martes, 28 de mayo de 2019

RECORRIDO POR LA HISTORIA DE LA SIERRA DE SEGURA (XIV)

Con la publicación del presente capítulo llegamos al final de este recorrido por la historia de la Sierra de Segura, recorrido que no ha tenido más pretensión que la de presentar de forma breve y con la única intención de dar a conocer unas dinámicas históricas sin llegar a profundizar en sus desarrollos y casuísticas. Como es lógico, este último capítulo hace mención a los acontecimientos más destacados del S. XX, que no difieren excesivamente de los que tradicionalmente ha marcado nuestro devenir histórico de marginación y empobrecimiento de sus tierras, que han visto cómo su riqueza natural ha sido explotada sin que repercutiera en el bienestar de sus gentes; añadiendo este siglo pasado el fenómeno migratorio como consecuencia de las escasas posibilidades económicas y de desarrollo que tuvo que soportar nuestra comarca. 
Situación geográfica del Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas

Capítulo decimocuarto.- EL S. XX EN LA SIERRA DE SEGURA

(jt)

El cambio de siglo en la comarca de la Sierra de Segura no supuso sustanciosos cambios respecto a las dinámicas sociales y económicas del siglo XIX. La economía serrana estaba volcada en la tradicional explotación maderera y el pastoreo ovino y cabrío, especialmente en las amplias mesetas de Santiago de la Espada que llegó a contar con más de 60000 cabeza de lanar, 11000 de cabrío y unas 1000 de vacuno. Este apogeo les permitirá a propietarios vender parte de ganado y poder adquirir con esas rentas terrenos de cultivo. No obstante, Segura, como zona rural, soporta el peso del caciquismo latifundista.
Pastoreo de vacuno en la llanuras cercanas a Santiago-Pontones
Se puede considerar que a principios de siglo XX, el 50% de la superficie comarcal, por supuesto la más productiva, estaba en manos de poco más de cincuenta propietarios, que utilizaban a jornaleros mal pagados para extraer de sus tierras importantes rentas, lo cual provocó un incipiente arraigo de ideas anarquistas en la comarca. Con la llegada de la República se acentuaron los distanciamientos sociales que fueron determinantes en el periodo posterior de la Guerra Civil, que se llevó de nuestras tierras a muchos jóvenes, que lo mismo que los que quedaron, fueron víctimas del golpe militar fascista que, tras su triunfo en la contienda, hundió a este país en dinámicas sociales que perpetuaron la explotación caciquil y asfixiando cualquier deseo hacia una libertad que habría sido posible tras las reformas sociales iniciadas en una República que no supo encauzar con acierto la enorme fuerza popular que tuvo, inclinándose hacia posturas revolucionarias que iniciaron procesos alejados de la estabilidad y el progreso social, especialmente una consecuente reforma agraria que eliminara definitivamente la explotación de los trabajadores del campo y jornaleros.
Jornaleros a la espera de recepción de trabajo temporal
Durante todo este convulso proceso, los serranos de Segura continuaron trabajando con ahínco y esfuerzo en una economía propia de la subsistencia, que a pesar del paso del tiempo, demostraba la escasa evolución respecto a épocas anteriores. La comarca estaba situada entre las setenta comarcas más pobres del país. Había ganadería y agricultura, pero manteniendo unas estructuras arcaicas. En las zonas de interior quizás con más desahogo que en los pueblos y aldeas del exterior, que por el hecho de estar mejor comunicados estaban más sensibles a la tensión y dificultades desprendidas por el conflicto político que ocasionó la guerra civil.
El corral como elemento de subsistencia familiar
Tras la guerra, las políticas franquistas, la Iglesia y el caciquismo se instalaron en el poder para afrontar la tarea de revitalización de nuestras tierras, pero hay que decir que, bien fuera por incapacidad o por desinterés, sólo lograron hundir más en el ostracismo y la depresión social y económica a esta tierra que tenía que afrontar los momentos más duros de la postguerra. En algunos cortijos del interior serrano, se preparaban fuentes de palomitas de maíz para darle de comer a los que carecían de lo más básico, siendo la caridad y solidaridad una de las características más destacables de nuestras gentes, incluso hay que resaltar que la producción matancera, aquel que pudiera realizarla, se mantenía en la clandestinidad para evitar el requiso de la Guardia Civil y que la caza furtiva se convirtió en sustento de muchas familias.
