jueves, 30 de diciembre de 2021

SIERRA DE SEGURA. DULCES Y NAVIDAD

Cuando las hojas del calendario se acercan a final de año y nos preparamos para celebrar las fiestas de Navidad, Fin de Año y Reyes; son muchos los hogares de nuestros pueblos donde se elaboraban dulces tradicionales que hacían más agradables nuestras comidas y encuentros familiares. Hoy en día, la panadería industrial ha sustituido muchas de estas elaboraciones, por lo que sirva este modesto artículo para rendir merecido homenaje a esos sabrosos manjares que las mujeres de nuestra Sierra elaboraban año tras año.

CON SABOR A TRADICIÓN

La Sierra de Segura guarda una enorme variedad de celebraciones y fiestas, entre las que, a lo largo del tiempo, tiene especial protagonismo las de Navidad, fin de año y Reyes. Y es en torno a la mesa, con la degustación de los mejores productos tradicionales de nuestra despensa, como se solía celebrar. La cocina tradicional serrana adquiere en estas fechas protagonismo, siendo fiel reflejo del uso de los ricos ingredientes de producción local.

Cocina tradicional

Un apartado significativo en este ámbito serán los dulces tradicionales navideños que se suelen presentar al finalizar los suculentos manjares que, con carácter especial, han presidido nuestras reuniones. Aquí, en estos dulces, adquieren relevancia los productos de la tierra como el aceite de oliva, la miel, la almendra, la harina, los huevos de corral, etc...; elaboración que normalmente se anticipaba y que venía a continuación de las matanzas del cerdo, matanzas que proporcionaban todo tipo de grasas y mantecas necesarias, en ocasiones, para la elaboración de algunos productos.

Ingredientes típicos

El interminable catálogo de dulces y productos distribuido por toda la sierra, aparece arraigado en una fuerte tradición moruna, transformada y acondicionada a lo largo del tiempo, pero que conserva la esencia del buen hacer de los usos árabes. Se puede considerar que la Navidad entra a las casas con la preparación de los dulces propios de este tiempo, elaborados con ricos y tradicionales ingredientes, amasados y confeccionados con el trabajo de esas incansables mujeres que encadenaban el trabajo del campo con las labores propias del hogar, que utilizaban, en la mayoría de ocasiones, junto a otras mujeres, los singulares hornos comunitarios de leña donde, a fuego lento, se horneaban todo tipo de productos sorteando el crudo invierno serrano. Era un momento de fraternidad familiar o vecinal, pues en la mayoría de las ocasiones se procedía al amasado y elaboración haciendo partícipe a diversas personas y familias, compartiendo ingredientes y consejos, en un comunitario ritual donde se repartían las tareas, para al acabar la cocción llegar a una amistosa distribución de los dulces elaborados.

Horno comunitario

Sin duda alguna el momento de mayor eclosión en la elaboración de dulces es la Navidad. Los ingredientes principales son la almendra, manteca de cerdo, aceite, huevos, harina o miel, acompañados de jarabes y mermeladas caseras. Por todo ello, consideramos, que no hay nada mejor que un buen producto artesano para endulzar las fiestas navideñas y, de esa forma, hacer un paréntesis reparador, arropados por el calor del hogar fomentando y compartiendo el espíritu de concordia que reina en estas fechas.

Roscos de anís y vino

Existe una gran variedad de dulces o postres tradicionales y típicos en nuestro entorno. Sería muy extenso entrar a detallar todas sus características, elaboraciones y variedades por lo que nos vamos a centrar en algunos de los más usuales y típicos. Iniciamos este recorrido por la deliciosa leche frita elaborada a base de leche, harina, azúcar, huevo, ralladura de limón y canela; otro de los postres típicos son las gachas dulces, un plato muy antiguo asociado a épocas de escasez, ya que las masas de harina saciaban el hambre a un bajo coste al contar con ingredientes relativamente accesibles como la harina, agua, azúcar, matalahúva, leche y aceite; también los mantecados son claros protagonistas al ser confeccionados con ingredientes básicos como harina, azúcar, almendra y manteca de cerdo, siendo su confección rápida y sencilla; nombraremos así mismo a un dulce que no podía faltar en cualquier mesa navideña como es el pestiño, elaborado con harina, limón, canela, agua, azúcar, vino blanco, matalahúva y aceite de oliva que sirve para freír la masa resultante de la mezcla de ingredientes que después será embadurnada con azúcar y canela; o también otro simple dulce que aprovechaba los productos de la reciente matanza como son las típicas tortas de manteca realizadas a base de manteca de cerdo y harina amasada y después de cocida recubiertas de azúcar; para finalizar nombraremos a un claro protagonista como son los roscos, básicamente de dos sabores, anís y vino, elaborados con harina, huevos, ralladura de naranja y limón y azúcar. Podríamos seguir con una suculenta lista de manjares y dulces navideños, además con diferentes particularidades y elaboraciones dependiendo de los matices que en cada población se solían introducir, aportando variedad, sin disminuir sus particularidades, consiguiendo un producto rico y delicioso.

