El ámbito territorial
del Reino de Jaén. Una cuestión de geografía histórica.
Por Juan Eslava Galán.
Siempre se ha debatido sobre la
delimitación histórica en la que se debe situar el ámbito territorial tradicionalmente
denominado «reino de Jaén», para lo que debemos buscar sus raíces históricas y
a su evolución a lo largo del tiempo.
Hasta el siglo XIX lo normal era dividir las tierras de Andalucía en cuatro reinos: Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla. Tal división carecía de fundamento histórico, estrictamente hablando, en el caso del Reino de Jaén. La ciudad de Jaén nunca fue capital de un estado independiente y estable, regido por un monarca, que es lo que se entiende por reino, a no ser que consideremos como tal el fugaz dominio que Aben Alhamar al-Nasir ejerció sobre esta ciudad y sus tierras entre 1234 y 1246. La expresión «Reino de Jaén» fue acuñada por motivos meramente funcionales, hecho que surgió en la cancillería castellana durante el reinado de Fernando III y sirvió en su origen para designar el territorio del Alto Guadalquivir cuyo núcleo urbano más importante era Jaén. Este territorio, conquistado por Fernando III, posibilitaba el establecimiento de una sólida marca militar al Sur de Sierra Morena, que era esencial para la ulterior expansión de Castilla por territorio andalusí.
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División de los reinos de Al-Andalus |
La aparición más antigua de la
expresión «Reino de Jaén» que conocemos se remonta a un privilegio real fechado
en Burgos el 21 de agosto de 1242. El rey otorga a la Orden de Santiago la
Villa de Segura y sus términos, excepto lo que pertenecientes a los reinos de
Murcia y términos pertinentes del Reino de Jaén. En otro documento, dado en el
sitio de Jaén a finales de febrero de 1246, Fernando III otorga heredades de la
ciudad, pero no se titula rey de ella. Un mes más tarde, cuando ya ha recibido
oficialmente la ciudad de manos de Aben Alhamar, los documentos comienzan a
incluir el nombre de Jaén en la protocolaria lista de los reinos de Fernando “Rey
de Castilla, et de Toledo, de León, et de Galicia, de Córdoba, et de Murcia et
de Jaén”, según dice una carta redactada en Jaén, el 31 de marzo de 1246.
La entrega por el reyezuelo musulmán Al Bayasi a Fernando III de las fortalezas de Andújar y Martos en la zona que sería frontera con el llamado reino de Córdoba, en fecha tan temprana como 1225, configura desde el principio de la conquista de Andalucía lo que sería el territorio del Reino de Jaén. En sus otros limites este reino contaba con demarcaciones naturales precisas en Sierra Morena, Sierra de Segura y Sistema Subbético, formando estas un ángulo montañoso que tiene por eje interior el curso del Guadalquivir, itinerario natural de la progresión castellana por tierras andaluzas.
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Fernando III "el Santo" |
Siendo tierra de frontera, el Reino
de Jaén no tuvo limites políticos exactos hasta que, después de la conquista de
Granada (1492) pudo establecerse su ámbito territorial. Esta frontera sufrió a
lo largo de la Baja Edad Media las lógicas alteraciones y modificaciones que la
endémica actividad bélica comportaba. Del sector Sur y Sureste de la actual
provincia de Jaén, tenemos que excluir como pertenecientes al Reino Nazarí de
Granada los siguientes términos con una superficie total de estos municipios
que era de 1.743'04 kilómetros cuadrados:
1.-Alcaudete,
Frailes, Castillo de Locubín y Alcalá la Real.
2.-Ouesada,
Pozo Alcón, Casería de Hijonares y Castillo de Tiscar, del partido de Cazorla.
3.-Belmez
de la Moraleda, Cambil, Campillo de Arenas, Carchel, Carchelejo, Huelma,
Noalejo y Solera, del partido de Huelma.
4.-Los
Villares, del partido de Jaén.
