bienvenidos al blog de historia puente de génave.apoyando al perfil del facebook he creado este blog para que se puedan contar historias de nuestro pueblo,anécdotas y muchas mas cosas que os iré informando.
Bueno, pues parece que voy a tener el honor de inaugurar los comentarios del blog del pueblo, jejeje! Estas palabras son más que nada para agradecerte el esfuerzo y dedicación que le estás poniendo a este pequeño gran proyecto de reunir la historia de nuestro pueblo en imágenes, historias y anécdotas para divertimento y conocimiento de todos los puenteños y de los que, aunque no lo sean, se sienten parte de él. La página de facebook cada día cuenta con más seguidores y, aunque allí es más sencillo y rápido echar un vistazo a todo, soy consciente de que a este blog podrá acceder mucha más gente.
EL REGRESO (I) Antes de comenzar a buscar en mi memoria recuerdos,curiosidades o anécdotas que han permanecido vivas a lo largo del tiempo, quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a Andrés, por poner a nuestra disposición estos espacios interactivos donde podemos sentir y notar fresca la cercanía a nuestro pueblo. Su iniciativa supone esa ventana abierta por la que, a diario, muchos nos asomamos para recibir, no sin lógica nostalgia, esa bocanada de aire con sabor a río y olivar que ya es inseparable de nuestra rutina diaria.Es cierto, los que estamos lejos, no podemos renunciar a tener esa necesidad, de buscar ese minuto o momento para entrar a ver las novedades que se acaban de colgar. Ahora con este blog podemos incluso aportar vivencias que difícilmente se pueden recoger en una foto, se pueden plantear temas que posibiliten aportaciones y experiencias de y así complementar esos aspectos, tradiciones o costumbres que el paso del tiempo ha ido transformando. Los que estamos fuera agradecemos este vínculo, esta posibilidad que internet nos ofrece. Está claro que no puede sustituir el hecho de caminar por sus calles o hablar con sus gentes, ni igualar la sensación que tenemos cuando la carretera, -Dios mío.... la carretera, cuanto miedo infundía a nuestras madres que al salir de casa repetían cansinamente "cuidao al cruzar, ten cuidao con los coches"-, esa carretera que presenta ante nosotros La Terrera o La Cabecilla provocando una sensación de alivio que calma la ansiedad del viaje mientras adivinamos cercanos un regero de abrazos y saludos de familiares o vecinos. Es inevitable, cuando llegamos y después de los saludos de rigor, nos falta tiempo para, con la excusa de dar una vuelta a ver a quién vemos, dirigirnos, casi de forma mecánica hacia el puente para ver y también escuchar nuestro río, comprobar si baja o no turbio, aunque ahora sin la inquietud que esa circunstancia nos producía de niños pues ello nos podía privar del baño; cuantas veces nuestras madres nos decían "hoy no te puedes bañar que el río baja turbio" ante la incomprensión lógica de esa edad temprana. Después andar por la acera de la carretera, ahora más silenciosa por la ausencia del ruido de motores incansables que antaño y de forma organizada -sin necesidad de semáforos- se cedían el paso para atravesar el Puente Nuevo, acera que ha servido y sirve de lugar tradicional de búsqueda de ese conocido o amigo que queremos saludar; cierto es que ante la mirada desconcertada de algunos que buscan con estrañeza alguna referencia para romper el misterio de nuestra identidad, aunque siempre tienen cerca a alguien que les dice sigilosamente "ese es hijo/a de fulanito/a o nieto/a de fulanito/a, o está casado/a con el hijo/a de.... o vivía en tal o cual calle..." para recibir a cambio un "ah!!! ya sé, ya sé" aunque nosotros sigamos siendo desconocidos ante sus ojos......