Gachas dulces.

Estos manjares presidían las tertulias de después de cada comida, donde los platos repletos de estos dulces presidían las mesas una vez desaparecidas las ricas viandas de la comida y, por supuesto, con abundante mistela serrana confeccionada a base de aguardiente fuerte, café, matalahúva, canela, corteza de naranja y limón y abundante azúcar pacientemente macerada y reposada.

Mistela de café

Todos juntos, frente a la chimenea y en compañía de su calor, esperando en amena conversación a que el licor hiciera su efecto y alguno se arrancara con alguna cancioncilla popular o villancico. Así de simple, así de entrañable, así de familiar y extraordinario.

José Ant. Molina Real

miércoles, 15 de diciembre de 2021

NUESTRO PARTICULAR "CAMINO DE SANTIAGO". EL CAMINO DE SAN JUAN DE LA CRUZ

Hay ocasiones que aparecen oportunidades en el horizonte de pueblos y territorios, y la que vamos a describir lo es. Nos referimos al Camino de San Juan de la Cruz, un verdadera oportunidad turístico-cultural que aparece como vertebradora de toda la Sierra de Segura. Así lo pone de manifiesto la publicación que reproducimos aparecida en el principal periódico español El País, en su sección El Viajero el 13 de noviembre pasado, y en la que se daba conocimiento de una ruta abierta a aquellos amantes del senderismo y turismo de la naturaleza que recorre las provincias de Jaén, Albacete y Murcia en el maravilloso entorno de la Sierra de Segura. Desde el Blog queremos contribuir a dar difusión de este nuevo atractivo a sumar a los muchos que atesora nuestra Sierra de Segura y que esperemos suponga una nueva forma de vertebración del territorio al tiempo que se convierta en una oportunidad para sus pueblos y sus gentes.

 CAMINO SAN JUAN DE LA CRUZ.

No es una ruta mística, ni tampoco una peregrinación. Es el camino en sí mismo, un viaje hacia el interior de España siguiendo la huella de San Juan de la Cruz, el carmelita que en el siglo XVI iluminó este gran sendero lleno de naturaleza que en otoño se convierte en un festival de colores por la inmensidad de sus paisajes. Ocho municipios, cuatro provincias y tres comunidades autónomas vertebran el Camino de San Juan de la Cruz, el particular Camino de Santiago del sur de España que ahora se ha puesto en valor turístico para deleite de los muchos andariegos —acepción propia de Santa Teresa con la que se conoce a estos senderistas— que ya se atreven a emular al santo y poeta universal.

“Mi amado las montañas

 los valles solitarios nemorosos,

 las ínsulas extrañas,

 los ríos sonorosos,

el silbo de los aires amorosos” 

Recorrido del Camino de San Juan de la Cruz

Esto escribió San Juan de la Cruz en una de sus estrofas del afamado Cántico Espiritual (1578). Era una de las muchas semblanzas que el carmelita hizo de una ruta, majestuosa y desconocida a la vez, que realizó al menos en siete ocasiones sin más compañía que la de su burra y la de otro fraile. Un camino que es una encrucijada de influencias levantinas, andaluzas y manchegas, pero con una personalidad, tradición e historia en común. Historiadores y geógrafos coinciden en reconocer a este territorio como el epicentro de la comarca natural de la Sierra de Segura. Nada que ver con la división administrativa del territorio que trazó Javier de Burgos en 1833 sin tener en cuenta sus vínculos históricos. Así, Beas de Segura, que pertenecía a la provincia de La Mancha, pasó a Jaén; la Sierra de Segura del viejo Reino de Murcia se repartió entre Jaén, Albacete y Murcia que son la esencia del camino sanjuanista; mientras que la incorporación plena de Caravaca y Moratalla a Murcia no se produjo hasta 1874.

