viernes, 29 de enero de 2021

CERVANTES, D. QUIJOTE Y LAS TIERRAS DE LA SIERRA DE SEGURA.

La propia cercanía geográfica de los lugares donde desarrolló gran parte de su vida nos puede hacer pensar que la vinculación, cuestión que evidentemente quedó después reflejada en su obra, de D. Miguel de Cervantes con Jaén y la Sierra de Segura fue considerable. Esta es la cuestión que se intenta demostrar en este artículo de Alejandro F. Idáñez que a continuación les presentamos. 

LA SIERRA DE SEGURA EN LA OBRA DE CERVANTES.

Por Alejandro Faustino Idáñez de Aguilar.

     Entre los personajes ilustres que han visitado la comarca de la Sierra de Segura o que han residido en ella, se cuentan algunas de las más importantes figuras de la literatura española y de la mística religiosa. Jorge Manrique, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, y otros más modernos, cuya presencia habría que estudiar algún día detenidamente. Hoy vamos a centrar la atención sobre don Miguel de Cervantes, autor de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, el libro más conocido y seguramente leído del mundo junto con la Biblia.

Miguel de Cervantes

    Cervantes nació en 1547 en Alcalá de Henares, hijo de Rodrigo Cervantes, un cirujano-barbero, parecido a un practicante o ayudante sanitario de nuestros días, y de su esposa Leonor de Cortinas; residiendo en dicha ciudad, Valladolid, Esquivias, Sevilla, Córdoba, Toledo y finalmente Madrid, donde muere en 1616 a los 69 años. De su presencia en la zona de Segura y su tierra hay testimonios fehacientes en diversas fuentes y autores. En su condición de Comisario Real de Abastos, Miguel de Cervantes, recibe en 1591 la orden de trasladarse a Jaén para proseguir las sacas de cereales destinadas al abastecimiento de la Armada. Según nos dice Trapiello en su obra “Las vidas de Miguel de Cervantes”, ­“…..después de Jaén se dirigió Cervantes a varios pueblos más de Andalucía, entre los que se contaron Estepona, Baeza y Úbeda, donde a la sazón vivió, en el convento de carmelitas, Juan de Yepes, conocido tras subir a los altares con San Juan de la Cruz…”. Quedando ratificada por la mayor parte de sus biógrafos la presencia de D. Miguel, en los primeros meses de ese año 1592, recorriendo la mayor parte de los caminos de las provincias andaluzas de Sevilla, Córdoba y Jaén.

Baeza

     Como viajero incansable por los caminos de España, fueron muchas las ocasiones en que Cervantes transitó por las vías que discurren por la comarca de Segura en sus frecuentes desplazamientos a Sevilla y otros muchos lugares andaluces, desde Madrid y Toledo, a cuyo fin pasaría por la vieja ruta que, desde la antigua ciudad de Cástulo, cerca de Linares, discurre por la zona del Condado, cruza el río Guadalimar y a través de Montizón y Villamanrique hasta Mariana (actual Puebla del Príncipe), Almedina y, a través de Villanueva de los Infantes, se dirigía en dirección a Toledo o a Madrid, en un viaje de ida y vuelta que repitió en nombradas ocasiones, deteniéndose a pernoctar en las diversas ventas y posadas que ofrecían sus servicios a los viajeros, entre las cuales alguna de ellas estaba situada en terrenos pertenecientes a la encomienda de Segura.

Castillo. Montizón

    En cuanto a la presencia de don Quijote y Sancho,  recientes estudios  realizados por un equipo de la Universidad Complutense de los distintos  viajes y desplazamientos de los protagonistas que narra la novela, localizan como centro de las rutas de Don Quijote y Sancho la ciudad de Villanueva de los Infantes, capital del Campo de Montiel limítrofe a la comarca de la Sierra de Segura, transcurriendo muchos de los avatares vividos por ambos personajes en Sierra Morena, y en concreto, en la franja que separa Jaén y Ciudad Real al norte de la Sierra segureña, que algunos escritores recogen.

Plaza Mayor. Villanueva de los Infantes

    Precisamente en esa ruta se encuentra la Venta del Villar, una antigua posada de viajeros que era propiedad de la encomienda de Segura, junto a la dehesa de Zahora y otros bienes, que más tarde sería llamada Venta Nueva, situada entre Montizón y Villamanrique. Un lugar donde Cervantes tuvo que hacer noche en varias ocasiones a lo largo de su vida, y en la cual se desarrolló la bien conocida escena en que Don Quijote es armado caballero por su viejo amigo el posadero junto al pilón de agua del patio, y otras aventuras increíbles que tienen lugar en los caminos de acceso que transcurren por la zona. Este hecho está avalado por varias fuentes y testimonios de autores: “La Venta Nueva, una venta situada a dos leguas de distancia, donde tiene lugar el manteo de Sancho está situada entre la Torre de Juan Abad y Villamanrique mientras que la Venta de los Santos, en plena Sierra Morena, estaría situada entre Chiclana y Santisteban del Puerto, además de describir otros lugares de nuestra Sierra Morena”, según atestigua Zamora Moreno.

