcelana o cristal, denominadas canicas, el juego consistía en realizar un hoyo en el suelo o utilizar uno ya existente que se denominará “guá”. Existiendo diversas modalidades y normas que tenían la finalidad de ganar las bolas a los contrincantes. Estas bolas se lanzaban contra las de los adversarios para golpearlas o para introducirla en el “guá” impulsándola con el puño cerrado y utilizando el dedo pulgar como impulsor, aunque otros preferían utilizar el dedo corazón para tal menester. Como se ha apuntado las reglas eran diversas y se establecían para combinar la puntería para golpear las bolas contrarias y después introducirla en el “guá” y la estrategia para evitar ser golpeado por los demás, ya que al fin y al cabo estaba en juego el “preciado tesoro” de una bonita colección de bolas de colores.

EL CHUMBO - PATI

Para poder jugar era necesario rayar en el suelo un rectángulo dividido en ocho recuadros iguales que se numerarán y una piedra plana o tejo, siendo el número de participantes ilimitado. El jugador que inicie el juego deberá lanzar el tejo al recuadro número 1 y después, y siempre a la pata coja, irá empujando el tejo con la punta del pie de forma sucesiva hasta llegar al recuadro número 8. Allí se dará la vuelta y comenzará el recorrido al inverso hasta completarlo totalmente. Esto significará que ahora su objetivo será el número 2, donde tendrá que repetir la misma acción. Si no aciertas con el lanzamiento inicial del tejo, no lo desplazas de forma sucesiva con la punta del pie o pierdes el equilibrio y apoyas el pie, perderás el turno de juego. Será el ganado el primero que complete todas las casillas de forma correcta.

LOS CROMOS.

Se puede jugar por parejas hasta un gran grupo, según el juego al que juguemos utilizándose cromos de diferentes tipos y materiales. Hay muchas variantes sobre juegos con cromos, incluso se solían utilizar como materia de cambio que ganaba aquel que demostrara más habilidad y pericia en el desarrollo de juegos competitivos. La fórmula más común consistía en lanzarlos desde una altura predeterminada pegados a una pared, realizando el cromo un pequeño vuelo libre hasta caer al suelo, pero cuando un cromo caiga sobre otro, automáticamente te convertías en propietario de ese cromo, con lo cual, el simple azar te podía proporcionar mayor cantidad de cromos.

LA GOMA

Normalmente se utilizaba una cámara de neumático cortada en finas tiras o goma de la utilizada en las labores de costura, que incluso se pueden atar para hacerla lo suficientemente grande y apta para el juego. El juego, que podía tener un número de participantes indefinido, consistía en colocarse dos de ellos, elegidos mediante sorteo, dentro de la delimitación de la goma y estirándola formando un rectángulo. El resto intentaba saltarla, pisándola en ocasiones y en otras no de forma alternativa, siguiendo una dinámica de ir superando fases que la llevaba a situar primero en los tobillos, después en las rodillas y glúteos, para pasar después a colocarla en la cintura y pecho asumiendo así mayor dificultad. En las tres primeras posiciones había que saltar sin tocarla. En las tres últimas como se pudiera. Si alguien no saltaba los suficiente y no conseguía salvar el obstáculo, se colocaba dentro de la goma y la estiraría para continuar el juego.

AL PASAR LA BARCA

Se trata de un juego que utilizaba una cuerda de aproximadamente 5 metros, consistiendo el juego en, una vez cogida por dos participantes por los extremos, hacerla oscilar de un lado a otro con un suave balanceo. El primer jugador entra en la comba y salta cada vez que la oscilación le acerque la cuerda intentando no tocarla mientras se canta una canción. Cuando la canción acaba, se sale de la comba y entra el siguiente jugador/a, todo esto sin dejar de dar a la comba y sin dejar de saltar uno detrás de otro. Así hasta que se acaba la fila de jugadores o algún jugador de los que saltan tropieza y detiene la comba. Si hace esto, el jugador sustituye a alguno de los jugadores que daban a la comba. La canción es la siguiente:

"Al pasar la barca,
me dijo el barquero:
las niñas bonitas
no pagan dinero.
Yo no soy bonita,
ni lo quiero ser,
que si eres bonita
te echas a perder".