El origen de esa comunidad humana habría que retrotraerlo a la Oróspeda de los romanos, en las fuentes del Betis y del Táder, a la montaña de Tudmir en época islámica. La Reconquista supuso la incorporación de esta zona a Castilla, formando parte del Reino de Murcia pero bajo la administración de la Orden de Santiago, cuya principal función era la defensa de la frontera contra el Islam. La Orden de Santiago marcaría, con una especie de soberanía política, económica y religiosa excepcional, un carácter propio y diferenciado de otros territorios vecinos hasta el siglo XIX.

Imágenes de Sta. Teresa de Jesús y S. Juan de la Cruz. Beas de Segura

Ya en el siglo XVIII, el ministro Ensenada, para potenciar la marina de guerra y abastecer a los astilleros, crearía la Provincia Marítima de Segura de la Sierra (1748-1833). Empezaron las talas masivas, el ajorro o arrastre por tierra y una especie de pastoreo flotante de maderadas de grandes pinos, los salgareños, apreciados por su esbelta rectitud, que los gancheros llevaban por los cauces de los ríos Segura y Guadalquivir para sacarlos al mar, en Calasparra por una cuenca, y Córdoba y Sevilla por la otra, hasta acabar en Cartagena o Cádiz. La extracción masiva no se interrumpió al desaparecer la Provincia Marítima y siguió surtiendo de vigas al entibado de las minas y de travesaños a los ferrocarriles.

Aunque el Camino de San Juan de la Cruz se diseñó hace cuatro años entre Beas de Segura, en Jaén, y Caravaca de la Cruz, en la Región de Murcia, ya se tramita una ampliación hasta Villanueva del Arzobispo, lo que eleva la extensión de la ruta a unos 180 kilómetros. Allí en Beas, en el monasterio del Calvario, el carmelita pasó sus primeros tiempos en Andalucía. Entre una loma de olivos de la sierra de Las Villas, con el bello municipio jiennense de Iznatoraf, a lo lejos, haciendo de vigía, se conservan, a duras penas, los restos de este monasterio junto a un gran pilar y una hermosa fuente. En Villanueva, la señalización del camino sanjuanista se inicia en la puerta de la umbría de la parroquia de San Andrés y se prolonga hasta el santuario de la Virgen de la Fuensanta, donde el caminante encuentra otra estatua del místico y, en su torreón, la celda donde estuvo alojado este poeta del Renacimiento español durante su estancia en el lugar.

Anagrama del Camino de San Juan de la Cruz

Son muchos los autores, entre ellos el filósofo Domingo Henares, quienes sostienen que San Juan de la Cruz no escribió su obra cumbre, el Cántico Espiritual, entre las inhóspitas paredes de una cárcel conventual de Toledo, sino en los campos y lugares habitados más apacibles de Jaén, en especial en el camino entre Villanueva del Arzobispo y Beas de Segura. Lo que sí está demostrado son sus frecuentes viajes a Caravaca de la Cruz, donde se había producido una fundación de su orden del Carmelo. Este es el recorrido por etapas que este camino quiere reproducir.

Etapa 1.- Beas de Segura-Hornos de Segura. (24,4 km)

La primera etapa del camino oficial la iniciamos en Beas de Segura, donde San Juan de la Cruz permaneció varios años al abrigo del convento carmelita fundado por Santa Teresa de Jesús en 1575. Dos gigantes de la espiritualidad que son el principal argumento del espacio expositivo de la localidad “La villa de Beas. El siglo XVI y la mística”.

Fachada del convento carmelita de Beas de Segura.

A las puertas de ese convento, junto a las esculturas de estos dos ilustres personajes, emprendemos el camino guiados por el club de senderistas El Camino, un grupo de amigos que se conocieron hace siete años haciendo el Camino de Santiago y que ahora se esfuerzan por divulgar el itinerario sanjuanista que en estos primeros tramos se encuentra ya perfectamente señalizado. Una etapa muy exigente por sus grandes desniveles y fuertes pendientes, como la del camino de La Parrilla, que alterna pistas forestales y sendas entre pinos y encinas. Más adelante, el trazado se empina y zigzaguea entre grandes peñascos para alcanzar su mayor altitud en las Cumbres de Beas, a 1.291 metros.