Tradicional matanza en Puente de Génave
A mediados de siglo la comarca de Segura alcanza las cotas más altas de desempleo del territorio nacional. La agricultura está controlada fuertemente por el régimen latifundista y las pocas alternativas industriales, o de cualquier tipo, obligan a una inmensa mayoría de población serrana a abandonar sus casas en pueblos, cortijos y aldeas quedando algunos núcleos totalmente deshabitados. Entre 1940 y 1980 se van de nuestra comarca de Segura más de cincuenta mil personas que buscan en Madrid y la costa mediterránea, principalmente, su lugar de residencia, atraídos por el auge industrial posibilitado por la aparición del fenómeno turístico. Los municipios que pierden más población y, por lo tanto, sufren más esta emigración son Hornos, Santiago de la Espada-Pontones, Génave y Villarrodrigo; quedando Orcera, La Puerta y Siles como núcleos que pueden resistir más este impacto migratorio.
Cortijo abandonado de El Miravete. Santiago-Pontones
Los planes de repoblación iniciados en los años 40 basados en la explotación de la madera para RENFE dan trabajo a un importante número de personas en el interior de la sierra, pero al mismo tiempo reducen el espacio agrícola y las zonas de pastizales para el aprovechamiento ganadero. A toda esta iniciativa debemos añadir la ampliación del Coto Nacional de Caza y los proyectos de regulación hidráulica con la construcción de los embalses de Anchuricas y del Tranco que vienen a provocar la desaparición de núcleos de población y de ricas tierras ribereñas de cultivo que provocan la eliminación de las posibilidades de vida de otros núcleos menores, lo que les lleva al abandono por parte de sus pobladores. Por lo tanto, si bien estos proyectos aportan momentáneamente posibilidades de trabajo, más tarde condenarán a la desaparición a núcleos como el de Las Casicas del Río Segura, Bujaraiza o Los Chorreones.
Explotación maderera en el poblado de Vadillo-Castril
Estas personas tendrán que buscar otra ubicación para sus hogares, y ante la dificultad para adquirir nuevas tierras de cultivo y vivienda en otros lugares, optaron por la medida más fácil y efectiva, hacer las maletas para buscar la fortuna allá donde algún otro paisano manifestara la posibilidad de trabajo y bienestar, básicamente en las costas catalanas, mallorquinas y valencianas, aunque unos pocos siguieron con sus prácticas madereras en las zonas del Pirineo, especialmente como “pelaores”.
El Terne, que desde Puente de Génave, fue elemento protagonista de la emigración serrana
Los que se queden aquí continuarán con un tipo de supervivencia similar a la de antaño, cultivando la tierra, manteniendo pequeños ganados, llevando una economía familiar basada en la recolección de productos agrícolas y conserveros de excedentes en forma de conservas, cuidando de animales domésticos como cerdos, cabras, ovejas, conejos y gallinas para obtener unos ricos complementos alimenticios. Todo ellos siguiendo técnicas arcaicas, apoyándose sobre todo en animales como burros y mulos. Aquellos que pueden huir de estas prácticas primarias serán los encargados del control del monte a través de agencias estatales como ICONA, Agencia del Medio Ambiente, TRAMSA, GETISA o EGMASA, siendo la conservación y lucha contra los incendios forestales su principal tarea. También los ayuntamientos favorecerán el empleo a través de conciertos con el estado para la conservación de carriles y caminos forestales.
Guarda Forestal del Icona
A finales de los años ochenta llegará la luz eléctrica a la inmensa mayoría de las aldeas y cortijadas de la sierra dándose la paradoja que teniendo dos centrales generadoras como la del Tranco y la de las Juntas de Miller hubieran estado tanto tiempo sin suministro numerosos núcleos habitados de la sierra, así como también el suministro de agua potable; siempre y cuando estos núcleos hayan podido aguantar el impulso migratorio y no estén condenadas a la ruina y desaparición. Se inicia el proceso para coordinar el acceso a servicio básico como la sanidad y la educación, dándose el caso particular de emigraciones temporales a la aceituna, la vendimia o la temporada de hoteles. Estos ingresos esporádicos permitirán la adquisición de nuevas y más modernas viviendas básicamente en núcleos de población mayores que les permitan el acceso a servicio sociales básicos con mayor facilidad y la compra de tierras para dedicarlas al olivar, quedando la zona interior de la sierra prácticamente abandonada.