Luego llega el saludo cordial de ese conocido o amigo que, tras un saludo afectuoso no puede reprimir decirnos eso de "joer... que bien questás" para después de hacer un repaso al estado de salud de toda la familia "tus padres, bien.. que tal tus hermanos..." para recibir el clásico "ahí andan..." que aunque sea una respuesta inconcreta no esconde secretos en su significado, para después despedirnos con el consabido "nos vemos después en la liga". También son esos conocidos o amigos, los que con crueldad inocente nos hacen pensar que nuestra estancia es temporal, pues la pregunta de "pa mucho tiempo", sólo hace tener presente que van a ser unos días o incluso unas horas las que van a limitar nuestro estancia en el pueblo. Y es que es verdad, porque siempre llega el día del regreso, ese día en el que La Terrera o La Cabecilla nos hacen sentir que el adios es una realidad, aunque no pueden evitar que nos vayamos con el sabor de sensaciones y tantas emociones vividas, de esos momentos compartidos, de reencuentros deseados -o no tanto-, de risas y recuerdos, y por supuesto de más de un botellín con su tapa en el cuerpo. Nos vamos.... sí, pero lo hacemos empapados de ese aire de la sierra, de aquel sabor a río y olivar; nos vamos, puede que con rabia contenida, por volver a esa rutina que devora nuestros días lejos de nuestras gentes y de nuestro pueblo, pero siempre con el pensamiento puesto en esa mínima oportunidad que nos permita volver. Está pues claro que estas páginas han supuesto un bálsamo que ayuda a ahogar la nostalgia de la distancia, una puerta abierta en la que hemos entrado a tropel, incluso con cierto desorden; pero lo cierto es que todos, absolutamente todos, estáis, estamos, contribuyendo a hacer pueblo, porque, al fin y al cabo, un pueblo es sinónimo de gente que comparte vivencias, y nosotros, aunque sea delante de la pantalla del ordenador, las compartimos. Gracias a Andrés por la iniciativa, pero también a todos aquellos que estamos vinculados, de una forma u otra a través de estas páginas. Todos somos también Puente.
POR QUÉ LUIS NO SE LLAMÓ LUIS Y PACO SIEMPRE FUE JUAN.... No quisisera monopolizar yo este blog, y como soy consciente que siempre cuesta arrancar, no quiero desaprovechar la ocasión de animaros a que conteis vivencias, sucesos o cualquier hecho que por su singularidad sea rescatado del olvido. Por eso os animo a que pregunteis a aquellas personas mayores, familiares o no, que tengais a vuestro alcance para que sirvan de valiosa fuente de información que rescate todo ese arsenal de historias para, recuperadas del pasado, pasen a ser patrimonio de todos los que amamos nuestro pueblo. Bien, hecha esa pequeña introducción.... voy a contaros una curiosidad que ha llegado a mi gracias a la memoria de mi madre, que a sus 84 años, disfruta cada vez que me cuenta cosas de su pueblo, que es el nuestro. No sé si sabeis que mi madre, Josefa, es hija de Secundino "el zapatero" y de Dolores, y por lo tanto hermana de Luis, Nino, Cándida, Rafael y Paco; y me ha contado una anécdota sobre el nombre de sus hermanos Luís y Paco. En 1924, cuando el Puente todavía pertenecía a La Puerta, cuando se producía un nacimiento había que ir a registrarlo en el ayuntamiento del pueblo vecino. Allí se dirigió mi abuelo y ante Pedro Ruiz, secretario del ayuntamiento (después fallecido durante la Guerra Civil), comunicó la noticia. El júbilo debió ser mayúsculo, primogénito y encima varón, cuestión que junto con la amistad que se tenían propició la clásica invitación en algún bar cercano. Cuando mi abuelo partió hacia el Puente y Pedro Ruiz regresó a cumplimentar el registro, olvidó indicar el nombre elegido para el varón acabado de nacer.... por lo que por la lógica imperante en aquella época, sin esperar confirmación, Pedro Ruiz procedió a inscribirlo con el nombre de Secundino; "si el padre se llama Secundino... el hijo así se deberá de llamar..." pensaría guiado por esa lógica. Pero el nombre elegido por la familia había sido Luís, y así se le llamó