viernes, 30 de octubre de 2020

JORGE MANRIQUE. EL POETA GUERRERO DE SEGURA DE LA SIERRA

Insistiendo en el artículo publicado recientemente en el que se argumentaba sobre la veracidad de situar el nacimiento del destacado poeta del medievo español, Jorge Manrique, en la localidad de nuestra comarca Segura de la Sierra, volvemos a recoger más explicaciones y argumentos en el escrito del destacado historiador de nuestras tierras D. Genaro Navarro, quien realiza, en el siguiente artículo, una minuciosa explicación de las razones que le permiten asegurar que dicho poeta no nació en la localidad palentina de Paredes de Nava, como aseguran algunos, y si lo hizo en nuestra comarca, en Segura de la Sierra, que fue el lugar de residencia familiar y donde realizó muchas de sus extraordinarias composiciones literarias. 


SEGURA DE LA SIERRA, LUGAR DE NACIMIENTO DE JORGE MANRIQUE.

Ni los hechos y convulsiones internas que agitan a Castilla durante los reinados de Juan II y Enrique IV, época de transición en la que vivieron los Manrique y que presagia ya el Renacimiento, ni el refinado ambiente intelectual característico de aquella sociedad, en la que este noble linaje ganó tanta fama y gloria a través de las armas y las letras, ni aun siquiera la figura y personalidad de don Jorge y la suprema belleza de las Coplas a la Muerte del Maestre de Santiago, «maravilla literaria, tan única en la literatura como el Cantar del Cid o el Quijote», mueven hoy nuestro interés, estrictamente ceñido a espigar en campo ajeno datos y noticias sobre las que sustentar la tesis del posible nacimiento del gran poeta en Segura de la Sierra.

Placas conmemorativa a Genaro Navarro en Segura de la Sierra

A este propósito hemos consultado la «Antología de los Manrique», de Joaquín de Entrambasaguas, la «Crónica del Halconero», de Juan II, el prólogo de Augusto Cortina a la Obra Completa de Jorge Manrique, y, sobre todo, son de inapreciable valor los materiales acopiados por Antonio Serrano de Haro, escritor y diplomático vinculado afectivamente a la tierra jaenera, en su libro «Personalidad y destino de Jorge Manrique», libro admirable en el que con rigor histórico, seriedad de investigador y amplia erudición y dignidad de estilo, ha llevado a cabo una investigación tan profunda y minuciosa de la vida y obra del célebre poeta y guerrero, que, como ha escrito Vázquez Dodero, sus páginas «son el fruto de un trabajo tenaz, realizado con alma ecuánime y con mente clara, apasionada por la verdad». El ambiente histórico-político en que crece don Jorge, la mentalidad de la época, con sus altos ideales caballerescos, la vida privada, el círculo familiar, el lugar de nacimiento... nada se sustrae a la aguda pesquisa y examen crítico de Serrano de Haro.

Pero ciñéndonos, como hemos enunciado, al punto concreto del lugar de nacimiento de don Jorge, partimos de la autorizada opinión de Serrano de Haro quien, sin establecerlo de manera rotunda y categórica, más bien parece inclinarse por señalar la cuna del poeta en Segura de la Sierra, ya que como literalmente escribe «no está, en efecto, nada claro que fuera Paredes de Nava», si bien, en tanto no aparezcan datos definitivos, prefiere mantener viva la ilusión local de la villa palentina, que no tiene más fundamento histórico que haber ostentado su padre el título de Conde de Nava.