Desde el siglo XIII y hasta la actual división en provincias, que data de 1833, se llamó Reino de Jaén a una extensión de aproximadamente 8.356 kilómetros cuadrados comprendida entre los reinos de Castilla, Córdoba, Granada y Murcia. Esta extensión se contiene hoy prácticamente en la provincia de Jaén cuya amplitud es de 13.498 kilómetros cuadrados. En 1588 el profesor Argote de Molina señala por límites del Reino de Jaén, con alguna imprecisión, en la parte oriental el nacimiento del rio Guadalimar y el término de Beas de Segura, al norte con Sierra Morena, al sur las Sierras de Quesada y Cazorla y los Castillos de Cabra, Solera y Huelma y Campillo de Arenas, y al oeste los territorios abaciales de Alcalá la Real. el río Locubín hasta su confluencia con el Víboras y el río de las Yeguas. En este tiempo, estaba ya acuñada la expresi6n «fronteras de Andalucía Alta» que designaba al territorio entre Loja y Pozo Alcón, lo que alude claramente a la antigua frontera del reino de Granada.
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Mapa del Reino de Jaén. 1787 |
En 1787 el reino de Jaén comprendía
los partidos de Andújar, Baeza, Jaén, Martos y Úbeda. A principios del siglo
XIX otros cinco partidos se configuran, algunos de ellos separados de los
primitivos: Alcalá la Real, Cazorla, Linares, Mancha Real y Villacarrillo.
Posteriormente y hasta configurar la actual provincia de Jaén, se agregaron los
siguientes territorios:
1.-Solera
y Bélmez de la Moraleda que habían pertenecido a Granada.
2.-Noalejo
que había pertenecido al abadengo de Alcalá la Real (Felipe II y el papa Julio
III lo entregaron a Alcalá para zanjar salomónicamente la disputa que sobre su
posesión enfrentaba a Granada y Jaén. En 1851 se incorporó la abadía de Alcalá
a Jaén y se, extinguió su jurisdicción exenta en virtud de Concordato entre
Isabel II y el Papa Pío IX. Con ello Noalejo pasaba también a Jaén).
3.-Beas
de Segura y Chiclana de Segura, que constituían la Vicaría “vere mullius” de
Beas y eran territorio de la Orden de Santiago y competencia del Obispado de
Cartagena y después de Murcia, cuya jurisdicción partía con la de Toledo el
curso alto del Guadalimar y del departamento marítimo de Cartagena que englobaba
toda la cuenca del Segura mientras que la del Guadalquivir pertenecía al de
Cádiz. Este origen explica la contradicción de que Chiclana se llame «de
Segura» cuando su término no está en la Sierra de Segura sino en Sierra Morena.
Allí fue comendador el poeta Jorge Manrique.
4.-EI
partido de La Carolina que comprende las poblaciones creadas entre 1766 y 1778,
en tiempos de la colonizaci6n de Carlos III. Casi todos estos despoblados
habrán pertenecido tradicionalmente a Baeza, pero a raíz de la colonizaci6n
pasaron a ser intendencia separada.
5.-Territorios
bajo jurisdicciones especiales como el Adelantamiento de Cazorla, el Condado de
Santisteban del Puerto, el marquesado de Camarasa, el marquesado de Bedmar,
señoríos de ciudades como Úbeda y Baeza o de castillos como San Miguel de
Bujaraiza y la abadía de Alcalá la Real, entre otros de menor importancia.
6.-EI sector oriental de la Sierra de Segura con su capital Segura de la Sierra que pertenecía a la Orden de Santiago y al departamento marítimo y diócesis de Cartagena, motivo por el cual tradicionalmente se había adscrito al reino de Murcia.