Temporeros vendimiando en las tierras cercanas de La Mancha
A partir de estos años ochenta, aparecen nuevos pobladores que van buscando el contacto directo con la naturaleza, ya que nuestra sierra resulta muy publicitada por diversos programas televisivos de difusión natural, dando una nueva fisonomía a estas tierras donde la idea de explotación turística comienza a rondar en las mentes emprendedoras de algunos jóvenes, a lo que sumamos el retorno de algunos serranos y serranas que, tras su jubilación, decidieron emprender la vuelta a sus raíces para pasar aquí hasta el final de sus días. Esta afluencia permitió que alguna que otra olvidada y semiderruida aldea volviera a tener habitantes, pero con una base económica muy limitada a las iniciativas turísticas, dejando esta exclusividad de actividad económica una situación de debilidad de progreso al carecer de iniciativas industriales.
Las tierras de labranza roturadas en el siglo pasado vuelven a poblarse de pinos y el ganado pasta a su aire, y al socaire de las subvenciones de la Unión Europea, ante la mirada intranquila del pastor, que mira hacia el pasado que ha dejado en su recuerdo la mayor parte de labores y oficios de aquellos otros tiempos que sólo pueden formar parte ya de algún museo etnográfico.

Segura Verde  (jt)

lunes, 13 de mayo de 2019

PREGÓN FIESTAS SAN ISIDRO 2017

Con la llegada del mes de mayo, y no nos equivocamos si decimos que la totalidad de puenteñ@s sentimos una nueva ilusión que nos hace mirar el calendario para ver como nos lo arreglamos para estar en San Isidro. Porque las fiestas patronales, nuestras fiestas patronales, tienen una trascendencia que le dan cuerpo y dimensión propias. Momento de encuentro, de armonía, de fraternidad entre paisanos que residen o no en el municipio, y por supuesto de calle, liga y verbena. Un año más se acercan estas nuestras fiestas patronales y como anuncio de las mismas, desde el blog, hemos querido rememorar el pregón que hace apenas un par de años ofreció nuestra amiga y amigo Inma Villalba y Dioni Martos, a los que mandamos un cordial saludo. Felices fiestas puenteñ@s.

PREGÓN DE FIESTAS EN HONOR A SAN ISIDRO. PUENTE DE GÉNAVE 2017.

Como se puede deducir, un pregón es una proclama por parte de una persona o personas con la intención de hacer pública una noticia, un evento que merece ser difundido y anunciado a una población. Ahora, estamos reunidos para que nosotros tengamos el honor de pregonaros algo que ya sabéis y esperáis con auténtica ilusión y anhelo, un acontecimiento que con una periodicidad exacta anual se va a desarrollar aquí en nuestro pueblo, se trata nada más y nada menos que la celebración de nuestras fiestas patronales en honor de San Isidro y con la finalización de este magno evento se darán por inauguradas nuestras fiestas en honor de nuestro patrón San Isidro 2017.
Inma Villaba y Joaquinito
Nuestra historia como pregoneros empezó una fría mañana de este pasado invierno, fue cuando nuestro alcalde y gran amigo Ramón nos honró con una visita a nuestra casa en Beas y se dirigió a Inma para pedirle que fuera nuestra pregonera, al principio ella no aceptó, Inma es una persona muy, pero que muy vergonzosa y a quien le podemos pedir cualquier cosa menos hablar en público, ya que ella no se siente capaz de “vencer el miedo escénico” que produce el dirigirse a un auditorio. Pero tras hablar durante unos instantes tanto Ramón como yo con ella, supinos convencerla con el argumento de que “A San Isidro no le puedes negar eso, porque si tu madre levantara la cabeza le darías el soponcio más grande que a una cristiana de Puente de Génave se le puede dar” y por eso aquí estoy yo, por culpa de ella y en su nombre, pero ya puestos, no solo para hablar  en su nombre sino en el de nuestra pequeña familia y proclamar lo que ha supuesto y supone la celebración de nuestra fiesta, la más grande celebrada en el Puente de Génave.
            De manera que lo que vais a oír, es fruto de un sentimiento, pero no de una persona, no, sino de una familia cuyos orígenes, bien desde la cuna, bien desde la adopción, están enraizados en estas calles como las olivas lo están en nuestros campos. El mayor honor que se puede conceder a un paisano es la posibilidad de hablar de sus fiestas en un foro público como es este salón de plenos del ayuntamiento, esencia de la democracia y representación del pueblo en el gobierno del municipio.