En cambio, como el propio autor afirma, hasta 1440, en que por herencia de su padre no adquirió don Rodrigo el señorío de Paredes de Nava, no hay motivo alguno para pensar que fijara en este lugar su domicilio. Hasta esta fecha lo que sí parece evidente y claro es la presencia y permanencia del Maestre, en Segura de la Sierra, de la que fue Comendador ya, desde la adolescencia. Segura de la Sierra es frontera con el Reino moro de Granada, y hemos de ver más adelante, cómo los más resonantes hechos de armas del Maestre tienen por escenario aquellas ásperas montañas. Es el mismo don Rodrigo, en su testamento, quien dice: «yo gasté allí lo más de mi tiempo según los trabajos en que anduve». Abundando en este orden de consideraciones y como dato significativo de la asidua presencia de D. Rodrigo en la tierra segureña, hace referencia Serrano de Haro al testamento de D. Pedro, primogénito de D. Rodrigo, ordenando el traslado a Uclés de los restos de su madre y hermanos, sepultados en la ermita de Santa María de la Peña, cerca de Segura, en la frontera de los moros, por el temor de que éstos, en tiempo de guerra, pudieran llevarse los amados restos familiares, lleva esto a la conclusión lógica, a la que desde luego nos adherimos, de que el verdadero hogar de D. Rodrigo Manrique, al menos durante su primer matrimonio, fue Segura de la Sierra, donde sus hijos y su mujer murieron y fueron enterrados, siendo lo normal que los miembros de una familia vengan al mundo en el lugar habitual de su residencia y sea éste también en el que entreguen su alma a Dios.

Monumento a Jorge Manrique en Paredes de Nava

Por todo ello, y algunas otras razones, tales como la presencia de la familia del Maestre, buscando la protección durante sus ausencias, en las fortalezas de sus parientes en el vecino reino de Murcia, limítrofe del de Segura, termina Antonio Serrano de Haro, evocando «largas soledades de la familia, aislada en Segura, con el temor a infiltraciones nocturnas de los moros sin el calor del padre, el fuerte varón. Aún en el caso de que no naciese D. Jorge en Segura, allí se desarrollaría seguramente su infancia». Empero, la ausencia de documentos, impide a Serrano de Haro confirmar categóricamente a Segura de la Sierra como lugar de nacimiento del poeta. Bien se advierte, que investigador tan concienzudo y veraz, no quiere de modo alguno llegar a conclusiones que no tengan fehaciente probanza, más el análisis objetivo de los factores enunciados, inclina la balanza de posibilidades a favor de Segura de la Sierra, juicio que vamos a intentar robustecer con el examen de otros antecedentes y hechos de gran significación y relieve.

Es una realidad indiscutible que, Jorge Manrique y aun su propio padre, no han tenido biógrafos. Cronistas e historiadores han narrado hasta la saciedad las virtudes militares riel padre y consagrado la fama literaria del hijo, pero en esa ingente bibliografía, ni el interés personal, ni el autor de la creación literaria, han merecido atención y de ahí los escasos datos que poseemos.

Segura de la Sierra

Una vez más, el brillo y el renombre del poeta, han oscurecido al hombre, y desde nuestra modestia, intentamos desvanecer las sombras que sobre el lugar de su nacimiento envuelven a la egregia figura. La ilustre estirpe de los Manrique pudo ser originaria de la Tierra de Campos, aunque su casa solariega no radicase precisamente en Paredes de Nava, sino en Carrión de los Condes, pero su afincamiento lo fue en tierras de la Encomienda de Segura, y en ellas tuvieron lugar la mayor y más importante parte de sus empresas y hazañas, y así, D. Rodrigo, que había nacido en 1406, a los doce años se cruza Caballero del Hábito de Santiago y muy poco tiempo después es Comendador de la Orden. En 1428, aparece pleiteando con el Concejo y vecinos de Segura, por haberle negado la posada debida a los Comendadores, y en 1434, «el segundo Cid», ya famoso por sus notables hechos de armas, logra la rendición de la plaza mora de Huesear, en la frontera segureña, cubriéndose de gloria y recibiendo del rey Juan II, trescientos vasallos solariegos en tierras de Alcaraz y veinte mil maravedíes de juro de heredad. En 1456 toma para el rey Enrique IV la importante plaza de Jimena, en tierras del Santo Reino de Jaén.