Las sierras jiennenses de Las Villas y de Segura emergen entre las impresionantes vistas que ofrece este sendero, que en un buen tramo coincide con el cordel de la trashumancia del ganado que cada otoño ve transitar por estas veredas a miles de ovejas y cabras cuando dejan las zonas más gélidas de Segura en busca de pastos más cálidos en Sierra Morena. En primavera harán el camino a la inversa. Y también se entrecruza con esta primera etapa el sendero GR 247 Bosques del Sur, que, con 478 km. señalizados, es la más larga ruta senderista circular de España, y que gira en torno al mayor espacio protegido del país: el parque natural Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas.

Esta primera parte concluye tras un descenso que nos llevará a caminar en paralelo al pantano del Tranco (recomendable un paseo en su barco solar) y teniendo en el horizonte la imponente silueta del pueblo de Hornos de Segura, un gran peñasco coronado por el castillo que conserva el tipismo de villa medieval.

Etapa 2.-Hornos de Segura-Pontones (22,7 km)

Esta etapa se adentra en lo más profundo de la sierra de Segura, una zona de gran riqueza paisajística entre pistas, sendas y caminos de herradura en buen estado. En sus primeros pasos circunda por algunas de las numerosas aldeas que, como La Platera, sobreviven al paso del tiempo, y por otras cortijadas ya abandonadas, como La Agracea, que simbolizan la expropiación forzosa que sufrieron más de 2.000 vecinos tras la declaración del Coto Nacional de Caza en la segunda mitad del pasado siglo.

Hornos de Segura

En el ascenso decimos adiós al olivar y damos la bienvenida a un rico bosque mediterráneo con ejemplares de cornicabras y madroños, disfrutando del hermoso ecosistema serrano y el azul del pantano en lo hondo. Tras atravesar las aldeas de Montalvo y Casas de Carrasco llegamos a Pontones, la localidad que en junio de 1975 se fusionó con Santiago de la Espada alumbrando el municipio de Santiago-Pontones. A cinco kilómetros, en la aldea de Fuente Segura, nace el río Segura, que aparece como un surgente que mana agua bajo una gran roca. Su cauce discurre por las provincias de Jaén, Albacete, Murcia y Alicante (desemboca en Guardamar del Segura) y toda su cuenca la riegan afluentes como el Zumeta, el Taibilla, el arroyo de Letur, el de Benizar o el mismo río Tus.

Pontones

Etapa 3.-Pontones-Santiago de la Espada (21 km)

    “Pastores, los que fuerdes

    allá por las majadas al otero:

    si por ventura vierdes

    aquel que yo más quiero,

    decidle que adolezco, peno y muero”.

Estos versos del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz sirven para adentrarnos en este tramo donde el pastoreo es el protagonista, tramo que transcurre íntegramente por tierras a más de 1.300 metros de altitud. Lo hace a través de una senda paralela al río Segura con excelentes vistas sobre un valle donde las aguas se encajan entre bosques de ribera y con la Cueva del Agua (junto a la aldea de Poyotello) como uno de sus principales reclamos. Es quizá el lugar de mayor concentración de ganado, que se caracteriza por el uso extensivo y la trashumancia de la oveja segureña, una raza autóctona propia de los montes y altiplanicies del sureste. Por eso el paisaje está repleto de testimonios de esta actividad, como las tinás (cobertizo para el ganado), el tornajo (abrevadero en un tronco acanalado), el lavadero o el descansadero; así como de cañadas, cordeles y veredas, que han sido los caminos tradicionales del ganado. 

Santiago de la Espada

Señalar que la misma localidad de Santiago de la Espada tuvo un origen pastoril en 1525, con un primer asentamiento de pastores llamado El Hornillo. Un nombre que le vino dado porque era alrededor de un hornillo donde los ganaderos cocían el pan durante sus estancias. En el centro urbano, junto al Ayuntamiento, se encuentra la posada donde se hospedaba San Juan de la Cruz, que conserva casi intacta la balconada original de finales del siglo XVI.

