lunes, 25 de marzo de 2019

EL PROGRESO FRENTE A LA TRADICIÓN.

Para esta ocasión hemos recuperado, desde nuestro Blog, un interesante artículo de Domingo Henares publicado en 1991, en el que hace encendida crítica a las obras que, poco tiempo después, se llevaron a cabo en el entorno del Puente Viejo, que no sólo contemplaban su dudosa restauración sino también parte del saneamiento público de Puente de Génave.
Puente Viejo con el Molino de Trillo al fondo antes de la actuación urbanística

SI NO HAY OTRO REMEDIO…..

La historia personal de cada hombre consiste en un puñado de recuerdos. Y entre los sucesos memorables, que se pueden contar con los dedos de una mano, está primero su lugar de nacimiento. El pueblo donde fue a su primera escuela y empezó a tener amigos, las campanas de una iglesia que voltearon su corazón de niño en fiestas, aquel reloj del Ayuntamiento como una mirada enorme y contando el tic-tac de los pasos iniciales por la vida. La biografía, entonces, de cada uno de nosotros está edificada sobre las primeras piedras de la memoria.
Río Guadalimar y la estructura romana del Puente Viejo 
Los que hemos nacido en Puente de Génave, por más señas, tenemos un testigo cualificado que se llama río Guadalimar. El río “mediano” que pudo enseñar la caducidad de la vida de nuestro poeta segureño Jorge Manrique; y por donde bajaban siguiendo el Guadalquivir desde un tiempo medieval, según advierte Emilio de la Cruz en diversos tratados, los troncos madereros de los pinos de nuestra sierra para la construcción de las naves en Sevilla o en Cádiz, y tal vez remaron hasta encontrarse con el Nuevo Mundo.
Ruinas del molino de Trillo bordeado por las obras de canalización
Y, sobre el río Guadalimar, como un arco de triunfo del paisaje, está el “Puente Viejo”, por donde pasaron los romanos antiguos y después venían los cosecheros desde la villa de Génave, los arrieros del siglo XVI, con su grano hasta el molino cuyos restos completan el entorno que pone nombre a este pueblo, incluso antes de que se juntaran sus vecinos. Puente de los romanos, puente de Génave, puente nuestro. Ahí están las huellas de identidad con toda su belleza antigua, la leyenda verdadera de un paisaje recordado y que muy pronto, si no hay otro remedio, vamos a tener que dejar de contarlo, porque nadie va a creerse tras su restauración su noble origen. Quisiera equivocarme pero no quedará ni rastro de lo romano.
Restauración del Puente Viejo siguiendo técnicas tradicionales.
Porque, en nombre de la salud para los ciudadanos del lugar, se ha cometido un desacato contra la gracia y la armonía del paisaje, que han sufrido sus piedras milenarias; un borrón y cuenta nueva sobre la historia a favor del porvenir mal entendido. Esa es la trampa y no debemos caer en ella. Porque a estas alturas del siglo XX, cuando será posible pasar desde Francia hasta Inglaterra sin que se resienta la sanidad y la ecología de sus habitantes, ¿quién va a creerse que las obras de saneamiento de Puente de Génave tenían que practicarse justamente en el lugar elegido?. Teniendo en cuenta que no hay rincón más hermoso del Guadalimar que el cobijo que le prestan a sus aguas este puente romano y ese molino cuatro veces centenario.
Cascada artificial surgida tras las obras de saneamiento en el Río Guadalimar
Ese lugar debe ser declarado intocable. A no ser por las faenas de limpieza y para acariciar las piedras inmediatas, con algún presupuesto que las alivie de sus síntomas de ruina inminente. Y que las obras de saneamiento, las cascadas artificiales y las tuberías horribles se pongan río abajo y bienvenidas sean.
Si no hay otro remedio, desviaremos muy pronto la mirada hacia alguna fotografía del recuerdo.