Monumento a Jorge Manrique en Segura de la Sierra

Antes, el 3 de mayo de 1439, el infante D. Enrique de Aragón, le otorgó poder para que continuase en la posesión «en que él había estado y estaba, del Maestrazgo de Santiago, e de las villas e logares e castillos e vasallos de dicho Maestrazgo», y días después, el 18 de los mismos mes y año, el Comendador de Segura, con el de la vecina Caravaca, alzaba la villa de Ocaña por el Infante, al que acompañó con ciento cincuenta rocines en marzo de 1440, en su entrada en Toledo contra la expresa prohibición del rey D. Juan. Cuando la nobleza, con el rey de Navarra y el infante D. Enrique, fueron vencidos en la batalla de Olmedo (19 de mayo de 1445), en la que murió el Infante, el rey D. Juan hizo nombrar en Ávila, Maestre de Santiago, al Condestable D. Álvaro de Luna, concurriendo a la elección todos los Comendadores de la Orden, excepto el de Segura, D. Rodrigo, que se alzó contra el nombramiento por ver mermados sus derechos al Maestrazgo para el que había sido nombrado por el rey de Aragón de acuerdo con el Papa.

Posesiones de la Orden de Santiago

Entonces, para reducir al Comendador de Segura, el rey envió una numerosa hueste, que al mando de D. García Lope de Cárdenas y del mariscal Diego Fernández, señor de Baena, tomaron la fortaleza y lugares de D. Rodrigo, en la Encomienda de Segura, excepto la de Hornos, en la que por medio de una ingeniosa estratagema infligió gran descalabro al mariscal, quien por verdadero azar salvó la vida, refugiándose en la villa de Siles. En febrero de 1448, parte D. Rodrigo de Segura, confiando la fortaleza a su hermano D. Fadrique, en socorro de la ciudad de Murcia, acosada por las tropas del rey, y meses después, en agosto de 1449. D. Fadrique, con diez mil hombres de a pie y a caballo, levanta el cerco que a Montiel tenían puesto las tropas de la corona, y en el que se encontraba sitiado D. Rodrigo. Por último, hemos de anotar que en la primera campaña de Enrique IV contra el reino de Granada, en 1455, entre los Capitanes del rey figura D. Rodrigo. También, como muestra de poder sobre estas tierras, en el aledaño campo de Montiel, se encuentra el pueblo actualmente llamado Villamanrique, antes Belmontejo, que cambió su nombre por gratitud hacia D. Rodrigo, que le había eximido de la jurisdicción de la Torre de Juan Abad, igualando el caso de Villarrodrigo, ante Albaladexo, que recibió el título de villa y el nombre del señor Maestre de la Orden de Santiago.

Emblema de la Orden de Santiago

Con estos y otros datos, que por no ser prolijos omitimos, hemos querido, dejar constancia de la asidua presencia de D. Rodrigo desde su adolescencia hasta las vísperas de su muerte, en la Encomienda de Segura, la más importante de la Orden de Santiago, cuyos confines se extienden hasta Alcaraz, el reino de Murcia, las tierras del Condestable D, Miguel Lucas de Iranzo, en el reino de Jaén, el Campo de Calatrava y el reino moro de Granada, por Huescar, conquistada por D. Rodrigo, en la línea fronteriza. «Dentro de esta extensa área montuosa —escribe Serrano de Haro— D. Rodrigo aprieta bien la hueste familiar asignando a sus hijos, Jorge y Rodrigo, las Encomiendas limítrofes de Montizón y Yeste y confiando al primogénito D. Pedro, cuando obtiene el Maestrazgo, la capital del pequeño reino de Segura.

«Mueren los componentes de una familia en el lugar que habitan y es éste donde nacen los hijos».