Etapa 4.-Santiago de la Espada-Nerpio (32,2 km)

Junto al puente del río Zumeta, por donde transcurre el camino sanjuanista, el grupo de teatro aficionado Artemix sorprende con una escenificación de la vida de San Juan de la Cruz y su encuentro con Santa Teresa de Jesús, con los hábitos prestados por los propios carmelitas —algunos de ellos intactos desde el siglo XVI—. Es su contribución a la divulgación de un camino que los lugareños quieren ahora explotar turísticamente. 

En la vega del Zumeta, entre huertas y labranzas, parte el sendero que nos conduce a Nerpio, en la provincia de Albacete. Poco más allá el río se encaja entre montañas y aparece el hermoso cañón del Zumeta, cerca del viejo camino de herradura con muros de contención de piedra seca en vaguadas y taludes. El pico de esta etapa se alcanza en la sierra de Huebras (1.575 mts), pero muy cerca de allí se otea un amplio horizonte del valle y lejanas sierras al sur como las Cabras, la Guillimona, la Sagra o Castril, estas últimas, parte de la incursión que hace la ruta en la provincia de Granada.

A Castilla-La Mancha se entra en cuanto se toma el desvío hacia Nerpio, al dejar la carretera A-317. La bienvenida al viajero se la da el hermoso valle del río Taibilla y llama la atención la estampa tan singular de la aldea de Las Quinterías, bajo un gran abrigo rocoso que por momentos emula al cañón del Colorado. A Nerpio llegaremos tras una parada previa en la pedanía de Pedro Andrés, donde sobresale la silueta del castillo santiaguista de Taibilla conocido como el guardián de la frontera, y siguiendo la deliciosa ruta de los nogales centenarios, que adquieren en otoño todo su esplendor cromático y paisajístico. Pedro Andrés es también un buen lugar para disfrutar de la gastronomía de esta ruta sanjuanista. Platos como el potaje carmelitano, las migas de harina, el ajoharina, el ajo modorro, atascaburras, olla gitana, ajo pringue o la sopa castellana son los más señeros de la cocina tradicional de esta inmensa comarca.

Nerpio

Etapa 5.-Nerpio-El Sabinar (21,1 km)

El paisaje de Nerpio es grandioso. La alternancia de grandes sierras y montañas (se llegan a alcanzar los 2.000 metros en la sierra de las Cabras) con valles y barrancos ofrecen una continua sorpresa al andariego. En este municipio albaceteño, donde confluyen los ríos Taibilla y Acedas, destaca su puente de piedra realizado en el año 1903; una joya de ingeniería. Entre Nerpio y la localidad de Moratalla se encuentra una de las mayores concentraciones de abrigos de arte rupestre, sobresaliendo por su importancia el de Solana de las Covachas (para visitarlas, hay que reservar; 967 43 81 70). Se trata de un conjunto de pinturas en multitud de cavidades rocosas —la mayoría de estilo levantino y también esquemático neolítico— que forman parte del arte rupestre del arco mediterráneo en la península Ibérica que en 1998 fue declarado por la Unesco patrimonio mundial. La etapa concluye en la pedanía de El Sabinar, a la que se llega por una llanura entre almendros, plantas aromáticas y otros ejemplares recios y vetustos de sabina albar, en su emplazamiento ibérico más meridional.

El Sabinar 

Etapa 6.- El Sabinar-Caravaca de la Cruz (36 km)

La última (o primera, según se mire) etapa del camino es la más larga, pero también la más suave. Discurre en buena parte por el amplio y llano Campo de San Juan, rodeado de altas sierras, con suaves ondulaciones entre el cereal, la lavanda, apriscos y el sonido de esquilas de ganado. Cerca queda el curso alto del río Alhárabe que nos guiará desde el embalse de La Risca hasta la aldea del mismo nombre. El Collado de la Cruz, de algo más de 1.100 metros de altitud, es la última dificultad que hay que afrontar antes de divisar Caravaca, sin duda uno de los municipios donde la huella de san Juan de la Cruz queda más patente. La localidad murciana nos recibe con la escultura del santo andariego, obra de Rafael Pi Belda (1986). 

