viernes, 26 de octubre de 2018

CUANDO LA MÚSICA YE-YE LLEGÓ A LA SIERRA DE SEGURA


LOS ÁNGELES AZULES...... SU HISTORIA.

Por José Antonio Molina Real

       En el año 1965, en plena revolución musical, iniciada principalmente por grupos míticos como Los Beatles o Los Rolling, en España aparecen diversos grupos como Los Brincos, Los Bravos, Pekeniques, Relámpagos etc… que secundan esta dinámica musical e introducen en nuestro país la música electrónica que popularmente se denominará moderna.
Como consecuencia de esta revolución cultural-musical que marcó una época, y gracias a medios como el NO-DO, la radio o la televisión; esta fiebre musical también llega a Puente de Génave y más concretamente cala en diversos e inquietos jóvenes, en especial Isidro García, un niño de 14 años, sin medios económicos, pero con la ilusión por bandera, que por aquellos tiempos tocaba el laúd en una rondalla. Lleno de ilusión y entusiasmo decide formar un grupo musical, de los que en aquel entonces se llamaba músico-vocal.
Primeros integrantes del grupo Los Rayos.
            La tarea no fue nada fácil y fueron muchos los amigos y jovenzuelos que, tras dar su conformidad, después aparecían con muchas excusas. Finalmente logró contagiar su entusiasmo a Rufino Flores quien aceptó a condición de encargarse de la batería, Clemente Santoyo al que le apasionaba guitarra rítmica y otro que también accedió fue el añorado y querido por todos Ángel Díaz como guitarra bajo. Los tres junto, claro está, a Isidro García como guitarra solista y finalmente cantante, se hicieron llamar Los Rayos.
En un primer momento la ilusión y el entusiasmo podían claramente a la falta de medios e instrumentos pues empezaron a ensayar sin guitarras eléctricas. Los costoso del material era un claro impedimento que se pudo subsanar con requerimientos a familiares y amigos, posibilitando que, tras múltiples calamidades y algún que otro milagro, lograran comprar instrumentos en Valencia y Granada que, aunque no eran los mejores del mercado, daban perfecta satisfacción a las necesidades iniciales facilitando enormemente los ensayos ya que ofrecían múltiples posibilidades en cuanto a melodía y acústica, propiciando que surgiera la idea de cambiar el nombre del grupo por el de Los Penikes.
Actuación del grupo Los Penikes
Así empezaron los maratonianos ensayos en la carpintería de Julián Flores, ensayos que a decir verdad, no salían del todo mal adaptando y versionando éxitos del rock anglosajón. Pero al parecer su música no iba a ser del gusto de todos los vecinos, quienes apreciaban más la tranquilidad que escuchar los últimos éxitos interpretados por aquellos jóvenes que ellos llamaban despectivamente “modernos” y evidentemente alguna que otra queja tuvieron al respecto.
Es de destacar aquel día que se presentó en la carpintería la Guardia Civil con la intención de requisar todos los instrumentos, que con alguna dificultad y no sin la preocupación lógica entre los integrantes del grupo, introdujeron en el vetusto Land Rover. Evidentemente los integrantes del grupo pensaron que lo que para ellos era música para los vecinos debería ser simplemente ruido, y ante la oportuna denuncia, debían de presentarse ante el sargento que era el Comandante del Puesto de la Guardia Civil en el cuartel de Puente de Génave. Al día siguiente, y ya en el cuartelillo, el Sargento quiso comprobar en primera persona los efectos que producía nuestra música y, como resulta que era 12 de Octubre, día del Pilar y festividad de la Benemérita, por lo que ordenó que se ubicara un lugar preferente en el patio del cuartel y que tocaran para amenizar la estancia de las autoridades que ese día lo visitaban, por lo que debemos deducir que mal no resultaría “la prueba pericial”, incluso fueron invitados al pertinente ágape que se servía a los invitados, y de esa curiosa forma, entre cervezas y el miedo de enfrentarse por primera vez a un público, se produjo la primera actuación del nuevo grupo musical.
Verbena amenizada por Los Ángeles Azules
Lo cierto es que se dejó un buen sabor de boca y a continuación vinieron nuevas actuaciones. La primera verbena fue en El Tamaral con motivo de sus fiestas patronales en honor a Santa Teresa. Allí ya había escenario y hasta luces de colores, pero lo que comenzó con muchas ganas e intención de impresionar a los asistentes una actuación que fue recibida con mucho entusiasmo y eso se notó en la pista de baile durante los dos primeros temas interpretados, que eran exclusivamente instrumentales. El tercer tema era ya cantado y debía de ser Ángel su interprete, así lo habían ensayado, pero los nervios le atenazaron repentinamente y su estado de nervios fue in crescendo por lo que tuvo que ser el mismo Isidro el que, sin tener muy claros los acordes, salió del paso con una interpretación que no quedó del todo mal, naciendo de esa forma tan improvisada el futuro vocalista del grupo.
Ciertamente la primera actuación pública de animación de una verbena no quedó nada mal y la gente se divirtió al ritmo de sus modernas canciones, por lo que a ella siguieron otras diversas por toda la comarca. El boca a boca era la mejor de las campañas publicitarias y desde bodas, pasando por verbenas y todo tipo de eventos especialmente programados para fiestas patronales eran su principal mercado artístico, recibiendo unos ingresos que se destinaron a completar su equipo y a la adquisición de nuevos instrumentos, la calidad de las actuaciones mejoró ostensiblemente, por lo que se decidió romper con ese pasado de bisoñez cambiando el nombre al grupo, pasando a denominarse Los Ángeles Azules. A partir de este momento pasearon con orgullo por todos los pueblos de la Sierra su estupendo rótulo en el tambor de la batería que había confeccionado de forma más artística el primo de Isidro, Ventura el pintor.