Otras presunciones, de no inferior valor indiciario, para poner de manifiesto el arraigo de la familia Manrique en Segura de la Sierra y el transcurso en ella de la mayor parte de su vida, son las que se refieren a su hacienda y bienes de fortuna. Lo normal siempre ha sido, y continúa siendo, que las familias tengan su asiento donde radican sus bienes, y éstos, en lo que al clan de los Manrique atañe, los suministra principalmente la Encomienda de Segura de la Sierra, la más rica de la Orden de Santiago, cuya principal fuente de ingresos la constituían los pastos, la madera y la caza. Pingües ingresos, siempre insuficientes empero, para cubrir los gastos del Maestre: el estado de Caballero, el brillo de la honra militar y la situación social de la nobleza, imponían cuantiosos dispendios y ostentaciones.

Non dejó grandes tesoros
ni alcanzó muchas riquezas
ni bajillas
más fizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
e sus villas.


La vigilancia constante de las fronteras y el continuo batallar en que transcurrió la vida de D. Rodrigo, supone una empresa de gran importancia económica, habiéndose visto en múltiples ocasiones al frente de más de trescientos caballos. Vivió por esta causa en continuas dificultades económicas, sin que en nada las atenuase el Mayorazgo de Paredes, de muy menguados recursos, que no lo poseyó hasta 1440, y ello por poco tiempo, ya que lo perdió en 1445, después de la batalla de Olmedo, y no volvió a recobrarlo definitivamente hasta 1465. Esta presencia y ausencia sucesivas del Mayorazgo de Paredes de Nava, en el patrimonio de D. Rodrigo, hace necesariamente pensar en que no debió tener importancia para su economía. Lo importante para D. Rodrigo, lo mismo que para su hijo D. Jorge, es el decoro y brillo de su linaje y el servicio de la guerra, aunque ello comportase grandes y permanentes agobios económicos, y no es por tanto extraño que, por esta liberalidad y derroche, al ordenar su última voluntad se vea obligado a disponer el pago de las deudas contraídas en tierras de Segura y de Montiel «donde gastó lo más de su tiempo».

Carta de otorgamiento de Segura de la Sierra a la Orden de Santiago

Resumiendo, cuando antecede, podemos establecer las siguientes conclusiones:

- Que D. Rodrigo Manrique, en 1418, a los doce años de edad, se cruza Caballero del Hábito de Santiago y es Comendador de la Orden en Segura de la Sierra, con cuyo Concejo aparece pleiteando en 1428.

- Que, a lo largo de toda su vida, la mayor parte de sus empresas militares tienen lugar en la frontera de Segura con los moros de Granada.

- Que, en el territorio de esta Encomienda, es donde radica la fuente más importante de sus rentas e ingresos.

- Que es entre los vasallos de este feudo, donde hace sus levas.

- Que el Señorío de Paredes de Nava, no lo recibe hasta 1440 cuando ya, según algunos autores, había nacido don Jorge, y aun suponiendo que el nacimiento tuviese lugar en la primera mitad de este mismo año, como afirman otros, se hace difícil pensar en el desplazamiento de doña Mencía, su madre, en estado de buena esperanza, desde la comarca de Segura hasta las distantes tierras de Paredes de Nava dejándose tres hijos de corta edad, siendo el mayor don Pedro de cinco años; al tiempo que no es lógico enviar a su esposa al centro de poder del rey castellano Juan II, con el que D. Rodrigo estaba enfrentado.

Mausoleo de Juan II de Castilla

Si don Rodrigo no fue señor de Paredes hasta después de la muerte de su padre, acaecida en 21 de septiembre de 1440, y si hasta entonces —advierte Serrano de Haro— no hay ningún motivo para suponer que fijara en Paredes su domicilio conyugal, y además «en vida de la madre no consta que la familia viajara», no será arbitrario pensar que otro lugar distinto de Paredes pudo ser el del nacimiento del inolvidable lírico, pues si éste acaeció en 1439 o en la primera mitad de 1440, y su padre no heredó el Señorío hasta el último tercio de este año, la conclusión apuntada se desprende por sí misma. Harta razón asiste, pues, a Serrano de Haro, cuando afirma, con referencia a la cuna del poeta, que «no está, en efecto, nada claro que fuera Paredes de Nava», y para añadir, comentando el traslado de los restos familiares desde Segura, «que no cabe más elocuente dato que éste para probar que el verdadero hogar de don Rodrigo Manrique en el período de su primer matrimonio fue Segura de la Sierra».