Domingo Henares

lunes, 11 de marzo de 2019

BREVE CRÓNICA HISTÓRICA DE LA SIERRA DE SEGURA (2ª PARTE)

INVARIANTES HISTÓRICOS DE LA SIERRA DE SEGURA.

Por Modesto Vigueras. Profesor.

........continúa

3.- Los musulmanes.
Después de la derrota de los visigodos en el Guadalete, Sierra Segura fue ocupada por los musulmanes y se dividió entre diferentes cantones y las coras de Tudmir y Jaén. Por una serie de causas, en las que no entraremos, la población se islamizó totalmente, se convirtieron en muladíes, devotos fervorosos del Islam, y adoptaron la religión, lengua y costumbres de los nuevos invasores, mezclándose con población de origen berebere, con presencia de árabes gafiquies y qahtanies.
Ocupación musulmana de la península y el territorio independiente de Tudmir
Los geógrafos e historiadores árabes tuvieron un gran conocimiento de la región, con descripciones muy precisas de sus aspectos más importantes, montañas y ríos, y, en particular, dedicaron atención a las montañas de Sierra Segura – Shakurah – que, decían, era muy extensa y montañosa con más de 33 castillos y 300 aldeas; alguno de ellos la identificó con el Sumuntán, que correspondía a la zona más montañosas, derivando de la de Segura las otras montañas de la zona.
Desde los últimos tiempos del Emirato, se produce el levantamiento llamado de los “encastillados”, en el que se sublevan todos los señores de la cuenca del Guadalimar, alto Guadalquivir y alto Segura, así como de Cazorla, contra el poder de los emires. El califa Abderramán III los aplasta y pacifica la zona, que quedó bajo el dominio del gobernador del Sumuntán.
Desaparecido el Califato y después de la existencia de una serie de reinos Taifas que se disputan el dominio de Segura, a mediados del siglo XII, aparece un caudillo, llamado Ibn Hamusk, que se apodera de Segura, crea un extenso dominio, que se extiende sobre todas las tierras de la antigua Orospeda, y amplía su señorío sobre otras regiones del Guadalimar y Guadalmena, Alcaraz, zonas de Murcia y Granada, con profunda penetración en Jaén.
Al pasar, por alianza, el dominio de Segura al Imperio Almohade, va a permanecer unido hasta que se produzca el hundimiento del poder musulmán en las Navas de Tolosa, cuando se ofrece, como presa codiciada, al ejército cristiano.
Torres de Santa Catalina y Segura de la Sierra al fondo
Durante los cinco siglos que duró la ocupación musulmana en estas tierras hasta la derrota musulmana en las Navas de Tolosa, la base de su población fue la indígena primitiva que se romanizó, conservando todas sus características raciales primitivas; con la llegada de los musulmanes, la mezcla con sangre berebere, aunque modifica, sin duda, la base primitiva, no obvia que la población resultante conserve gran parte de los esquemas originarios y, así, perviven su frugalidad, belicosidad, amor a la independencia y resistencia a poderes extraños, sin duda influenciada por las condiciones del marco físico. Esta época es una de las que contempla el final de su vida, la unidad de sus tierras, con una población homogénea sobre los territorios que formaban la Orospeda.
Batalla de las Navas de Tolosa
-Marco histórico. Segunda fase. Tras la reconquista.
En este período incluimos desde la Reconquista, año 1214, hasta nuestros días. Una consideración básica que marca el período es el cambio absoluto de población, pues se produjo la expulsión total y completa de la población existente en ese momento y se sustituyó por otra llegada de las tierras cristianas. Es un aspecto muy interesante, ya que podremos conocer cómo se imponen, sobre la nueva población, los condicionantes del medio físico y de la vida en primera línea de frontera. Se distinguen, claramente, tres épocas: la de la Encomienda y el Común de la tierra de Segura; después, la Provincia Marítima; y, finalmente, los tiempos actuales.
1.- La Encomienda y el Común de la Tierra.