durante la infancia y así se le ha llamado siempre, sin percatarse que su nombre oficial era el de Secundino. Este desconocimiento familiar propició que, posteriormente, se le pusiera a otro hijo varón el nombre de Secundino, el conocido y querido por todos Nino. Es decir, dos hermanos que ostentaban oficialmente el mismo nombre... Secundino Real Villalba. Fue cuando se procedió a llamar a cumplir el servicio militar al primogénito de la familia en 1945, cuando la carta anunciaba el llamamiento a filas de Secundino, cuestión que la familia consideró un error pues Nino (el que ellos consideraban único Secundino) apenas era un adolescente. Fueron las aclaraciones pedidas por la familia las que dieron lu al error y aunque para todos Luís fue siempre Luís y Nino fue Nino.... oficialmente siempre estivieron registrados en su nacimiento con el mismo nombre. Pero este no es el único suceso referente a los nombres en la familia. Otra curiosidad es la que hace referencia a mi tío Paco, que como sabeis la mayoría fue Capitán en la Guardia Civil. Pues bien... mi tío Paco, según indica mi madre... nació en plena Guerra Civil, concretamnte en el día de San Francisco de Asis, por lo que llevados por su religiosidad...(especialmente de mi abuela Dolores) se decidió poner al niño el nombre de Francisco. Pero aquel tiempo no lo era para consideraciones religiosas, por lo que los encargados del registro en el Puente, que eran milicianos republicanos, y ante las razones expuestas para la elección de nombre, y a voluntad propia, lo inscribieron con el nombre de Juan Real Villalba. El motivo era que el aquel momento el presidente de la II República Española era D. Juan Negrín, y por forzaron a que prevaleciera la afinidad política del momento a la religiosa. No obstante siempre fueron para la familia y para todos Luís "el zapatero" y Paco "el capitán de la Guardia Civil"... mis tios y a los que sigo queriendo.
PENSANDO EN VOZ ALTA. Ahora que está tan de moda esgrimir argumentos en contra de casi todo, que las protestas y los malestares son las únicas cosas que manifestamos y a las que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo, que hablar de felicidad es poco menos que un insulto, que la torre de Babel (antes llamada España) se cimbrea sobre sus cimientos... Ahora que he encontrado un hueco, me permito la licencia de transcribir una carta que llegó a mis manos hace ya una pila de años. En el remite del sobre se puede leer: Marisa Real Nieto. No tiene desperdicio... En Puente de Génave también tenemos nuestra lengua vernácula. Transcribo: " A lo visto se conoce quique tengo rioma, ¡pos no queee...!¡Dices!: ¡Qu'es piol qu'un dolol miserere u de l'apendi! ¡S'a lo que dios cuaje! Un zosquinial por tol cuerpo qu'estoy arrestrojá, como si me fuera a dal paralís. ¡Vamos, hecha un diciomo! Yo pa mí quique lo mejol qu'ago es agarral la demajuana la mistela y no esuncil hasta notal vasca u estrépito. Pa haceme un calcúl, me chisquiaré dos u tres celemines...Tó pué sel que me casque un zaratán u un lobao y me dé por dal sallonazos y apalpal a los zagaluchos y deciles:"¿Óndi irís, zalamingos?" Y ellos, que paecen enemigos encegascaos en la juguesca, pos de seguro que me dicen escuerzo pisao, los mú gansos. Lo piol es que si el samugo de mi hombre me gipia, se va a ponel qu'ojos qu'echa, qu'uñas qu'abre...¡Te paece qu'el mú sieso... que siempre ha sío un callacuezo...Me da pesambre ná más velo: cerrinegro, como el humero la chimenea y gordo como un cernacho! ¡Mal zumbión d'agua se lo lleve! Y aluego, cuando sea noche como un ramal, pué que me dé por barruntal, y pin pan, y pin pan, y pin pan... y de la milopea me dé acedía. ¡Que van aviaos los biguleros si me pican! A mi hombre cuando me vea las trazas se le van a quital las ganas de golismial y zuritial tó lo qu'ago...¡Pué que se quede arregostao! Pero...¿Y si me repisca y me arrempuja y doy una cáida? ...Yo pa mí quique mejol me tomo una nagilasa u me pongo una endición pol la boca, porque bebel me trae munchos poblemas, ¡odo!."
