lunes, 16 de noviembre de 2020

LA FUENTE VIEJA. AHORA SÓLO UN RECUERDO

Nuestro pueblo conserva muchos rincones, lugares y parajes que guardan extraordinaria belleza, al tiempo que son emblema y divisa de la singularidad de nuestro pueblo y orgullo de su tradición y sus gentes. Pero hay otros que no han logrado perdurar en el tiempo, como es el caso de la añorada Fuente Vieja, que para los puenteñ@s era algo más que una simple fuente donde calmar la sed. En el siguiente artículo, Pedro Ruiz Avilés, hace una perfecta loa a este emblemático lugar al tiempo que intenta reivindicar su futura rehabilitación por las autoridades locales, sentimiento al que se suman todos los puenteñ@s, para conseguir que la Fuente Vieja deje de ser un recuerdo para volver a ser una realidad.  

BEBER AGUA FRESQUITA

“Lleváronse tus hadas

El lino de tus sueños

Esta la fuente muda

Y está marchito el huerto

Solo quedan lágrimas

Para llorar…¡No hay que llorar!”

(Antonio Machado, muerto de añoranza en el exilio en Colliure –Francia-)

Antes de que el agua potable de Los Prados de San Blas llegase a nuestros domicilios existían en nuestro pueblo media docena de fuentes: la mitad de uso mixto para consumo humano y para abrevar las bestias, y la otra mitad para exclusivo consumo humano. Pero indudablemente la más recordada por los que ya somos mayores es la Fuente Vieja*.

Ultimo aspecto de la Fuente Vieja

Enclavada entonces en los confines del pueblo. Se accedía a ella por varios caminos del pueblo: un caminillo terrero que partía de la carretera N-322 y dejaba a su derecha una huertecita con una higuera y chopos y álamos del arroyo Peñolite; una segunda que dejaba atrás la carretera, se adentraba en los llanos de La Vicaría y se llegaba a ella por la Vereda o Camino Real pasando un puentecillo; y la tercera que traspasaba los corrales de la calle del arroyo, y al lado, junto al citado puente, se hallaba el manantial. Justo en la confluencia del nombrado arroyo Peñolite con el de Las Canales o Canalejas.

Puente que daba acceso a la Fuente Vieja

Nuestra Fuente Vieja sirvió durante más de dos milenios como un espacio de descanso, concentración y lugar de abrevadero de viajeros, caminantes, trajimanes, partidas y ejércitos de diversa clase y condición, viajando desde las “Andalucías” a Murcia, Cartagena, Valencia o Tarragona. Su ubicación estratégica próxima a uno de los vados más importantes para el paso, en especial en invierno, del entonces más caudaloso río Guadalimar a través del Puente Viejo, por las calles Nueva y del Arroyo que forman parte de la Vía o Camino Real que enlazaba Levante con Andalucía y viceversa, la convertía en ineludible parada.

Por ejemplo, y según cuenta el historiador Plinio, acamparon en los llanos, y bebieron pues de su agua, los caudillos cartagineses Asdrúbal y el gran estratega Aníbal, con su ejército y los 38 elefantes guerreros camino de su, al final, fracasado intento de conquista de roma. Como también en su retirada hacia Gades (Cádiz) vencidos, y perseguidos, por Plublio Cornelio Escipión. Este general romano también debió pasar un tiempo (209 a.C.) con sus tropas bebiendo y aprovisionándose de agua de la fuente, ya que estableció un campamento en las cercanías del Arroyo del Ojanco (Los Baños).

Imagen de la construcción del Puente Viejo

Con más seguridad pasó, y se avitualló hasta ocho veces, San Juan de la Cruz, mandatado por la madre superiora Santa Teresa de Jesús para fundar los dos conventos carmelitanos de Caravaca (Murcia). Al no poder ésta asistir, obligada a marchar con urgencia a Sevilla.

Igualmente, hicieron parada de ida en la Guerra de la Independencia los ejércitos napoleónicos al mando del mariscal Dupont, y de vuelta tras su humillante derrota por las tropas españolas y sus aliados en Bailén. Y que dejarían cumplidas muestras de venganza quemando pueblos y villas de nuestra bella Sierra de Segura. Y es muy cierto pensar que el general Prim y su amigo el Marqués de Vinent, hicieron el kilómetro que los separaba desde la finca de La Vicaría hasta la fuente para beber el agua fresquita de la Fuente Vieja.