Comprende desde la Reconquista hasta la llegada de la dinastía Borbón; en los veinticinco años siguientes a la gran victoria cristiana de las Navas y el consiguiente hundimiento del poder Almohade, los cristianos se apoderan de extensos terrenos del Señorío de Segura y forman poderosos Concejos o Señoríos, como los de Alcaraz, Úbeda, Cazorla, etc., a los que los Reyes conceden vastos territorios exteriores al núcleo de Segura.
Distribución territorial de las órdenes militares S. XIII
En 1243, San Fernando y su hijo, Alfonso X, el Sabio, conceden a la Orden de Santiago el Castillo de Segura y todos sus dominios, “excepto” los que habían concedido con anterioridad a otros Concejos y Señoríos. La lista de los castillos y lugares de la donación corresponden, prácticamente, al núcleo de la Orospeda, como puede comprobarse en el esquema adjunto. Posteriormente, la Orden creó una serie de Encomiendas sobre castillos de la donación, que segregó del territorio de Segura, y estableció, en éste, la cabecera de la Encomienda de su nombre que se extenderá, prácticamente, sobre los territorios de la actual Sierra de Segura.
Durante toda la época de la frontera, Segura fue el gran baluarte de la Orden y de Castilla contra el reino de Granada; sus Comendadores, durante muchos años, Comendadores Mayores de Castilla y Comendadores y Maestros de la Orden, como D. Rodrigo Manrique, fueron, prácticamente, los grandes señores del sudeste de Castilla.
Casa de los Manrique en Segura de la Sierra
Terminada la Reconquista y la razón de ser de la Encomienda, Sierra Segura siguió unificada en sus tierras y población y, así, se creó el llamado Común de la Tierra de Segura, del que sus Ordenanzas, aprobadas por Felipe II el año 1580, junto a las disposiciones del Fuero, rigieron a su población durante cerca de dos siglos.
Estas relaciones, realmente importantes para el conocimiento de Sierra Segura, son muy interesantes para este trabajo, pues, por un lado, revelan la uniformidad de todas las contestaciones de los pueblos sobre sus grandes montañas, por clima riguroso, tierra hostil, agricultura muy pobre, con la única riqueza de sus bosques y ganados y, por otro, la respuesta sobre la región a la que pertenecían. Dicen que “su tierra... divide términos con el reyno de Murcia y reyno de Granada y reyno de Andaluzia y reyno de Toledo”. Se sentían diferentes de todos ellos.
Ordenanzas del Común de la Tierra de Segura
Si a esto unimos que sus tierras de hombres libres no toleraban la desigualdad, el continuo guerrear y lo que decían los escritores contemporáneos sobre su valentía, ferocidad en el combate y lealtad hasta la muerte, creemos que la tierra ha moldeado de nuevo a sus habitantes con unas constantes raciales que superan la diferencia de origen.
2.- La Provincia Marítima.
La necesidad de disponer de madera de calidad y cantidad adecuada y a precios asequibles, para la construcción de la Fábrica de Tabacos y una serie de iglesias y edificios oficiales de Sevilla, permitió el "descubrimiento" de los bosques de Segura y el conocimiento de sus habitantes, que conducían la madera, en flotación y a través de los ríos Guadalimar y Guadalquivir, hasta Sevilla. Esta actividad se había realizado desde la época de los musulmanes hasta finales del siglo XVII y cesó a causa de la inseguridad política y ruina económica.
Delimitación de la provincia marítima
Como consecuencia de estos informes, el Rey ordenó la explotación de los bosques, si bien cayó en el gravísimo error de creer que eran de realengo, cuando eran propiedad exclusiva de los Concejos y sus vecinos. Posteriormente, la Corona, ante la necesidad de madera para los Arsenales de la Carraca y Cartagena, al promulgar la Ordenanza de Montes de 1748, crea la Provincia Marítima de Segura de la Sierra, que se extendía sobre una gran superficie, con la particularidad de que todas las tierras, y especialmente Segura, estaban muy alejadas de la costa.
Extracción de la madera hacia astilleros de Cádiz y Cartagena