Sabemos, por cronistas e historiadores, que Puente de Génave tiene una larga e intensa historia como pueblo, y lo que es muy importante, una historia con raíces cristianas ligadas y patroneadas por la figura del Santo agricultor por excelencia, San Isidro, a quien se canonizó como “El labrador”.
San Isidro Labrador
Por cierto y haciendo un poco de historia, de esta canonización diremos que se debe al empeño personal de Felipe II, movido quizás por el milagro que hizo San Isidro a su hijo el príncipe Felipe, y fue estando este muy enfermo, sin solución, cuando mando traer el rey Felipe II el cuerpo incorrupto del Santo a la presencia de su hijo quien al verlo mejoró de manera que sobrevivió a tal mal y llego a reinar como Felipe III. A esta circunstancia le podíamos sumar que tan solo antes de San Isidro un papa había canonizado a un español, a Santo Domingo de Guzmán, y fue Felipe II quien intercedió ante el papa Gregorio XV para la canonización nada más y nada menos que de cuatro Santos españoles de una sola tacada. Isidro sube a los altares junto a otros tres españoles, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y San Francisco Javier y un florentino, San Felipe Neri, conocido como “el santo de la alegría”, esto fue el día 12 de marzo de 1622.
Felipe II
San Isidro es patrón de pueblos muy ligados a la agricultura como es nuestro, Puente de Génave, pero no solo es patrón de pueblos, San Isidro es también el patrón de los ingenieros agrícolas, de los peritos agrícolas, de los zahoríes y por supuesto de todos los agricultores. Es muy curioso, como fue el  desarrollo de la ceremonia de canonización de nuestro Isidro Quintana y Merlo, y fue de la siguiente manera: “Aunque la canonización de San Isidro coincidió con el reinado de Felipe IV es gracias a su abuelo Felipe II quien logró introducirse en la corte romana para ganarse los favores del Papa Gregorio XV y poder entrar en la congregación sobre la causa de los Santos. Intercedió este rey español de tal manera ante el papa que logró que la ceremonia se desarrollase en la fachada de la Basílica de San Pedro. Durante este importante momento, se colocó una escultura de San Isidro como figura principal del acontecimiento, los otro cuatro Santos solo estaban identificados por cuatro estandartes, esto fue así porque Felipe II consideró que San Isidro estaba ligado estrictamente durante su vida a la ciudad de Madrid, mientras que los otros santos tenían un carácter, repercusión y reconocimiento mucho más internacional que nuestro grande pero a la vez humilde San Isidro”. También por aquel entonces se le encargó homenajear a San Isidro desde la literatura nada más y nada menos que al llamado Fénix de los Ingenios, el gran Lope de Vega, que entre otros muchos que siguieron sus pasos, fue el encargado de hacerlo desde la práctica poética.
Gregorio XV
En la persona de San Isidro se reúnen dos aspectos que son el reflejo de lo que todos debemos buscar en nuestro quehacer diario, de un lado la humildad, ya que fue elegido por el Altísimo, no como poeta, ni como afamado médico, ni escribano, no, fue elegido como agricultor, como quien saca de las entrañas de la tierra sus frutos para poder alimentar el cuerpo de quienes con él compartían tiempo y estancias, y de otro lado la bondad; San Isidro era un hombre bueno y como decía José María Pemán, “era un hombre bueno porque hacía lo que tenía que hacer” cuestión que le llevo a la santidad, y junto con su esposa, Santa María de la Cabeza fueron ejemplo de abnegación y sacrificio.
Y nos preguntamos, ¿por qué San Isidro ha sido elegido patrón de nuestro Puente? Pues después de pensar y repensar ese motivo Inma y yo hemos llegado a la conclusión que quizás sea porque en nuestras calles se respira humildad, nuestra principal fuente de ingresos sea la agricultura, sector primario, y porque en nuestro pueblo también se respira bondad y caridad hacia quienes se ven desprotegidos en algún momento de su vida, el Puente de Génave siempre se ha caracterizado por la buena acogida que han mostrado sus gentes con aquellos que por una razón u otra hemos pedido, asilo, amistad o acogida.