La Fuente Vieja
Más documentado estaría el paso, y estancia, durante la Guerra Civil del general republicano Miaja, y de parte de las Brigadas Internacionales dirigiéndose desde Albacete hacia el frente de Lopera y Andújar con la pretensión, no lograda de recuperar Córdoba y Sevilla. Con ellos viajó un afamado poeta. Miguel Hernández, que aprovechó un rato de descanso para dar un recital en la colectividad existente en nuestra aldea de El Tamaral.

La función hídrica de nuestra fuente no se interrumpió ni en los duros años de “pertinaz sequía” como la llamó un cursi en la postguerra (1939-47), y siguió manando agua, después dotada, ya en los pasados años setenta al remodelarse tras una inundación con sendos grifos en sus caños. Era todo un espectáculo contemplar, en cualquier hora y estación, a recias mujeres con sus cántaros en los ijares, niños con un par de botijos, o caballerías con damajuanas aprovisionándose de agua fresquita.

Situación de la Fuente Vieja respecto al casco urbano de Puente de Génave

Desgraciadamente hace unos años, una alevosa tormenta colmó el arroyo Peñolite, y esta vez la riada se llevó por delante la fuente. Un icono e imagen señera del Puente se perdía sin remedio. Pero muchos paisanos no nos resignamos a su pérdida definitiva. Por ello solicito a los representantes en las instituciones municipales que realicen las gestiones oportunas para conseguir devolver al pueblo su icono perdido, procediendo a la rehabilitación de la fuente, y si es posible de su venero, pues hay quien dice que lo destruyó la riada. El lugar que propongo para situarla sería en el parque que se ha habilitado justo enfrente, a la otra orilla del arroyo, creando junto a la escultura al aire libre que resultó premiada de las amapolas, y junto con unos cuantos bancos y árboles para la sombra, crear un espacio placentero para el reposo, conversaciones y charloteos varios. Y todo acompañado de un cartel explicativo, al estilo del existente en nuestro hermoso Salto de San Blas. Urbanitas, tenemos varios, y buenos en el pueblo, es por lo tanto cuestión de buscar financiación y pedirles que presenten una oferta que sea irrechazable. Pues, venga, sin más dilación. ¡manos a la obra!.

Pedro Ruiz Avilés. 2019

(*) Este escrito es un relato-leyenda y, por tanto su contenido puede no ser verdad. O sí.  


5 comentarios:

  1. Mi recuerdo de la Fuente Vieja se remonta a los años 50 del siglo pasado. En las calurosas tardes de las vacaciones de verano la chavalería organizaba larguísimos partidos de fútbol en cualquier descampado del pueblo. Al terminar, ya de atardecida, íbamos a la Fuente a refrescarnos y a lavarnos el polvo y a restañar con su agua fresca los raspones y heridas que
    nos habíamos hecho en piernas y rodillas.
    Todavía hoy tengo en mi memoria el frescor del agua de la Fuente Vieja.
    Luis Rodriguez Olivares

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    1. José Antonio Molina Real15 de diciembre de 2020, 16:43

      Efectivamente Luis, así era... cuantas jugadas y goles se comentaban sobre el chapoteo del agua al caer de sus caños.... bonitos recuerdos. Un saludo paisano y familia pues creo adivinar quien eres, corrígeme si no eres sobrino de mi tita Salvadora y de Sebastián el del estanco....

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    2. Así es, José Antonio: Salvadora y Sebastián fueron tíos míos.
      Y una curiosidad: como escribes "mi tita Salvadora" ¿quieres decir que eres familia de ella, que es también tu tía? Como no tenía noticia y me has suscitado curiosidad ¿podrías darme algunos datos sobre ti y esa cuestión si acaso lees este mensaje?
      Muchas gracias. Un saludo.
      Luis

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  2. Cuantos cantaros de agua me he echado de la fuente, y jugábamos en el Prado con balón de goma. Que maravilla de fuente siempre que voy a mi pueblo visitó la calle del arroyo donde vivíay la preciosa fuente.
    Que pena que no la arregle el pueblo o el Ayuntamiento es una joya.

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  3. Gracias por la recuperación

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