Bueno, pues parece que voy a tener el honor de inaugurar los comentarios del blog del pueblo, jejeje! Estas palabras son más que nada para agradecerte el esfuerzo y dedicación que le estás poniendo a este pequeño gran proyecto de reunir la historia de nuestro pueblo en imágenes, historias y anécdotas para divertimento y conocimiento de todos los puenteños y de los que, aunque no lo sean, se sienten parte de él. La página de facebook cada día cuenta con más seguidores y, aunque allí es más sencillo y rápido echar un vistazo a todo, soy consciente de que a este blog podrá acceder mucha más gente.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, Andrés!
Palmira.
Totalmente de acuerdo, Palmira. Esto ya no puede parar. Un saludo
EliminarEL REGRESO (I)
ResponderEliminarAntes de comenzar a buscar en mi memoria recuerdos,curiosidades o anécdotas que han permanecido vivas a lo largo del tiempo, quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a Andrés, por poner a nuestra disposición estos espacios interactivos donde podemos sentir y notar fresca la cercanía a nuestro pueblo. Su iniciativa supone esa ventana abierta por la que, a diario, muchos nos asomamos para recibir, no sin lógica nostalgia, esa bocanada de aire con sabor a río y olivar que ya es inseparable de nuestra rutina diaria.Es cierto, los que estamos lejos, no podemos renunciar a tener esa necesidad, de buscar ese minuto o momento para entrar a ver las novedades que se acaban de colgar. Ahora con este blog podemos incluso aportar vivencias que difícilmente se pueden recoger en una foto, se pueden plantear temas que posibiliten aportaciones y experiencias de y así complementar esos aspectos, tradiciones o costumbres que el paso del tiempo ha ido transformando.
Los que estamos fuera agradecemos este vínculo, esta posibilidad que internet nos ofrece. Está claro que no puede sustituir el hecho de caminar por sus calles o hablar con sus gentes, ni igualar la sensación que tenemos cuando la carretera, -Dios mío.... la carretera, cuanto miedo infundía a nuestras madres que al salir de casa repetían cansinamente "cuidao al cruzar, ten cuidao con los coches"-, esa carretera que presenta ante nosotros La Terrera o La Cabecilla provocando una sensación de alivio que calma la ansiedad del viaje mientras adivinamos cercanos un regero de abrazos y saludos de familiares o vecinos. Es inevitable, cuando llegamos y después de los saludos de rigor, nos falta tiempo para, con la excusa de dar una vuelta a ver a quién vemos, dirigirnos, casi de forma mecánica hacia el puente para ver y también escuchar nuestro río, comprobar si baja o no turbio, aunque ahora sin la inquietud que esa circunstancia nos producía de niños pues ello nos podía privar del baño; cuantas veces nuestras madres nos decían "hoy no te puedes bañar que el río baja turbio" ante la incomprensión lógica de esa edad temprana.
Después andar por la acera de la carretera, ahora más silenciosa por la ausencia del ruido de motores incansables que antaño y de forma organizada -sin necesidad de semáforos- se cedían el paso para atravesar el Puente Nuevo, acera que ha servido y sirve de lugar tradicional de búsqueda de ese conocido o amigo que queremos saludar; cierto es que ante la mirada desconcertada de algunos que buscan con estrañeza alguna referencia para romper el misterio de nuestra identidad, aunque siempre tienen cerca a alguien que les dice sigilosamente "ese es hijo/a de fulanito/a o nieto/a de fulanito/a, o está casado/a con el hijo/a de.... o vivía en tal o cual calle..." para recibir a cambio un "ah!!! ya sé, ya sé" aunque nosotros sigamos siendo desconocidos ante sus ojos......
EL REGRESO (II)
ResponderEliminarLuego llega el saludo cordial de ese conocido o amigo que, tras un saludo afectuoso no puede reprimir decirnos eso de "joer... que bien questás" para después de hacer un repaso al estado de salud de toda la familia "tus padres, bien.. que tal tus hermanos..." para recibir el clásico "ahí andan..." que aunque sea una respuesta inconcreta no esconde secretos en su significado, para después despedirnos con el consabido "nos vemos después en la liga".