Limitándonos a los aspectos relacionados con el mantenimiento de características similares de organización humana y social sobre el territorio unificado de la antigua Orospeda, es curioso comprobar cómo, sin proponérselo, se reproduce, a mediados del siglo XVIII, la misma situación que existió en diferentes épocas anteriores; la Provincia Marítima incluyó cerca de 10.000 km2 de superficie, con cobertura, precisamente, de los territorios de la Orospeda, más algunos vecinos en la cuenca del Guadalimar y La Mancha y la excepción de las tierras de Granada.
La unificación fue total, puesto que la jurisdicción de Marina era preferente a cualquier otra existente, incluso los juzgados ordinarios; ejerció el mando sobre todas las actividades desarrolladas, incluso pastizales, aprovechamiento de madera, servidumbres y servicios, organización de trabajo, etc., hasta un punto desconocido en la vida de los pueblos del reino de Castilla. Además, la administración se ejerció por funcionarios “ilustrados” que trataron despóticamente a los vecinos, verdaderos dueños de los montes, ello unido a que muchos de los auxiliares fueron incompetentes o venales.
Ejemplar de las Ordenanzas Generales de Montes 1833
En estas circunstancias, se produjo un constante enfrentamiento entre los responsables de la Provincia y sus habitantes, que la misma Marina tuvo que rectificar. Puede decirse que fue el choque de dos mentalidades: la de los habitantes, que se regían prácticamente por normas emanadas por sus Fueros, y la de la nueva Administración, con una mentalidad absolutamente diferente; en resumen y sin juzgarla, su actuación presentaría unos profundos contrastes: al lado de efectos catastróficos para la economía y desarrollo de la región, hundida en la pobreza y el atraso, para nosotros, en cambio y en contra de otras opiniones, la Marina fue un factor muy importante para la salvación de los montes de la rapiña de algunos que deseaban su destrucción para su beneficio.
Extracción de la madera. Gancheros
3.- Los tiempos actuales.
Poco después de terminar su existencia la Provincia Marítima, se produjo la división provincial, por la que la antigua Orospeda se dividió entre Albacete y Jaén, principalmente, y algunas zonas que se incluyeron en Murcia y Granada. Desde entonces, se dictan una serie de disposiciones que regulan la propiedad de los montes y el control de su explotación en la que no entraremos.
El único acontecimiento importante y decisivo fue la creación del llamado “Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas”, que ocupa la zona occidental de la Orospeda.
No queremos hacer ningún juicio ni valoración por creer que no es éste el lugar adecuado, pero sí afirmamos que supone un profundo agravio a Sierra Segura, puesto que de las 211.000 hectáreas de extensión del Parque, casi 2/3 pertenecen a Sierra Segura, además de incluir puntos tan emblemáticos como Segura y su Castillo, el Pantano del Tranco en su totalidad, la bellísima cuenca alta del Segura y los bosques del Guadalimar, etc, etc, y ha quedado para figurar, simplemente, en segundo lugar en el largo nombre del Parque, cuando es de todos conocido que cuando se cita el Parque, en la mayoría de las ocasiones, si no en casi todas, solo aparece el nombre de Cazorla, como si Sierra Segura fuera un simple añadido, cuando, por ironía del destino y en el jamás de los jamases, Sierra Segura dependió de Cazorla, sino al revés: a lo largo de 2.000 años, todos los grandes geógrafos e historiadores consideran y citan a Sierra Segura como el corazón y centro de las montañas y capital del territorio.
Delimitación del Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas

Pero con este Organismo Administrativo y el desconocimiento y desinterés de sus rectores por la Historia o derechos de sus habitantes, al silenciar las características de la Sierra Segura y su posición en la Historia, creemos que Sierra Segura está amenazada por el grave peligro de perder su identidad y que su pueblo no conozca ni quiera su pasado.
Modesto Vigueras Profesor