Procesión San Isidro, años cincuenta
Desde allá por el siglo I antes del nacimiento de Ntro. Señor Jesucristo, cuando se construyó nuestro puente viejo, se formó un pequeño núcleo de población con un molino, justo al lado de la vía romana que unía toda la vega que constituye el valle del Guadalquivir teniendo a Cástulo, como principal población, con Cartago Nova, la actual Cartagena, y desde entonces nuestro pueblo ha sido y es un lugar de encrucijada de caminos, nuestro pueblo vértebra dos vías importantes para el desarrollo de nuestra comunicación, es la verdadera entrada a la Sierra de Segura, y también es lugar de transcurso de la ruta de levante, la mal acondicionada, dejada y casi abandonada Nacional 322, y desde aquí, con la oportunidad que se nos brinda, queremos aprovechar para mostrar nuestra mayor protesta a la administración de los diferentes gobiernos de España, independientemente de su signo político, que desde las alturas han permitido que no sea una realidad la tan ansiada como necesitada autovía. Esta circunstancia de abandono nos hace recordar aquel motivo de frustración y mayor aislamiento que supuso la NO creación del ferrocarril Baeza-Utiel, y desde aquí decimos que o nos ponemos todos a trabajar o la autovía quedará como el malogrado ferrocarril solo en un monstruoso expediente de expropiaciones. Pero el puente de Génave es más que una encrucijada de caminos, es un pueblo con vida propia, y en expansión y crecimiento, teniendo la suerte de contar en nuestro entorno con un centro hospitalario que desde su creación viene impulsando el crecimiento y desarrollo del pueblo; pero el desarrollo del pueblo siempre estará ligado a la agricultura, el Puente es un pueblo que se ha ido configurando con el sacrificio de todos porque San Isidro nos ha mantenido unidos siempre, y por ese sacrificio y esa unión los Puenteños hemos sabido apreciar la grandeza que el campo nos puede brindar tras nuestro trabajo arduo.
El Puente Viejo sobre el Río "Colorao"
El puente de Génave también recibe la sangre de vida que supone el agua del Río Guadalimar, de nuestro “Río Colorao”, aquellas aguas que movieron molinos, el molino del Zurreón, desde la fundación de nuestro pueblo, aquel río que aporta agua de vida a nuestros cultivos, que en nuestra adolescencia era quien nos refrescaba en los calurosos días de verano, punto de reunión y lugar de juego para aquellos adolescentes que, en época no muy lejana, no disponíamos de piscinas públicas donde poder sofocar el hastío ocasionado por las altas temperaturas, pero eso sí, de lo que  disponíamos era del “charco del lobo”, “las moreas”, “la central”, donde desde bien pequeñitos las madres nos llevaban con su correspondiente merienda a pasar la tarde bien fresquitos.
La familia de Inmaculada era conocida en el Puente de Genave, era una familia humilde pues Salvador su padre siendo un joven agricultor cayó enfermo, aquejado de una dolencia crónica que le impedía el trabajo, por lo que sin apenas recursos y con una muy baja pensión tuvo que hacer más que malabares para sacar a su familia adelante, la madre de Inmaculada era Antonia, una gran mujer, una administradora como las que se echan de menos en esta sociedad de despilfarro, Antoñita provenía de una familia bien conocida, los “Chelvanos” hermana de Angelita y Elena la más conocida por ser una magnifica cocinera en su bar, el Bar del Pintor.
Bar del Pintor, antiguo bar Iberia
La infancia de Inmaculada se desarrolló entre la carretera y la calle de San Isidro, en una época en la que no había drogas, en la que el respeto hacia los mayores era santo y seña, en la que se decía de usted a los mayores y sobre todo a los maestros y curas, donde no existían ordenadores ni móviles, ni whatsapp, ni Facebook, en un tiempo que escaseaban los teléfonos fijos y que quien tenía televisión en casa en blanco y negro con un solo canal para ver el un, dos, tres… era un auténtico privilegiado, igual que quien disponía de una bicicleta una muñeca y poco más. En aquella época las escuelas no eran mixtas, pues las niñas iban con las niñas y los niños con los niños, donde no había ni calefacción ni aire acondicionado en las aulas, pero donde la felicidad con lo poco que se tenía era más que notable.
De la época de escuela Inma recuerda con gran cariño y respeto a la primera maestra, a Dª Carmen Medina, maestra que fuera de párvulos, persona muy instruida, buena educadora, culta, educada y amable. ¡Qué curiosa es la providencia divina!, digo esto porque Dª. Carmen resulta ser la hermana de quien luego fuera suegra de Inma, es decir de mi madre, la tita Carmen como la conocíamos cariñosamente en casa, fue una persona que oriunda de Beas pudo comprobar cómo se le permitió echar raíces en el Puente de Génave y esta buena gente de nuestro pueblo supo agradecer su dedicación y enseñanzas nada menos que dando su nombre a la nueva y reciente escuela infantil municipal, yo desde aquí vuelvo a agradecer este detalle como hijo, que me siento adoptivo, del Puente y como sobrino de Carmen Medina. Muchas gracias.