EL COCHERITO LERÉ

Este juego también es de uso de una cuerda como el anterior por lo que necesita a dos jugadores le dan a la comba que se elegirán mediante sorteo. Los demás jugadores se ponen en una fila, el primero de ella, que se le llama "el rey o reina" y que es quien controla el ritmo del juego, al lado del que da a la comba. El rey salta cada vez que la cuerda, que efectuará un giro circular, toque suelo al tiempo que canta una canción y cuando la finaliza se sale de la comba. El siguiente jugador de la fila hará lo mismo que el rey o reina y así sucesivamente con toda la fila de jugadores. Si algún jugador/a falla, es decir, tropieza con la comba y la detiene, o bien se equivoca en la canción, queda eliminado y cambiará su lugar por uno de los dos jugadores que daban a la comba, que irán saliendo por turnos. El jugador que está dentro de la comba irá saltando y agachándose para que la comba pase sobre su cabeza, alternativamente al ritmo que marca la canción. La canción era la siguiente:

"El cocherito leré,
me dijo anoche leré,
qué si quería leré,
montar en coche leré.
Y yo le dije leré,
con gran salero leré,
no quiero el coche leré,
que me mareo leré".

Cada vez que se pronuncia la palabra "leré", los dos jugadores que están dando la comba elevaban la cuerda para hacerla pasar sobre la cabeza del jugador/a, por lo que el giro de la cuerda se hará en el aire mientras que el jugador/a que está saltando deberá de agacharse para no golpearse y detener la cuerda.

EL RELOJ

Siguiendo con los juegos que utilizan cuerda, aunque en esta ocasión sea más pequeña de extensión. Así, un sólo jugador/a elegido por sorteo será el encargado de situarse en el centro de un círculo formado a su alrededor por el resto de jugadores, como si fueran las horas del reloj. El juego comienza cuando el jugador/a central, que está en el centro con la cuerda en las manos empieza a girar sobre sí mismo haciendo que la cuerda gire a la altura del suelo, aumentando la velocidad de giro progresivamente, mientras que los jugadores del círculo deben saltar al paso de la cuerda bajo de sus pies. Si tocan o detienen la cuerda, dejan de saltar y se salen del círculo hasta que sólo quede un jugador saltando, que será el rey o reina en el siguiente juego. También se podía jugar si al mismo tiempo que se aumenta la velocidad de giro, también se puede cambiar la altura de la cuerda con respecto al suelo, lo que hará que los jugadores tengan que saltar cada vez más alto.

ANTON PIRULERO

Se necesitarán más de cuatro jugadores/as, siendo este juego de los que se pagaban prendas de vestir. Este juego lo practicaban juntos chicos y chicas, sobre todo durante las tardes que hacía buen tiempo. Los jugadores se situaban en corro, sentados en el suelo, y cada uno de ellos elegía un oficio; por ejemplo, el uno segador, la otra costurera, el siguiente barbero, la que iba a continuación planchadora, etc… Uno de los chicos/as hacía las veces de director del juego y todo el grupo comenzaba a cantar: "Antón, Antón, Antón pirulero; cada cual, cada cual, atienda a su juego". Hasta ese momento todos coreaban la canción acompañándola con palmas. Cuando se llegaba al "atienda su juego" cada cual tenía que reproducir mediante mímica el oficio que había elegido. Si no lo hacía a su debido tiempo, el chico o chica que hacían de director, que estaba al tanto de cuanto sucedía en el corro, le hacía pagar una prenda. La canción continuaba como sigue: "y el que no lo atienda, pagará una prenda". En este momento se dejaba de representar el oficio y se volvía a comenzar la canción acompañada de palmas. Los jugadores se iban retirando del juego cuando habían acumulado tres prendas. Cuando todos habían sido eliminados se procedía a imponer un castigo para recuperar cada una de las prendas. Quien había hecho de director recogía todas las prendas y mandaba a uno de los jugadores que se escondiera en un lugar desde donde no las pudiera ver. A continuación, cogiendo una de las prendas preguntaba a gritos al chico/a que se había escondido: "esta prenda qué
tiene que hacer". Y el otro respondía aquello que se le ocurría en aquel momento. Por ejemplo: ir a dar las buenas noches a casa de un vecino; o bailar, o cantar, etc…

DÓNDE ESTÁN LAS LLAVES

Se forman dos grupos, de entre 5 y 10 jugadores cada uno. Luego se colocan ambos equipos enfrentados, formando una línea, con los jugadores de un mismo equipo cogidos de las manos y separados los equipos entre sí por unos 4-5 metros sorteándose el equipo que comienza a jugar. Se trata de un juego en el que se produce un diálogo cantado entre ambos equipos, que irá acompañado por una serie de pasos siguiendo el ritmo de la canción. Durante las dos primeras frases los jugadores del equipo A avanzan hacia los jugadores del otro equipo y en las dos últimas frases, los jugadores del mismo equipo vuelven de espaldas al sitio donde empezaron el juego. La segunda estrofa de la canción la "juegan" los jugadores del equipo B, que realizan los mismos movimientos que antes hicieron los jugadores del otro equipo, es decir, dos frases hacia delante, dos frases hacia atrás. Así, se irán alternando los dos equipos las estrofas de la canción hasta finalizarla. La canción es:

1.- ¿Dónde están las
llaves?,
matarilerilerile.
2.- ¿Dónde están las
llaves?
matarilerilerón.
Chimpón.
3.- En el fondo del
mar,
matarilerilerile.
4.- En el fondo del
mar,
matarilerilerón.
Chimpón.
5.- ¿Quién irá a
buscarlas?,
matarilerilerile.
6.- ¿Quién irá a
buscarlas?,
matarilerilerón.
Chimpón.
7.- La señorita...
matarilerilerile.
8.- La señorita...
matarilerilerón.
Chimpón.
9.- ¿Qué nombre le han
de poner?
matarilerilerile.
10.- ¿Qué nombre le
han de poner?,
matarilerilerón.
Chimpón.
11.- Le pondremos...
matarilerilerile.
12.- Le pondremos...
matarilerilerón.
Chimpón.
13.- Ése sí le gusta /ése
no le gusta,
matarilerilerile.
14.- Ése sí le gusta / ése
no le gusta,
matarilerilerón.
Chimpón.
15.- ¿Qué le van a
regalar?,
matarilerilerile.
16.- ¿Qué le van a
regalar?,
matarilerilerón.
Chimpón.
17.-Eso sí le gusta /eso no
le gusta,
matarilerilerile.
18.-Eso sí le gusta / eso
no le gusta
matarilerilerón.
Chimpón.

DIRECTOR DE ORQUESTA

Se trata de una variante del juego Antón Pirulero en el que pueden participar tantos jugadores como se desee. Uno de los jugadores deberá apartarse lo suficiente de los demás como para no escuchar lo que se esté diciendo. Éstos, que se habrán sentado en el suelo haciendo un círculo, elegirán quién es el director de la orquesta, pues ese director, al ritmo de una canción, irá haciendo gestos como si tocara diferentes instrumentos de música, y los irá cambiando constantemente. El resto de los jugadores le imitarán y cambiarán de instrumento musical cuando lo haga el director de orquesta, lo más rápidamente, para dificultar la identificación de éste. A una señal, el jugador que había sido separado del grupo se coloca en el centro del círculo y deberá identificar quién es el director de la orquesta. Si lo hace, el que hacía de director de orquesta pasa a ser el jugador separado del grupo, que deberá elegir un nuevo director de orquesta.

RATÓN QUE TE PILLA EL GATO

Se formarán pequeños grupos una vez se haya elegido a un participante como el "ratón" y otro como el "gato". El resto se cogen de las manos y forman un corro. El ratón, dentro del círculo, sale corriendo del círculo, pasando por debajo de las manos enlazadas de los jugadores. Después entra el gato y dice: "¿por dónde salió el ratón?". Los del corro contestan "por la puerta" y señalan por donde salió el ratón. Por esa puerta sale el gato persiguiendo al ratón, pasando por todas las puertas por las que éste pasa. Los demás cantan la canción:

“Ratón que te pilla el gato,
ratón que te va a pillar,
Si no te pilla esta noche,
mañana te ha de pillar”.

Si el gato pilla al ratón, se cambian los papeles entre ellos. Existe una variante ideada para que el gato y el ratón no se cansen mucho, pues estos pueden dejar su puesto a otro compañero, siempre que se pongan delante de alguno de los del corro y diga "gato" o "ratón" fuerte para que todos lo oigan y ese pasará ahora a desempeñar el papel otorgado.

A LA RUEDA DEL CHURUMBER

Todos los jugadores se colocan en corro cogidos de las manos, iniciando un movimiento giratorio del corro, mientras todos cantan la canción. Cuando esta llega a "que se ponga..." se dice el nombre de algún jugador. Entonces ese jugador nombrado se gira y se coloca en el corro de espaldas a los demás jugadores. El juego continúa y cada vez que se canta la canción, un jugador, al ser nombrado, se irá girando hasta que todos los jugadores terminan mirando hacia fuera del corro, momento en el que el juego se acaba. La canción será:

“A la rueda del churumber
quién se ría val al cuartel.
Una vieja se rió
y al cuartel se la llevó.
Que se ponga (nombre del jugador designado)”

AL CORRO DE LA PATATA

Este juego es abierto y todos los jugadores se agarran de las manos formando un círculo llamado corro. Podrán jugar todos los jugadores que se quiera. El juego se inicia cuando una vez cogidos por las manos, todos cantan una canción al tiempo que inician un recorrido giratorio. Cuando se pronuncie la palabra “agachar o achupé" (dependiendo de zonas) todos los jugadores se agacharán, y cuando cantan "sentadita me quedé", todos los jugadores se sentarán en el suelo para posteriormente levantarse y continuar jugando mientras entonan nuevamente la cancioncilla del juego. La canción será:

“Al corro de la patata
comeremos ensalada,
lo que comen los señores,
naranjitas y limones.
¡Achupé!, ¡achupé!
¡Sentadita me quedé!"