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Mapa de los Señoríos del Reino de Jaén |
Sobre este último punto, el considerar a la Sierra de Segura como parte integrante del Reino de Jaén que después derivaría, según Javier de Burgos en 1833, en la provincia de Jaén, debemos considerar que siempre han existido una importante controversia al respecto, pues la Sierra de Segura constituye en sí mismo un enclave diverso donde históricamente, según lo descrito en la Relaciones Topográficas encargadas por Felipe II, Segura de la Sierra, Orcera, Benatae, Siles, Génave, Villarrodrigo y Santiago-Pontones se han vinculado al Reino de Murcia, los territorios de Hornos de Segura, Torres de Albanchez y La Puerta de Segura, que se consideraba como verdadero mojón que dividía las zonas de influencia de los Reinos de Murcia y Toledo, se vincularon a la zona castellana controlada por Toledo. Hay que decir que en la actualidad en la Sierra de Segura se sienten andaluces y jiennenses.
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Relaciones topográficas ordenadas por Felipe II |
Además de estas razones históricas existen otras geográficas no menos poderosas que aconsejan excluir la Sierra de Segura del ámbito que intentamos delimitar. El interior de la Sierra de Segura no puede considerarse parte integrante del Alto Guadalquivir pues se sitúa al este de la Sierra de Cazorla donde comenzaría el Levante, región de estructura y morfología distintas a las del Alto Guadalquivir. De hecho, la histórica Provincia Marítima creada por la Ordenanza de Montes de la Marina bajo orden de Fernando VI en 1748 y que estuvo vigente hasta 1836 y que tuvo incluso a un ministro residente en Segura de la Sierra para así controlar la obtención de madera para la marina española, creó cuatro subdelegaciones en Alcaraz (serranía de Albacete), Villanueva del Arzobispo (lznatoraf, Villacarrillo, Santo Tomé), Cazorla (Peal del Becerro, Quesada, Cazorla, Huesa y Pozo Alcón) y Santisteban del Puerto (Montizón, Santisteban del Puerto, Navas de San Juan, Castellar de Santisteban) y que abarcó territorios andaluces, manchegos y de los municipios adscritos a la Sierra de Segura, con una extensión muy superior a la actual provincia de Jaén. No obstante, tenemos que considerar que los precedentes a esta consideración la encontramos en la época bajomedieval el ámbito geográfico de la Sierra de Segura se dividía en dos bloques político-administrativos, el primero el de la Orden de Santiago, mayoritariamente vinculado hacia el reino de Murcia, al este, y del Adelantamiento de Cazorla, con vinculación con Toledo, al oeste, pero siempre sin olvidar que la Sierra de Segura, en su sentido amplio, engloba también a Ia zona limítrofe de Alcaraz, Taibilla, la Sagra, Calar del Mundo, Quesada y hasta los límites de Cazorla; en sentido estricto, se enmarca hoy la comarca segureña y sus montes en los términos de los indicados pueblos de Jaén que corresponden a su vez a lo que aproximadamente, desde 1243, fuera la Encomienda de Santiago en la villa de Segura.
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Mapa de la Provincia Marítima |
Los condados y marquesados perdieron sus señoríos jurisdiccionales con las Cortes de Cádiz (1812). También la perdió el Adelantamiento de Cazorla, aunque mantuvo la jurisdicción espiritual vinculada a la Archidiócesis de Toledo hasta el 1 de junio de 1954. Los arzobispos de Toledo fueron, desde el siglo XIII hasta 1812, señores temporales y espirituales del territorio de Cazorla, lruela, Santo Tomé, PeaI del Becerro, Chilluevar, Pozo Alcón e Hinojares; señores temporales de lznatoraf, Villanueva del Arzobispo, Villa carrillo y Sorihuela y señores espirituales de Quesada y su zona, y de Huesa. La abadía de Alcalá la Real, creada en 1340 por el Papa Benedicto XII a petición del rey Alfonso XI, comprendía en su territorio los pueblos de Alcalá la Real, Castillo de Locubín, Frailes, Carcabuey, Priego y Noalejo. En 1874 Carcabuey y Priego pasaron a depender de la diócesis cordobesa a cuya provincia pertenecían. Otras jurisdicciones eclesiásticas fueron las del partido y vicaría de Martos, perteneciente a la Orden de Calatrava desde 1240 y la Vicaría de Segura de la Sierra y Beas de Segura, territorio de la Orden de Santiago, aunque debemos recordar que en el concordato de 1851 quedaron legalmente extinguidas pasando sus jurisdicciones eclesiásticas, en 1873, a la diócesis de Jaén.