Inma Villalba junto a un grupo de amigos en el Charco del Lobo
Otras maestras que marcaron la infancia de esta época fueron, Dª Asunción, Dª Pilar, Dª Neri, y maestros como D. Faustino, D. Julio, D. Manuel, D. Ulpiano y alguno más, que nos perdonen por no haberlos nombrado; ¡vaya plantilla de maestros que teníamos por suerte en el Puente!, eran maestros y no profesores, eran maestros porque pertenecían a un magisterio que sin ordenadores, ni pizarras electrónicas ni tantas otras cosas de las que hoy consideramos indispensables para la educación enseñaban, ¡y de qué manera!. De estas escuelas salieron muy buenos alumnos que llevaron y están llevando el nombre del Puente no solo por España sino por todo el mundo. Por cierto, con Dª Sagrario, la profesora de gimnasia en aquella época, formó un equipo de balonmano que se clasificó para jugar la final regional en su categoría, yendo a Almería a  disputar la final con un equipo de Sevilla con quien desafortunadamente se perdió.
No solo se celebraba San Isidro en el Puente, recordamos las luminarias que en honor a San Blas, Santa Lucía o San Antón se encendían en la calle San Isidro, las encendía Antoñita, estando la Pepa de Seve, por cierto quien fuera profesora de corte y confección de Inma, Lola su hermana, Resure,  María del Señor, Bernardina, Fuensanta Romera y la Benita de Maceo entre otras, donde los más pequeños se acercaban, con precaución, a calentarse y a comer las deliciosas rosetas que los mayores preparaban; además durante esa celebración, se entonaban canciones de aquella época como la escrita por Federico García Lorca que decía “A la flor del romero, romero verde; si el romero se seca ya no florece, ya no florece; ya ha florecido a la flor del romero, romero verde” o aquella otra tan popular que decía “Antón, Antón, Antón pirulero, cada cual cada cual que aprenda su juego”. Quien puede dar testimonio de esto es quien fuera vecina de Inma y mejor amiga de la infancia se trata de Alicia Serrano, quien hoy en día es directora de la Coral Faustino Serrano, a quien todo el mundo conoce y quiere, con quien Inma tiene experiencias y recuerdos de estos años inolvidables.
Pepa Serrano, la de Seve.
Aquel San Isidro de finales de los años 60 y principios de los 70, nos trae al recuerdo imágenes de diversión para los pequeños, se iniciaban las fiestas con la tirada de globos y caramelos desde los balcones del ayuntamiento, seguidamente la música con los cabezudos y los cohetes daban el pistoletazo de salida de las fiestas, esos días el desayuno era a base de churros con chocolate, exquisitos churros de la Magdalena.
Ya desde los días previos a San Isidro, los chiquillos acudían nerviosos e ilusionados al lugar donde montaban los carruseles, caballitos y coches locos. La ubicación de los carruseles y turronerías no era ni mucho menos la de ahora, entonces se situaban las turronerías desde el Puente Nuevo hasta el cuartel viejo a ambos márgenes de la carretera, y los carruseles se encontraban próximos a las escuelas; por su parte la verbena comenzó a celebrarse en la puerta del ayuntamiento para posteriormente pasar al patio de las escuelas donde estuvo hasta su actual ubicación.
De aquella época es importante resaltar los juegos que se realizaban entorno al río, la cucaña, la carrera de cintas, carrera de sacos, chocolatada, donde la protagonista de todo era la cucaña en el río y el paso del “palo enjabonao”, en torno al cual se reunían los chiquillos para ver a los jóvenes competir y demostrar sus habilidades. No podemos olvidar la figura del retratista, aquel fotógrafo que acudía, puntualmente, a todos los San Isidros con su caballo de cartón, personaje desterrado de las fiestas sobre todo desde la aparición de los móviles.
tradicional cucaña en el río
De aquella época tenemos especial recuerdo también de Isabel y Luis, un matrimonio a quien unían unos lazos de amistad grandísimos, como se suele decir “más que familia”, con la abuela Esperanza primero y con Salvador y Antonia después, amistad que continúa entre nuestras descendencias, y para muestra es que en más de una ocasión nos hemos desplazado desde Beas al Puente a compartir agradables momentos durante las matanzas y a comer el exquisito “ajo pringue” que Isabel con maestría sabe preparar. También testigos de estos hechos son sus hijos Pepa, Ramón, Luisa e Isabelita.
