viernes, 29 de noviembre de 2024

EL PAPA DE JAÉN

 UN PAPA QUE NUNCA PIDIÓ ESTAR EN JAÉN.

Por Jose Ant. Molina Real ( jt ).

Si tuviéramos que nombrar los patrimonios monumentales de la provincia de Jaén, la inmensa mayoría coincidiríamos que entre los lugares más destacados se encuentra la Catedral de la Asunción de la Virgen de nuestra capital. Templo originario consagrado en 1246, de la antigua Mezquita Mayor de la ciudad musulmana, tras la conquista de la misma por el rey santo Fernando III de Castilla y transformado en posterioridad, siendo la catedral actual concebida en el siglo XVI para sustituir al anterior templo gótico del siglo XV. La construcción se prolongó durante varios siglos, a pesar de lo cual la idea original se mantuvo. Destacan la sala capitular y la sacristía, que son la obra cumbre de Andrés de Vandelvira, y una de las obras más importantes del renacimiento español. También es sobresaliente su fachada principal, una de las principales obras del barroco español, construida tras la consagración del templo en 1660 a partir del diseño de Eufrasio López de Rojas, y en la actualidad, y desde el 27 de enero de 2012, inscrita en la Lista Indicativa de España del Patrimonio de la Humanidad, en la categoría de bien cultural.

Catedral de Jaén

También hay que considerar que, como catedral guarda y custodia numerosos tesoros, siendo destacado la reliquia del “Santo Rostro”, pero queda más desapercibido otro contenido histórico que la convierte en caso único en España y muy singular entre las templos católicos de todo el mundo. Nos estamos refiriendo en ser uno de los pocos templos fuera de Italia que custodian los restos mortales de un Papa, en este caso, un Papa Santo de la Iglesia Católica. Este honor lo comparte con los templos de las ciudades de Cluny (Gelasio II), Uzeste (Clemente V), Avignon (Juan XXII), Chaise Dieu (Clemente VI), Villeneuve les Avignon (Inocencio VI) y Marsella (Urbano V) en Francia y dos templos en Alemania, Hamburgo (Benedicto V) y Bamberg (Clemente II).

San Pío I

Así pues, debemos ensalzar que la catedral de Jaén es el único templo en España que conserva los restos de un Papa, el Papa San Pío I. Estos restos se custodian en un hermoso sarcófago en la capilla de San Eufrasio, levantada en honor e iniciativa del primer obispo de la Diócesis de Jaén, D. Agustín Rubín de Ceballos. Estos restos llegaron a Jaén en el siglo XVIII, concretamente en 1793, como regalo, del entonces Papa Pío VI, al Obispo de Jaén, el mencionado Rubín de Ceballos, Inquisidor General, miembro del Consejo de Carlos III y uno de sus albaceas testamentarios. Siendo este Obispo el que remodeló y costeó, para que algún día sus restos también descansaran en ella, el retablo y demás enseres de la capilla de San Eufrasio que es donde se encuentran ubicadas las reliquias de este santo Papa.

Obispo Agustín Rubín de Ceballos

Está fuera de toda duda, que San Pío I, décimo Papa Cristiano de Roma durante 15 años sucediendo a San Higinio en la cátedra de San Pedro, nunca pensó que acabaría reposando eternamente en Jaén cuando murió allá en el año 155 d.c., sufriendo martirio por lo que fue canonizado, celebrándose su fiesta el 11 julio. El «Liber Pontificalis» afirma que era hijo de un tal Rufino, originario de Aquilea, ciudad del antiguo Imperio Romano, situada muy cerca de la actual ciudad de Venecia. Pero tampoco vamos a entrar en el relato de su acción al frente de la Iglesia Católica, aunque podemos destacar que fue el que fijó la fecha de la celebración de la Pascua de Resurrección, y por lo tanto el culpable de la movilidad que tiene la celebración de la Semana Santa, en el domingo siguiente al plenilunio de marzo. Lo que más nos puede interesar es la curiosa razón por la que sus restos reposan en la capital del Santo Reino.

Urna con los resto de San Pío I

Efectivamente, este santo Papa reposa en la Catedral de Jaén, aunque nunca tuviera ningún tipo de vínculo ni personal ni eclesiástico con nuestra capital provincial. En su época de papado los cristianos estaban perseguidos por el Imperio y la dimensión del cristianismo era mínima, por lo que él mismo, como máximo representante del cristianismo, fue apresado y martirizado; así que jamás estuvo en la Península Ibérica ni mucho menos en Jaén, ni tan siquiera tuvo relación con nadie de nuestro territorio. Las razones pues de que sus restos reposen en nuestra catedral son mucho más recientes, concretamente de finales del S. XVIII.

Corría el año 1793 cuando, D. Agustín Rubín de Ceballos por aquel entonces obispo de la Diócesis de Jaén desde 1780, viajó a Roma para visitar al Papa Pío VII, al que le unía una muy buena amistad, y como gesto de amistad y cortesía, recibió para su custodia eterna, las reliquias de un santo, en este caso el ya nombrado Papa San Pío I, para que fueran ubicadas, en lugar destacado, en la capilla de la catedral de Jaén que el mismo obispo se estaba remodelando para recibir en ella eterna sepultura. De esta forma tan curiosa y tan personalista llegaron los restos mortales de San Pío I a nuestra catedral.

Retablo de la capilla de San Eufrasio

La capilla en cuestión, remodelada por el obispo Rubín de Ceballos, es la Capilla de San Eufrasio. Esta capilla anteriormente estaba dedicada a Santa María Magdalena, pero el cabildo cambió la advocación a petición del obispo Agustín Rubín de Ceballos, gran devoto de San Eufrasio como patrón de la Diócesis de Jaén, por haber estado muy unido a la misma al ser Obispo de Andújar. Encargó para ello el retablo para la misma que está configurado en estilo neoclásico, obra de Gregorio Manuel López en 1790 y siendo el conjunto escultórico realizado por Juan Adán en colaboración de Miguel Verdíguez. El retablo es de un solo cuerpo con tres calles, separadas por columnas de orden corintio, un frontón y un ático. En el centro, entre las columnas y el frontón, se encuentra el relieve del Apoteosis de San Eufrasio, donde se muestra al santo rodeado de ángeles. En las calles laterales se disponen dos grandes esculturas de mármol, San Julián de Cuenca, a la derecha, y San Agustín, a la izquierda. En el ático está San Antolín, patrón de Palencia de donde era nativo el obispo Rubín de Ceballos, y junto al frontón las alegorías de la Eucaristía y de la Fe. Presidiendo el retablo, y dentro de una artística urna, se encuentran las reliquias del Papa San Pío I. Hay que señalar que durante la Guerra Civil fue destruida una preciosa estatua-relicario de plata de San Eufrasio que presidía el mismo altar, situada sobre la urna que contenía las reliquias del Papa San Pío I que el propio obispo se trajo de Roma.

Capilla de San Eufrasio

No tuvo que pasar mucho tiempo para que el propio obispo Rubín de Ceballos reposara eternamente también en la capilla que acababa de construir, porque a finales de ese mismo año 1793 falleció y fue sepultado en una cripta en los pies del retablo donde hoy en día se haya una lápida de mármol con su epitafio.

Todos sabemos y todos queremos que nuestra catedral sea declarada como Patrimonio de la Humanidad por ser el más claro ejemplo del renacimiento español, por su monumentalidad y singularidad, a lo que debemos añadir esta particularidad más, la de ser la única en albergar los restos de un Papa, el Papa San Pío I.

Tumba del Obispo Agustín Rubín de Ceballos

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