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Mapa del Reino de Murcia que incluye a la Sierra de Segura. 1778 |
Con lo expuesto queda configurada la actual provincia de Jaén. En un mapa oficial de 1787 observamos que por el norte el reino de Jaén se extendía hasta la cuenca del río Magaña. Por el este, recorriendo el mapa de norte a sur, los límites estaban en la parte oriental de Venta Nueva, Venta de los Santos, Venta de la Higuera, Montizón, los Pajares, Castellar del Condado (de Santisteban), Sorihuela, Villanueva del Arzobispo y Sierra de Cazorla. Desde la Sierra de Castril los límites que configuran el trazado sur y luego el oeste corresponden casi con exactitud a los de la actual provincia de Jaén. Confirman este trazado, con mínimas variantes, otros mapas antiguos de Thomas Lopez (1761), Gregorio Forst (1653), Gaspar Salzedo (1585) y Bernardo Espinalt (1788). Este último hace una interesante descripción del Reino de Jaén en la que dice: “El Reyno de Jaén es el más corto de los quatro de Andalucía, y tomo también el nombre de su Capital a imitación de Córdoba y Sevilla en la pérdida general de España, teniendo de norte a mediodía, esto es, desde el Puerto del Rey hasta la Villa de Huelma, veinte y cinco leguas de latitud, y desde el oriente a occidente, o desde las villas de Pozo Alcón a la de Lopera, lo mismo de longitud, y es de figura quadrada, confirmando por el norte con el Reyno de Castilla la Nueva, por oriente con el de Murcia, por mediodía con el de Granada, y por occidente con el de Córdoba. El río Guadalquivir lo atraviesa de oriente a occidente, dividiéndole en dos partes iguales”.
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Mapa de la división visigoda con la delimitación de la Orospeda |
Una vez que se ha delimitado el Reino
de Jaén en su extensión territorial, cabe preguntarse si existía alguna razón
de tipo histórico que justificase su denominación, acunada, como hemos visto,
en el siglo XIII. Pues bien, ni los romanos ni los visigodos ni los musulmanes
consideraron estas tierras como unidad geopolítica, es más, el Reino de Jaén
estuvo casi siempre escindido por la divisoria de alguna de las grandes
demarcaciones en que se fragmentaba la Península Ibérica.
En época romana la frontera entre la Bética y la Cartaginense, o, si se quiere, entre la Citerior y la Ulterior como se denominan a partir de 197 a. de C., discurría de norte a sur por tierras de Jaén. Posteriormente las provincias se subdividieron por razones militares o administrativas en diócesis (solo la Hispania Citerior) y en “conventus” o distritos jurídicos. El territorio de Jaén, perteneciente a la Bética, quedó partido entre el conventus cordubensis (Córdoba) y el astigitanus (Écija). En la época de Constantino las tierras del futuro Reino de Jaén estaban divididas entre Toledo, a la que pertenecían Baeza, Cazlona o Cástulo y Mentesa (La Guardia o Jaén) y Sevilla, a la que pertenecían Úbeda y Baeza. Algo parecido sucede con la división eclesiástica en provincias de Baeza, Cástulo y Mentesa pertenecientes a la Cartaginense con centro en Toledo y Tucci (Martos) que pertenecía a la Bética, con sede en Sevilla.