Convento de Ntra. Sra. del Carmen. Caravaca de la Cruz

A escasos metros se encuentra el monasterio de Nuestra Señora del Carmen de los Carmelitas Descalzos, fundado por San Juan de la Cruz en 1587, hoy convertido en hospedería rural. También conviene visitar la Casa de San Juan de la Cruz, donde se alojaron los frailes en 1586 mientras se adecuaba el que sería el convento de Nuestra Señora del Carmen; y la antigua iglesia de la Compañía de Jesús, actualmente un gran espacio cultural que alberga un gran lienzo del carmelita realizado por el pintor de Puente de Génave, Santiago Ydáñez.

Como resume Pascual Gil Almeda, prior de los Carmelitas Descalzos en Caravaca y principal artífice de la puesta en valor turístico de esta ruta: “Este es un camino con una originalidad propia que no debe perder su identidad y que sirve para descubrir la universalidad de un personaje como san Juan de la Cruz, uno de los pilares de la mística occidental”.

Periódico El País.Artículo Sección El Viajero.Ginés Donaire. 13-11-2021

Caravaca de la Cruz

Os dejamos, a forma de conclusión, el enlace para que podáis visitar la página web del Camino de San Juan de la Cruz, donde podréis encontrar información detallada y concreta de sus particularidades, así como del recorrido, tramos, perfiles de dificultad, tracks y pequeñas indicaciones sobre los lugares a visitar por las zonas donde pasa este Camino que esperamos suponga un referente dentro de las rutas religiosas y de disfrute del entorno natural en España.


-Mapas de los recorridos de las etapas....

1ª etapa.-Beas de Segura- Hornos de Segura.
2ª etapa.-Hornos de Segura-Pontones.
3ª etapa.-Pontones-Santiago de la Espada.
4ª etapa.-Santiago de la Espada-Nerpio.
5ª.-Nerpio-El Sabinar (Moratalla).
6ª etapa.-El Sabinar (Moratalla)- Caravaca de la Cruz.




martes, 30 de noviembre de 2021

UN MUSEO DIFERENTE

 MUSEO AL AIRE LIBRE DE PUENTE DE GÉNAVE

Resulta evidente que cada municipio intente resaltar sus bellezas y particularidades, unas veces propiciadas por la propia naturaleza y en otras ocasiones a través de sus monumentos. Puente de Génave no es una excepción y a un entorno maravilloso con preciosos rincones donde el río Guadalimar alcanza verdadero protagonismo, suma una particularidad más al estar desarrollando e integrando en su paisaje urbano un importante número de obras escultóricas que surgidas desde el Concurso de Escultura al Aire Libre patrocinado por el Excmo. Ayuntamiento. Este sistema propicia que a los diferentes proyectos presentados se le someta a una votación popular a fin de elegir la obra que se convertirá en parte integrante del paisaje de sus calles. Una importante dotación económica a modo de beca servirá para materializar el proyecto elegido y convertirse así, una vez instalada la obra en alguna parte significativa del municipio, en parte integrante de las dinámicas cotidianas de su habitantes. Una brillante idea que está dotando de un importante contenido cultural al municipio, al que debemos sumar la sala de exposiciones Santiago Ydañez de la fábrica de La Vicaria, y que enriquece de forma considerable el atractivo del patrimonio de la localidad. Por tanto estamos ante una considerable apuesta cultural de futuro para Puente de Génave.

Sirva este recorrido gráfico por las diferentes obras que, a lo largo de esta primera parte de este S. XXI, han ido tomando forma y se han convertido en realidad artística de nuestras calles y plazas.



-COLUMNA DE LA GENTE. Año 2000. Columna ubicada en el Paseo La Vicaría en la que están escritos los nombres de todos los habitantes del municipio censados en el año 2000.





-EVOLUCIÓN TRABADA. El nudo. Año 2001. Una obra del artista orcereño José Fernández Ríos situada en el Paseo La Vicaría y que representa una torre eléctrica con un nudo que significa los problemas que representa la evolución y el progreso para este rincón de Jaén que es el entorno de la Sierra de Segura. 






-EL ACEITUNERO. Año 2002. Obra de Ives Fedou que situado en el Paseo a La Vicaría viene a ser un homenaje a la tradición olivarera del municipio, teniendo una figura humana que emerge desde una fuente en sus manos una vara y una aceituna en actitud oferente.