También son esos conocidos o amigos, los que con crueldad inocente nos hacen pensar que nuestra estancia es temporal, pues la pregunta de "pa mucho tiempo", sólo hace tener presente que van a ser unos días o incluso unas horas las que van a limitar nuestro estancia en el pueblo. Y es que es verdad, porque siempre llega el día del regreso, ese día en el que La Terrera o La Cabecilla nos hacen sentir que el adios es una realidad, aunque no pueden evitar que nos vayamos con el sabor de sensaciones y tantas emociones vividas, de esos momentos compartidos, de reencuentros deseados -o no tanto-, de risas y recuerdos, y por supuesto de más de un botellín con su tapa en el cuerpo. Nos vamos.... sí, pero lo hacemos empapados de ese aire de la sierra, de aquel sabor a río y olivar; nos vamos, puede que con rabia contenida, por volver a esa rutina que devora nuestros días lejos de nuestras gentes y de nuestro pueblo, pero siempre con el pensamiento puesto en esa mínima oportunidad que nos permita volver.
Está pues claro que estas páginas han supuesto un bálsamo que ayuda a ahogar la nostalgia de la distancia, una puerta abierta en la que hemos entrado a tropel, incluso con cierto desorden; pero lo cierto es que todos, absolutamente todos, estáis, estamos, contribuyendo a hacer pueblo, porque, al fin y al cabo, un pueblo es sinónimo de gente que comparte vivencias, y nosotros, aunque sea delante de la pantalla del ordenador, las compartimos.
Gracias a Andrés por la iniciativa, pero también a todos aquellos que estamos vinculados, de una forma u otra a través de estas páginas. Todos somos también Puente.
POR QUÉ LUIS NO SE LLAMÓ LUIS Y PACO SIEMPRE FUE JUAN....
ResponderEliminarNo quisisera monopolizar yo este blog, y como soy consciente que siempre cuesta arrancar, no quiero desaprovechar la ocasión de animaros a que conteis vivencias, sucesos o cualquier hecho que por su singularidad sea rescatado del olvido. Por eso os animo a que pregunteis a aquellas personas mayores, familiares o no, que tengais a vuestro alcance para que sirvan de valiosa fuente de información que rescate todo ese arsenal de historias para, recuperadas del pasado, pasen a ser patrimonio de todos los que amamos nuestro pueblo.
Bien, hecha esa pequeña introducción.... voy a contaros una curiosidad que ha llegado a mi gracias a la memoria de mi madre, que a sus 84 años, disfruta cada vez que me cuenta cosas de su pueblo, que es el nuestro.
No sé si sabeis que mi madre, Josefa, es hija de Secundino "el zapatero" y de Dolores, y por lo tanto hermana de Luis, Nino, Cándida, Rafael y Paco; y me ha contado una anécdota sobre el nombre de sus hermanos Luís y Paco.
En 1924, cuando el Puente todavía pertenecía a La Puerta, cuando se producía un nacimiento había que ir a registrarlo en el ayuntamiento del pueblo vecino. Allí se dirigió mi abuelo y ante Pedro Ruiz, secretario del ayuntamiento (después fallecido durante la Guerra Civil), comunicó la noticia. El júbilo debió ser mayúsculo, primogénito y encima varón, cuestión que junto con la amistad que se tenían propició la clásica invitación en algún bar cercano. Cuando mi abuelo partió hacia el Puente y Pedro Ruiz regresó a cumplimentar el registro, olvidó indicar el nombre elegido para el varón acabado de nacer.... por lo que por la lógica imperante en aquella época, sin esperar confirmación, Pedro Ruiz procedió a inscribirlo con el nombre de Secundino; "si el padre se llama Secundino... el hijo así se deberá de llamar..." pensaría guiado por esa lógica. Pero el nombre elegido por la familia había sido Luís, y así se le llamó durante la infancia y así se le ha llamado siempre, sin percatarse que su nombre oficial era el de Secundino. Este desconocimiento familiar propició que, posteriormente, se le pusiera a otro hijo varón el nombre de Secundino, el conocido y querido por todos Nino. Es decir, dos hermanos que ostentaban oficialmente el mismo nombre... Secundino Real Villalba.