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División administrativa del Reino de Castilla |
En época musulmana el territorio de AI-Andalus se divide en dos grandes zonas, la occidental (al-garbi) y la oriental (al-sarqi). El futuro Reino de Jaén queda en la zona intermedia (Balad muta wassit). Más precisas son las noticias que tenemos de la cora de Jaén que es la división territorial más parecida a un antecedente del reino de Jaén que podría evocarse. Pero la cora tampoco se aproxima al ámbito territorial del futuro reino con Cambil (Oanbil), Alhabar (al-Hawa`ir), Alcalá la Real (Oal'at at Yahsib), Alcaudete (al-Oabdaq), Huelma (Walma) pertenecían a llbira (Granada), mientras que Baza (Basta), Huéscar (Uskair) y la almeriense Purchena (Bursana) eran de la cora de Jaén. El distrito de Segura (Saqura) se extendía por tierras de levante. Por el norte, después de la conquista cristiana de Toledo (1085), restos de la cora toledana que se mantenían en poder de los musulmanes, se agregaron a coras vecinas como Alcaraz (al Karas) y Calatrava (Oal'at Rabah) que pertenecían a la cora de Jaén. La cora de Jaén delimitaba territorialmente con las de Córdoba, Cabra, llbira (Granada), Tudmir (Murcia) y Toledo. En tiempos de las primeras taifas (1009-1091), se verá fragmentado su territorio y la zona meridional pertenecía al reino nazarí de Granada, la comarca de la loma de Úbeda perteneció primero a la taifa de Almería y luego a la de Sevilla, gobernada por Al-Mutamin. Estas divisiones se reflejan en la distribuci6n de época, almorávide que hace a Jaén capital de la provincia de las Alpujarras, a Tiscar fuerte de la provincia de Ferraira y Alcaudete de la provincia de Al-Cambania, territorio cordobés.
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Reino de Taifas. Taifa de Jaén |
Ya vemos que la geografía histórica
confirma la arbitrariedad de la nominación como reino del territorio objeto de
nuestro estudio y corrobora al propio tiempo su perpetuo carácter esencial de
tierra de frontera, carácter que algunos siglos después del cese de la situación
fronteriza siguen percibiendo, en lo cultural, algunos autores. El Santo Reino,
más que ningún otro lugar andalusí, encarna, por su doble naturaleza, el
conflicto entre lo propio, tradicional y andaluz y lo foráneo que viene
impuesto por lo castellano. El andalucismo de Jaén que tanto se ha discutido no
tiene un encaje ajustado y completo con la tonalidad regional de las demás
provincias meridionales pues ha de tenerse en cuenta que Jaén, en su
idiosincrasia y surgimiento es mitad Castilla y mitad Andalucía, así lo
demuestra el fino olfato de Camilo Jose Cela al definirla con estas palabras “Jaén
es tierra frontera, mora ante los cristianos y castellana ante los moros que
toma de los dos bandos lo que puede y le dejan”.
Una historia ésta que recorta de forma casi intencionada a favor de Jaén, la influencia de dos delas más antiguas e históricas ciudades como como fueron Úbeda y Baeza con sus fueros y privilegios únicos antes de que Jaén fuera tierra de fronteras. Revisen p.f. y extiendan el párrafo donde dice: "Posteriormente las provincias se subdividieron por razones militares o administrativas en diócesis (solo la Hispania Citerior) y en “conventus” o distritos jurídicos. El territorio de Jaén, perteneciente a la Bética, quedó partido entre el conventus cordubensis (Córdoba) y el astigitanus (Écija). En la época de Constantino las tierras del futuro Reino de Jaén estaban divididas entre Toledo, a la que pertenecían Baeza, Cazlona o Cástulo y Mentesa (La Guardia o Jaén) y Sevilla, a la que pertenecían Úbeda y Baeza. Algo parecido sucede con la división eclesiástica en provincias de Baeza, Cástulo y Mentesa pertenecientes a la Cartaginense con centro en Toledo y Tucci (Martos) que pertenecía a la Bética, con sede en Sevilla. Hagan memoria y reconozcan la importancia que tuvo Baeza (que sí llegó a tener rey, aunque fuera de aquellos reinos llamados de taifá) y Úbeda con la que se conformó la actual provincia de Jaén.
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