Casa natal de Jorge Manrique

Por lo que respecta a doña Mencía, primera esposa de don Rodrigo y madre del poeta, aún persisten en Segura de la Sierra en pobre estado de conservación, algunas nobles piedras presididas por el escudo de armas de los Figueroa, señalando el solar de sus mayores y el lugar que le prestó amparo en su infancia y de donde salió para unir su vida a la azarosa de don Rodrigo Manrique. No debe tampoco olvidarse que doña Mencía de Figueroa, aquella de la que nunca se supo que abandonara el hogar familiar, nació, vivió y murió en Segura de la Sierra, y allí, en la ermita de Nuestra Señora de la Peña, fue enterrada con algunos de sus hijos, hasta que en 1481 el primogénito don Pedro ordenó el traslado de los restos al Convento de Uclés, donde ya les aguardaban los de su esposo, el Maestre, y su hijo don Jorge, muerto este último, como se sabe, en el asalto del Castillo de Garcimuñoz, en 1479.

Escudo de los Figueroa en Segura de la Sierra

Al no existir dato que autorice fijar el nacimiento en Paredes de Nava, otro puede ser su lugar de origen, y en ninguno concurre, como ocurre en Segura de la Sierra, tal cúmulo de circunstancias que permiten señalarlo como patria chica del poeta. Cierto que tampoco en esta villa existen documentos fidedignos, mas téngase en cuenta que el archivo y la villa misma fueron reducidos a un montón de cenizas durante la invasión francesa, pero de todos modos valor de testimonio vivo tienen, esas nobles piedras, a las que acaba de hacerse alusión.

Por estos motivos, y porque en todo caso allí transcurrió la infancia del poeta, ha sido fácil a Serrano de Hato imaginar a don Rodrigo rodeado de hijos, familiares y criados, contando y comentando aventuras y lances de la guerra, «ante la gran fogata con que atenuarían las noches heladas de Segura», montear en las escabrosidades y «riscos de Segura, bien provistos de jabalíes, venados y lobos», o verlo en la iglesia parroquial ante la imagen de Nuestra Señora de la Peña «iniciarse en la piedad de la mano de su madre». «Sería ella, como señora de la región, quien se ocuparía de que el templo estuviera atendido». También hincaría su rodilla ante la imagen de Santiago en la capilla del Castillo. «La fortaleza de Segura, avizora de los caminos de Granada, era una fortaleza de fe», y allí se inició y forjó el sentimiento religioso de Jorge Manrique. Este mismo sentimiento religioso lleva posteriormente al poeta a incluir en su poesía amorosa unos piadosos versos a la pasión de San Vicente Mártir, cuya imagen quedaría fijada en su retina ante el retablo dedicado a este Santo en la ermita que, para conmemorar la conquista de Segura, el día de San Vicente Mártir de 1212, por los Caballeros santiaguistas, se erigió en el contiguo cerro que todavía se llama de San Vicente.

Localización de las Ermita de San Vicente Mártir en Segura de la Sierra

El ejercicio de la Caballería, consustancial con la nobleza, era el más considerado, y don Jorge, formado a la sombra de su padre hizo honor a la tradición familiar, siguiendo el oficio de las armas.

El Maestre D. Rodrigo
Manrique, tanto famoso
e tan valiente.

Vamos, pues, a situarlo ante los acontecimientos bélicos en que participó, para que podamos ver cómo, al igual que su padre, las empresas y expediciones militares en que participó, tienen por escenario la frontera militar con el reino de Granada, de las que no suele alejarse, como no sea para intervenir en las escaramuzas y banderías de la nobleza.