    El uso de la Venta Nueva era muy frecuente entre los viajeros que seguían el Camino Real de Toledo a Granada, siendo ruta utilizada por Quevedo, por el rey Felipe IV o las tropas francesas de Napoleón, para seguir desde allí por el paraje de Barranco Hondo en Villamanrique, siendo esta población donde confluía con el Camino Real de Andalucía a Valencia que se dirigía hacia el este desde las poblaciones del Condado por Albaladejo y Villanueva de la Fuente (antigua Mentesa oretana). Por lo tanto, no es de extrañar que Cervantes transitara asiduamente por estos caminos y por los que desde aquí unían estos lugares manchegos con la Sierra de Segura para continuar a Cartagena, según informa M. Corchado en su estudio.

Caminos en el Campo de Montiel

    Son varios los parajes entonces propiedad de Segura y su encomienda, y de la encomienda de Montizón, donde don Quijote ejerce su oficio caballeresco en defensa de los desvalidos, liberando a un pastorcillo de los castigos que su amo le propinaba atado a una encina, y de los daños que infieren al caballero los mercaderes toledanos con que se cruza en el camino, que le devuelven a su casa malherido. Ya en la primera salida de andanzas, don Quijote, alude a estos lugares que narra el capítulo II de la primera parte: “Y así, sin dar parte a persona alguna de su intención, y sin que nadie le viese, una mañana, antes del día, que era uno de los más calurosos del mes de julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un  corral salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo….cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas (del colchón de su cama), subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel. Y era la verdad que por él caminaba.” También en el capítulo XXVIII, recuerda el autor los parajes montañosos tan queridos para él: “Diose don Quijote una gran palmada en la frente y comenzó a reír muy de gana y dijo: -Pues no anduve yo en Sierra Morena, ni en todo el discurso de nuestras salidas, sino dos meses apenas…”. Así mismo, en la segunda salida del caballero andante, que narra en el capítulo VII, Cervantes explica la ruta que emprende el viajero: “Acertó don Quijote a tomar la misma derrota (rumbo) que fue por el campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo los rayos del sol no le fatigaban”.

D. Quijote y Sancho

    De la repetida permanencia de D. Quijote en Sierra Morena es abundante la mención que se contiene en varios pasajes del libro, y en concreto en el mismo título de los capítulos XXIII al XXVI. A este respecto, conviene aclarar que, la Sierra Morena a que se refiere D. Quijote es el tramo que ocupa el Campo de Montiel en la divisoria entre La Mancha y Jaén, por donde iba el camino de paso entre Toledo y Andalucía que confluía con el de Valencia y Cartagena. Un trecho que coincide con los actuales pueblos castellano-manchegos del sureste de Ciudad Real como Villanueva de los Infantes, Terrinches, Montiel, Almedina, Villamanrique, Torre de Juan Abad o Albaladejo y los jiennenses de Villarrodrigo, Siles, Orcera, La Puerta, Génave, Puente de Génave, Montizón o Chiclana de Segura.

Campo de Montiel y la Sierra de Segura

    Son varias las aventuras que viven los famosos personajes don Quijote y Sancho en los campos del área manchego-segureña y sus proximidades, según Zamora Moreno al afirmar que: “en estas tierras, nuestro entorno, se describen una buena parte de los acontecimientos más bellos e importantes de la obra de Cervantes. Del capítulo XV al LII que resulta ser el 35 % de toda su obra y el 75 % de la primera parte del Quijote, todo ello en la segunda salida del Quijote”. Citas textuales de la presencia del hidalgo caballero en los terrenos intermedios entre Ciudad Real y Jaén, se acreditan en el Cap. XXIII “De lo que le aconteció al famoso don Quijote en Sierra Morena…”, en el Cap. XXIV “Donde se prosigue la aventura de la Sierra Morena…”, en el Cap. XXV “Que trata de las extrañas cosas que en Sierra Morena sucedieron al valiente caballero de la Mancha…” o en el Cap. XXVI “Donde se prosiguen las finezas que de enamorado hizo don Quijote en Sierra Morena…”. Estas referencias demuestran la frecuencia con que Don Quijote y Sancho deambulaban por la parte de Sierra Morena que se reparte entre las tierras del Campo de Montiel y las de la Encomienda de Segura, siendo algunos parajes perfectamente identificables para muchos habitantes de Villarrodrigo, Génave y otros municipios de la Sierra de Segura.