Un acontecimiento que, con especial emoción, se desarrollaba en nuestro pueblo eran los toros, porque en aquella España no se entendía una fiesta sin toros y unos toros sin fiesta. Los toros de las fiestas de San Isidro tenían nombradía en toda la comarca, aquellos novilleros que lidiaban en nuestro pueblo eran observados por buscadores de talentos y estas corridas novilladas en ocasiones servían de catapulta para luego lidiar en plazas de renombre como Villanueva, Sabiote y algunas de mayor abolengo. Creemos que sería interesante retomar el tema de la tauromaquia y profundizar en la importancia que ha tenido ligada a nuestro pueblo y fiestas.
Festejo taurino en la plaza de obra del barrio de Las Ánimas
Poco tardamos en ennoviar Inmaculada y yo, al poco de empezar nuestros estudios de BUP en Beas, comenzó una relación que hasta nuestros días continúa con el mismo candor que el primer día. Con tan solo 15 años fuimos alcanzados por las flechas de cupido y se ve que son fuertes porque aquí estamos después de 37 años de relación, bendecidos con el nacimiento de nuestros dos hijos, Andrés y María Elena, encantadores hijos y de los que nos sentimos muy orgullosos.
A partir de estos días de inicio de relaciones y en pareja ya fueron compartidas las experiencias “isidriles”,  ya nos llamaba más la atención la verbena que los carruseles, ya preferíamos ir a ver y a bailar con Zócalo, los Employers y con los Teddi Boys que dar una vuelta en los coches locos. Aquí los recuerdos son preciosos, aunque poco tardaron en darme cabida mis suegros, al inicio de nuestra relación quien me daba posada era mi Tía Carmen, y allí con mis primos Luis, Julita, Andrés y Jose Joaquín algunos buenos ratos pasé en esta loca adolescencia. Conforme íbamos madurando y creciendo aumentaban nuestros amigos, ya eran parejas muy formalizadas e incluso algunas casadas, en aquella época especial relación nos unía con el desaparecido Berni; con Berni coincidía aparte de aficiones, gustos y tendencias el hecho de la profesión, yo comencé mis estudios de Enfermería en Jaén y con el compartí experiencias y muchos buenos y pocos malos ratos. Con Berni y con su mujer Chon tal era la relación que teníamos que hasta se vinieron a nuestro viaje de novios. Dentro de nuestros amigos memorables de aquella época y en aquel contexto hay que citar a Matías y Juani, Monti y Chus, Joaquín y Loli, Tato y Viky y a Antonio y Encarni. Los años más bonitos de una pareja coincidieron con estas amistades sin lugar a dudas, que hoy día continúan.
Dioni Martos junto a Joaquinito en la procesión de San Isidro
Continuando con este pregón y próximo a su fin no podemos dejar de nombrar a otros grandes amigos a quienes nos han unido memorables ligas isidriles, y es que como dice D. Eduardo, párroco que fuera de puente de Génave, “hay que tener tiempo para la misa y para la mesa”, y después de asistir a la solemne misa y procesión de nuestro querido San Isidro, hemos tenido la suerte de compartir buenas ligas con Manolo el Zapatero, Beltrán, Pedro y Lucre, Andrés y Conchi, y algunos otros amigos a los que ruego que nos perdonen por omitir su nombre. Aprovechando este foro también queremos dar las gracias a una persona, paisana del Puente por su generosidad desinteresada que nos ayudó en un evento que tuvo mi hija y se portó como un verdadero amigo, se trata de Paco Teruel diseñador, amigo de la infancia y gran profesional, gracias Paco.