Vivió sobre las armas, pero casi siempre acompañando a su padre en sus campañas, o patrullando los campos de la Mancha durante las discordias civiles. Así, ayuda a don Rodrigo a rendir la fortaleza de Alcaraz, sometiendo definitivamente el Marquesado de Villena a la Corona. Pelea también brillantemente a su lado en las conquistas de Uclés y de Ocaña. Muerto don Rodrigo, cae prisionero en Baeza al intentar tomar la plaza, pero ahora también lucha, como siempre, formando parte de la confederación familiar de los Manrique, al servicio de sus parientes y aliados, los Benavides. Esta misma motivación es la que le lleva a sostener los derechos de su primo don Alvaro de Estúñiga, al Priorato de San Juan, usurpado por don Juan de Valenzuela, a quien venció con fuerzas numéricamente muy inferiores cerca de Ajofrín. La influencia y personalidad de don Rodrigo Manrique, transcienden de su feudo de Segura de la Sierra, dejándose sentir en las Encomiendas limítrofes de Yeste —poseída por su hijo don Pedro—, en la de Montizón, de la que es Comendador don Jorge; la de Caravaca e incluso en el Reino de Murcia, donde imperan los Fajardo, sus parientes y aliados.

Fortaleza de Alcaraz

El estado de Caballero es un alto honor que comporta arduas obligaciones, pero si se trata de tan claro linaje, como el de los Manrique, la gloria, la honra y el heroico esfuerzo se sostienen sobre una continua sucesión de hazañas, que por nada ni por nadie deberán ser superadas. Como el teatro de las luchas de los Manrique es la inquieta frontera de Segura, porque la defensa de la fe de Cristo y la reconquista del territorio nacional es la gran tarea que incumbe a don Rodrigo, allí monta la guardia a lo largo de su vida, y para que ésta sea más efectiva y prevenir posibles riesgos, por medio de alianzas y lazos de sangre, extiende su actividad a otros dominios y desde luego a la Encomienda de Montizón, en el punto de sutura entre Sierra Morena con Sierra Segura, y es por ello por lo que Montizón viene a ser como una pieza en el dispositivo militar de la limítrofe Encomienda de Segura, y don Jorge, un Capitán del Maestre, aunque en ocasiones se vea forzado a intervenir en las pugnas señoriales, en una de las cuales sería mortalmente herido ante los muros del Castillo de Garcimuñoz. La única ciudad a la que estuvo vinculado por su matrimonio, y porque entonces era el centro político de España, fue Toledo, pero aparte de estas esporádicas ausencias de Montizón, no se encuentra mención de su presencia y de contacto alguno con la Tierra de Campos, aunque le perteneciesen las tercias de Villafruela.

Castillo de Garcimuñoz

A la vista de estos datos, y considerando que, de la opinión de los autores, y entre ellos, la muy autorizada de Serrano de Haro, se viene a la consecuencia de que no hay motivos para señalar Paredes de Nava como lugar de nacimiento de Jorge Manrique, lógicamente se desprende que otro lugar hubo de serlo, y es indudable que en ningún otro concurren las circunstancias que señalan a Segura de la Sierra como cuna del poeta. En lo sucesivo, sería ya imperdonable que a Jorge Manrique no se le incluya en el repertorio de grandes poetas españoles que nacieron o vivieron en lo que actualmente es provincia de Jaén.

 

Genaro Navarro.


jueves, 15 de octubre de 2020

BREVES APUNTES DE LA TRADICIÓN MUSICAL EN PUENTE DE GÉNAVE

Todo pueblo muestra, como forma de identidad, su actividad musical a lo largo del tiempo. Puente de Génave no es una excepción y ha tenido una larga trayectoria en esta manifestación artística, que ya ha sido abordada en otros artículos en este Blog, pero que ahora es tratada y repasada su evolución en este artículo de José Carlos González publicado allá por el año 2000 en el libro de fiestas de nuestro pueblo.

TRADICIÓN MUSICAL EN PUENTE DE GÉNAVE. 