Fue cuando se procedió a llamar a cumplir el servicio militar al primogénito de la familia en 1945, cuando la carta anunciaba el llamamiento a filas de Secundino, cuestión que la familia consideró un error pues Nino (el que ellos consideraban único Secundino) apenas era un adolescente. Fueron las aclaraciones pedidas por la familia las que dieron lu al error y aunque para todos Luís fue siempre Luís y Nino fue Nino.... oficialmente siempre estivieron registrados en su nacimiento con el mismo nombre.
Pero este no es el único suceso referente a los nombres en la familia. Otra curiosidad es la que hace referencia a mi tío Paco, que como sabeis la mayoría fue Capitán en la Guardia Civil. Pues bien... mi tío Paco, según indica mi madre... nació en plena Guerra Civil, concretamnte en el día de San Francisco de Asis, por lo que llevados por su religiosidad...(especialmente de mi abuela Dolores) se decidió poner al niño el nombre de Francisco. Pero aquel tiempo no lo era para consideraciones religiosas, por lo que los encargados del registro en el Puente, que eran milicianos republicanos, y ante las razones expuestas para la elección de nombre, y a voluntad propia, lo inscribieron con el nombre de Juan Real Villalba. El motivo era que el aquel momento el presidente de la II República Española era D. Juan Negrín, y por forzaron a que prevaleciera la afinidad política del momento a la religiosa.
No obstante siempre fueron para la familia y para todos Luís "el zapatero" y Paco "el capitán de la Guardia Civil"... mis tios y a los que sigo queriendo.
PENSANDO EN VOZ ALTA.
ResponderEliminarAhora que está tan de moda esgrimir argumentos en contra de casi todo, que las protestas y los malestares son las únicas cosas que manifestamos y a las que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo, que hablar de felicidad es poco menos que un insulto, que la torre de Babel (antes llamada España) se cimbrea sobre sus cimientos... Ahora que he encontrado un hueco, me permito la licencia de transcribir una carta que llegó a mis manos hace ya una pila de años. En el remite del sobre se puede leer: Marisa Real Nieto. No tiene desperdicio... En Puente de Génave también tenemos nuestra lengua vernácula. Transcribo:
" A lo visto se conoce quique tengo rioma, ¡pos no queee...!¡Dices!: ¡Qu'es piol qu'un dolol miserere u de l'apendi! ¡S'a lo que dios cuaje! Un zosquinial por tol cuerpo qu'estoy arrestrojá, como si me fuera a dal paralís. ¡Vamos, hecha un diciomo! Yo pa mí quique lo mejol qu'ago es agarral la demajuana la mistela y no esuncil hasta notal vasca u estrépito. Pa haceme un calcúl, me chisquiaré dos u tres celemines...Tó pué sel que me casque un zaratán u un lobao y me dé por dal sallonazos y apalpal a los zagaluchos y deciles:"¿Óndi irís, zalamingos?" Y ellos, que paecen enemigos encegascaos en la juguesca, pos de seguro que me dicen escuerzo pisao, los mú gansos.
Lo piol es que si el samugo de mi hombre me gipia, se va a ponel qu'ojos qu'echa, qu'uñas qu'abre...¡Te paece qu'el mú sieso... que siempre ha sío un callacuezo...Me da pesambre ná más velo: cerrinegro, como el humero la chimenea y gordo como un cernacho! ¡Mal zumbión d'agua se lo lleve!
Y aluego, cuando sea noche como un ramal, pué que me dé por barruntal, y pin pan, y pin pan, y pin pan... y de la milopea me dé acedía. ¡Que van aviaos los biguleros si me pican!
A mi hombre cuando me vea las trazas se le van a quital las ganas de golismial y zuritial tó lo qu'ago...¡Pué que se quede arregostao! Pero...¿Y si me repisca y me arrempuja y doy una cáida? ...Yo pa mí quique mejol me tomo una nagilasa u me pongo una endición pol la boca, porque bebel me trae munchos poblemas, ¡odo!."