Boda de los padres de Inma Villalba, Salvador y Antonia
Y ya para despedirnos, haremos caso a nuestro amigo Ramón, alcalde con la venia. Ahora vamos a hablar de Joaquinito, y de la familia Sánchez-Ruiz; Elena Ruiz, hermana de Antonia ha sido una de las personas que más han influido y marcado nuestra vida como pareja y como familia, imaginamos que a muchos que la conocieron también les marco. Persona buena, generosa y bondadosa como era Elena pocos hay, porque esta mujer todo lo que tenía lo compartía con quien la visitaba o quien ella sabía que necesitaba. Lo que tenía lo ofrecía, quien haya ido a su casa sabrá que siempre tenía una cerveza con una tapa o un café con un rosco o una perunilla para todo el que la visitaba, fuera propio o extraño. Sin miedo a equivocarme puedo afirmar que Elena era la tía más querida, admirada y preferida de todos sus sobrinos, que no eran pocos, sin distinguir que vinieran de parte de los “Chelvanos” o de los “Barriles”. No solo en lo material era ejemplo Elena, en su forma de aconsejar, de vivir y de afrontar los problemas que la vida le dio, fue una persona ejemplar y una cristiana con un convencimiento desde la Fe que le hizo ser como era, nunca le vimos una mala forma, nunca le vimos un lamento, y siempre estaba convencida de que lo que nos manda Dios es lo mejor.
La tía Elena, la del Pintor, junto a sus hijos Luciano y Joaquín
De la descendencia de Elena la mayoría de los que aquí nos encontramos conocimos a dos de sus 4 hijos, a Luciano y a Joaquín, no podemos dejar este atril sin mencionar a Luciano, maravillosa persona, siempre con una sonrisa para todos y que nadie podrá tachar. Para mí, fue un hermano, amigo y confidente, nunca lo podré olvidar. Y el otro de sus hijos, que Elena nos ha prestado desde el cielo y fijaros si quería Elena a Inma que le ha prestado a la persona más importante en su vida, Joaquinito, quien desde hace tres años vive en casa como otro hijo más y que Dios quiera que siga así por muchos años, hoy día podemos decir sin temor a equivocarnos que Joaquinito es muy feliz y que en nosotros ha encontrado una verdadera familia donde él se ha integrado con su abuelita, mi madre y su abuelo, mi padre, así como con el resto de mis hermanos, cuñados y sobrinos.
Luciano, el Pintor, en tiempos de juventud junto a sus amigos

La gente nos dicen “que buenos que sois”, “qué corazón más grande tenéis” y nosotros solo creemos en el destino, en la providencia de Dios, porque Dios y su madre han querido que él esté con nosotros, ni más ni menos, y nosotros hacemos “lo que tenemos que hacer”. Curiosamente tan dentro del seno de nuestra familia está Joaquinito que mi hija María Elena, con gran sentido del humor, en su día cuando le preguntaron que si tenía hermanos, dijo que tenía uno un poco mayor que ella y otro un poco mayor que sus padres.
Sabemos que, como diría Miguel Hernández, por aquí esta tarde-noche están “pajareando las almas colmeneras” de Seve, Luciano, Elena, Antoñita, Salvador, Berni y aquellos que en su día nos dejaron pero nos quisieron quieren y querrán. A título personal, y muy personal, yo tengo que daros las gracias a Puente de Génave por haberme acogido y por haberme permitido llevarme a la mujer más guapa, al menos para mí, que estas calles vieron pasear. Así que muchas gracias. Y a los amigos de Beas que nos acompañan también Pedro y Carmen, José Antonio y Toñi, los otros Pedro y Carmen, Pilar y Pedro Munera, desde mi pueblo adoptivo os queremos dar las gracias por acogernos entre vosotros con ese cariño y amistad que nos habéis brindado.
San Isidro sobre el Puente Nuevo
Y ahora sí que terminamos, os damos un consejo que os rogamos sigáis: “Fuera tristezas, fuera envidias, fuera celos y malos rollos. Alegraos que, con San Isidro, ha venido al Puente el momento de la alegría. Abrazaos, besaos unos a otros eso será el signo de la verdadera amistad”. Como dice Joaquín Sabina: “Abrazaos, bailad, cantad y reíd. Dejaos llevar por la música. Trasnochad y no dejéis de mover el esqueleto, que la música es pal cuerpo, el licor más exquisito, el más sabroso alimento”. Romped estos días la monotonía de todo el año, de forma que vuestra alegría no tenga más límite que el respeto a los demás. Porque recodad que un pueblo que sabe divertirse a fondo, en paz y armonía es un pueblo culto y sabio.
Imagen de San Isidro saliendo de la Iglesia Parroquial
Os deseamos que sean estas fiestas las mejores fiestas que hayan disfrutado el Puente de Génave y que entre todos hagamos del Puente de Génave una villa más habitable y feliz. Y acabo recordando al “santo alegre” San Felipe Neri: “Sed buenos….., si podéis”
“VIVA SAN ISIDRO”