Si de algo puede jactarse y presumir Puente de Génave es el estado tan dulce por el que atraviesa el mundo de la música, que se constituye en uno de sus grandes embajadores y también en estandarte de puertas hacia fuera. Pero para explicar porque la localidad vive un gran momento musical es preciso remontar por los senderos de la historia, bucear en su historia para cerciorarnos de que aquí ha habido una enorme tradición musical, por lo que sus habitantes han recogido una de sus grandes herencias y así de paso se han enaltecido una de sus grandes costumbres que pueden definir la idiosincrasia de una comunidad como lo es Puente de Génave.

Jose Carlos González Sánchez (a la izda.)

En los años 40, floreció el grupo de pulso y púa denominado Los Mariachis, conformado por nombres tan ilustres como José Villalba, Nicasio, Julián, Antonio, Faustino Serrano…., cuyas andanzas musicales todavía se bailan en los rincones más recónditos del alma y de la memoria. Iremos aún más atrás y rescataremos aquellas disputas musicales entre dos bandos, los de este lao, contra los de aquel lao, facciones que empleaban unos instrumentos tan peculiares como los peines con papel de fumar, haciendo vibrar el papel de fumar con las púas de los peines, a través de continuos soplidos. Y decimos que se organizaban batallas, porque tras los conciertos se originaban enfrentamientos de pedradas. Les podemos contar que el líder de los de este lao era Santiaguete. Sucedía esto por la época de la postguerra.

Integrantes de Los Mariachis

Pero Los Mariachis ganaron, junto con la asociación de Coros y Danzas Femenino un certamen provincial de corales junto con Villarrodrigo en el año 1957. La fase regional se celebró en el antiguo Cine Mari Paz. Por aquellas fechas eran sonados aquellos bailes verbeneros celebrados en el Bar Nacional, regentado por Gregorio Solano. Tanto Los Mariachis como la Asociación Coral Femenina se disolvieron a finales de los años 60, principalmente por la emigración que asoló a Puente de Génave, quedando como vestigio, la Coral Parroquial.

Coros y Danzas de la Secc. Femenina. 1957

En los años 60 fueron prolíficos los concursos de bailes regionales con los escolares en los terrenos de la fábrica de aceite de los hermanos Ortega Lara. También llegaron a organizarse concursos de trajes regionales donde participaron niños, niñas y mayores. Unos trajes diseñados en lo más profundo y autóctono de la sierra de Segura, concretamente en la antigua fábrica de telares de Santiago-Pontones, confeccionados con lana de oveja segureña. Por aquel entonces, en las fiestas patronales de San Isidro Labrador, los entrañables Pizarrines de Génave se encargaban de animar las fiestas y alojándose en casas particulares. 

Componentes de Los Pizarrines de Génave

      En los años 70, las fiestas empiezan a contar en sus verbenas con grupos de enjundia y categoría. Las grandes atracciones se encadenan a partir de 1974 con la llegada de Los Tres Sudamericanos y la primera actuación en la provincia del grupo musical Jarcha que ofrecieron un recital en el cine Mari Paz. Después otros les sucedieron como La Década Prodigiosa o La Frontera….
Agrupación Musical San Isidro Labrador

Y hoy en día, Puente de Génave vive un gran esplendor musical con una banda de música que integra a unos 60 chavales y que está supervisada por la Agrupación Musical presidida por Francisco Luna, una coral polifónica que da nombre a un histórico Faustino Serrano, que se gestó por el triángulo conformado por él mismo, Alicia Serrano y el profesor de música Miguel Angel Cano, quienes también crearon la banda de niños La Tribu de Don Chin Pun. La Coral hace las delicias con recitales en la provincia y fuera de ella, y cuenta con un disco editado con título Jericó. Y por si fuera esto poco, está el ritmo juvenil que pone en sus actuaciones Bumeran, que sonará en muchas fiestas patronales de localidades próximas.

José Carlos González.