Mapa de la zona manchego-segureña S.XVII

    Aunque no se sabe con certeza la secuencia de la redacción de la famosa novela por su autor, lo más probable es que el Quijote se engendrara y se empezara a escribir en Andalucía; para después perfilarse en la Mancha…, escribiéndose en diferentes periodos que podrían corresponder a las distintas andanzas del caballero, siendo probable que Cervantes escribiera su libro a lo largo de mucho tiempo y con muchas interrupciones, viajando con sus papeles. Hay que imaginarlo, por lo tanto, años enteros yendo de un lugar a otro de Andalucía, parando a dormir en diferentes sitios, residiendo algún tiempo en un pueblo o una ciudad de nuestro entorno y así iría escribiendo, según afirma J. Marías. Por lo tanto, no entra dentro de lo descabellado pensar en la posibilidad de que Cervantes pudiera escribir algunas páginas en la ya nombrada Venta Nueva. Y otro tanto cabe pensar sobre el lenguaje de don Quijote y Sancho, que pudieron usar alguna de las palabras utilizadas en los parajes del Campo de Montiel y aún de la zona inmediata de la Sierra de Segura, pues, solamente un viajero que había conocido varios países, lenguas y ambientes diferentes podría hacer gala de un léxico tan rico como el que muestra en el libro, pues, como afirma J. Marías en su texto “Cervantes, clave española”, Cervantes maneja todos los registros del lenguaje, desde los más elevados, alambicados, retóricos, arcaizantes, hasta los más populares, coloquiales, desgarrados, burlescos, la germanía, absolutamente todo; por lo que no cree que haya ningún otro autor que use con tanta seguridad, acierto y complacencia todos los registros del español; y que solamente con su obra se pueda reconstruir toda la lengua española de su tiempo, el vocabulario, los giros, los modismos, los refranes, los diferentes tonos, los niveles”.

Ejemplar facsímil del Quijote.

    Cervantes fue coetáneo de otros ilustres visitantes de la zona como  San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús que había fallecido en 1582, interviniendo el escritor en el  acto de beatificación de esta última celebrado el 25 de septiembre de 1614, con motivo de las justas poéticas organizadas, donde el autor declamaría un poema titulado “Por Miguel de Cervantes a los éxtasis de la Beata Madre Teresa de Jesús”, durante el cual una mascarada estudiantil representó también los imaginarios esponsales de Don Quijote y Doña Dulcinea, que ya eran personajes cervantinos famosos.

Representación de la obra de Miguel de Cervantes.

    Sirvan estas líneas para dejar constancia de la presencia de don Miguel de Cervantes y sus personajes novelescos en tierras de la zona de Segura, en la parte que ocupan las estribaciones de Sierra Morena delimitada en La Mancha por su Campo de Montiel y por la comarca de la Sierra de Segura en la zona jiennense, cerca de los ríos Guadalmena y Guadalimar que separan ambas áreas.

 

Bibliografía consultada

-El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Felipe González Rojas, Editor. Madrid, 1894 

-Don Quijote de la Mancha. Real Academia Española de la Lengua. Edición del IV Centenario. Santillana Ediciones. Madrid 2004

-Corchado Soriano, M. “Pasos naturales y antiguos caminos entre Jaén y la Mancha”.Boletín del Instituto de Estudios Giennenses nº 38, pp.9-40. Jaén, 1963

-Marías. J. Cervantes clave española. Alianza Editorial.Madrid, 1990

-Rodríguez Castillejo. J. Don Quijote por los Campos de Montiel. Ciudad Real, 1999

-Rodríguez Perea, S. Desde un lugar de La Mancha. Ciempozuelos, 1997

-Spunberg, Alberto. Miguel de Cervantes. Ediciones Rueda. Madrid, 2003

-Trapiello. A. Las vidas de Miguel de Cervantes. Ed. Planeta. Barcelona, 1993

-Al morir don Quijote. Ediciones Destino. Barcelona, 2006

-Villaverde Gil, A. Viaje por La Mancha de don Quijote y Sancho. Aache Ediciones. Guadalajara, 2002

-Vizcaíno, J.A.  Caminos de La Mancha. Ediciones Alfaguara. Madrid, 1966

-Zamora Moreno, C. Chiclana de Segura. Egedsa. Sabadell, 2005

1 comentario:

  1. Hola, este artículo se puede consultar en alguna otra publicación, o ha sido escrito directamente para el blog?
    Gracias.

    ResponderEliminar