-EL ÁRBOL. Año 2003. En esta obra realizada íntegramente con canalones de desagües que viene a aprovechar la parte trasera de una casa que se asoma al Puente Viejo y al río Guadalimar para crear un juego armónico que a modo de árbol establece multitud de ramificaciones. Esta sería la segunda obra del artista serrano José Fernández Ríos en la localidad.






-GATOS. Año 2004. Esta obra de Jose Antonio Baños Arjona, rinde un homenaje a este animal doméstico característico de los pueblos de la serranía, representado en diferentes posiciones y distribuido en diversos lugares de la población. Esta obra fue la ganadora de la primera edición de los premios del Museo al Aire Libre de la localidad.





 -EL PUENTE. Año 2005. Ganadora de la II Edición del Premio del Museo al Aire Libre, esta obra de Manuela Arias Morales viene a ser una representación del significado que los puentes tienen para Puente de Génave a lo largo de su historia. Su ubicación se encuentra en el Parque Jorge Flores presidiendo el escenario de usos múltiples dando un marco decorativo al entorno.





-TRASIEGO HISTÓRICO. Año 2006. Repite obra José Fernández Ríos con esta obra que intenta, a través de un diverso juego de siluetas encadenadas, representar el devenir histórico de un lugar de paso como así siempre ha sido el municipio. Las siluetas muestran la evolución humana en un recorrido ascendente en la escalera que conecta el entorno del Puente Viejo con la carretera.





-EL PAISAJE ES UN SUEÑO. Año 2007. Esta es la leyenda que en letras de acero están adosadas al muro que delimita el cauce del río Guadalimar en el entorno del Puente Viejo. Esta obra de Santiago Lobo fue la ganadora de la IV Edición del Premio del Museo al Aire Libre.





-BARCO DE PAPEL. Año 2008. También situado en el entorno del Puente Viejo es la única obra que no se puede contemplar ya que fue arrastrada por una importante riada. La obra del ecijano José Freire fue la ganadora de la V Edición del Premio del Museo al Aire Libre de la localidad. 





-TRES EN FORMACIÓN. Año 2009. Es una alegoría a la historia y el tiempo que ha ido transformando la evolución del ser humano dando carácter a cada pueblo. Esta obra de Miguel Ángel Valverde Hidalgo fue la ganadora de la VI Edición del Premio del Museo al Aire Libre y se encuentra presidiendo la entrada al pueblo en el Paseo La Vicaría.





-LA HUELLA. Año 2010. Nos tendremos que trasladar a la zona opuesta de la localidad para poder contemplar esta obra de Cesar David Hernández Manzanos que se sitúa al inicio de la Avd. de Andalucía. La obra representada en tres elementos representa una huella dactilar humana como símbolo del cambio del entorno que ha producido el hombre. Fue la ganadora de la VII Edición del Premio del Museo al Aire Libre.





-EL SALTO. El Chapuzón. Año 2011. Situada junto al Puente Viejo y frente al Puente Nuevo, esta obra del segureño José Fernández Rios, ganadora de la VIII Edición del Premio del Museo al Aire Libre, pretende hacer un homenaje a los baños en el río que la chiquillería solía hacer en verano lanzándose desde el mismo puente o sus aledaños a este entorno que siempre ha conservado un gran significado para los habitantes de Puente de Génave.





-AMAPOLAS. Año 2019. La creación de Alicia Cegri, situada en el espacio ajardinado de la Fuente Vieja viene a recrear unas gigantescas amapolas que dan colorido y armonía a un espacio urbano, representando la pequeñez del ser humano ante la inmensidad de la naturaleza. Fue la ganadora de la IX Edición del Premio del Museo al Aire Libre.





-EL SAPIRRANO. Año 2021. Esta obra de Cristian Aguilera Cano situada entre el Puente Viejo y el Puente Nuevo, resultó ganadora de la X Edición del Premio del Museo al Aire Libre que no se pudo realizar en el año 2020 a causa de la pandemia, viene a manifestar metafóricamente lo que el río Guadalimar ofrece a toda la población, concretándose esta ofrenda en este ser que emerge de sus aguas para integrarse en el paisaje del municipio.







Por José Ant. Molina Real