Anuncio de actuación de Los Ángeles Azules en la Costa Brava
Se perfeccionaron ritmos, melodías y letras, con adaptaciones que resultaban bastante acertadas que incluso les llevó a presentarse en Baeza a un festival donde competían diversos grupos de la provincia, aunque el resultado mejor no recordarlo.
En el año 1969, se incorpora al grupo Antonio Alguacil, de La Puerta, para tocar el órgano o teclado y nuevamente hubo adquisición de nuevo instrumental y de modernización de equipo acústico, incluso utilizaban amplificadores que eran la envidia de otros grupos como Los Trinos, Blue Star, Los Calipso de Úbeda, con los que compartían eventos y verbenas en diferentes poblaciones de la Sierra de Segura y de toda la provincia, incluso en algunas poblaciones cercanas de Albacete o Ciudad Real.
Pero el verdadero espaldarazo a su trayectoria llegó a través de un hermano de Ángel, Guardia Civil destinado en Gerona, el cual había apalabrado con un empresario de la Costa Brava la posibilidad de que fueran a tocar en algunos hoteles durante la campaña turística. El reto era considerable pues tenían que abandonar sus obligaciones profesionales, amigos y familia para dedicarse íntegramente a la carrera musical. El reto no les amilanó, y aunque para algunos era la primera vez que salían de Jaén, lo afrontaron con verdadera profesionalidad, aunque no dejaba de ser en sí una verdadera aventura.
Actuación de Los Ángeles Azules 
La primera actuación llegó a los pocos días de estar instalados allí, concretamente en unos salones de un hotel de 5 estrellas en la Cala de Bagur, cerca de donde estaban instalados. Para la ocasión les habían confeccionado a medida un traje con chaleco acampanado claro y corbatas rojas, algo estrafalario y cursi, pero adecuado a la época, que servía para darles apariencia de mayor edad de la que tenían en realidad pues no sobrepasaban los 18 años en la mayoría. Las actuaciones se contaban por éxitos y era raro el día en el que tenían algo de libertad para poder disfrutar de su juventud y de sus locuras en esas playas plagadas de turistas y chicas guapas de otros países que rompían el molde tradicional de las chicas del pueblo, y ahora que el tiempo ha pasado, podemos decir que alguna que otra locura cometieron, todo propio de la juventud que atesoraban. Incluso llegaron a tener algunas fieles seguidoras, que no dudaban en desplazarse a Palafrugell, Playa d’Aro o Lloret de Mar. Curiosa fue la situación en la que tras comenzar una actuación, y en medio de la euforia que las canciones provocaban en un público predispuesto a la diversión, a lo que contribuía decididamente la carga de bebida y sangría correspondiente, hicieron subir al escenario a un grupo de chicas francesas, pero lo que no sabían es que llevaban la intención de llevarse un pequeño recuerdo de tal situación, entre bailoteos y en plena actuación una de ellas cogió la corbata de Isidro al tiempo que este le acercaba el micro para compartir el fácil estribillo de una canción. La sorpresa fue que cuando bajaron del escenario se negaba a devolverle la corbata roja, incluso hizo intención de retirarse del salón para poder conservarla, por lo que Isidro, que no podía perder tan preciado complemento de vestuario, no se cortó ni un pelo y, tras dejar suavemente su guitarra sobre el escenario, bajó del mismo para iniciar una curiosa persecución por los pasillos del hotel entre las risas de los asistentes, y hasta que no la recuperó no reiniciaron su actuación, siendo ese el comienzo de una buena amistad con aquel desinhibido grupo de turistas francesas con las que coincidimos en más de una ocasión, aunque ya nunca más invitaron a subir al escenario aunque si a compartir algo más que una copa. Cosas de juventud.
Integrantes de Los Ángeles Azules. Finales de los años 60
Hay que decir que adquirieron algo de fama por la zona costera gerundense, porque a decir verdad, solían animar mucho y bien al público. Pero todo acaba y con la llegada de septiembre la temporada turística se vino abajo y el regreso al pueblo era cosa cantada. La rutina de nuevo nos llevó a las ocupaciones cotidianas, dejando atrás las mieles del éxito vivido en ese verano, y tan sólo de vez en cuando alguna actuación rompía la monotonía y calmaba su inquietud musical. Fueron tiempos muy felices para el grupo, incluso se creó un pequeño grupo de seguidores que recorrían los diferentes pueblos para verlos actuar y la legión de jóvenes del pueblo que nos seguían, allá donde tocábamos y bailaban sus canciones con verdadero entusiasmo, haciendo fácil el éxito de público en cada una de sus actuaciones. No se puede decir que fueran un club de fans pero se le parecía mucho.
Pero todo se truncó de una forma involuntaria, provocado por el servicio militar obligatorio, y la llamada a filas en el año 1971 de Rufino, provocó la necesidad de buscar sustituto siendo Manolo Lucas de La Puerta el elegido, después fue Ángel el que ingresó en el ejército y se tuvo que recurrir a Mario, también de La Puerta, pero un año más tarde llamaron a filas a Isidro, alma mater del grupo, por lo que las dinámicas fueron mucho más complejas de realizar, desaparecieron las melenas y la historia de Los Ángeles Azules  y su aportación a la música concluyó “gracias” al servicio a la Patria en aquel año 1972.
Última actuación de Los Ángeles Azules. 1972
Después del servicio militar, y como el regreso fue escalonado, resultó muy complicada la tarea de coordinación que propiciara el reagrupamiento. Cada uno buscó nuevas perspectivas de vida y salidas profesionales al margen de la música, aunque Clemente continuó su vinculación al formar parte de la banda de música de Puente de Génave, siendo el único que asumió la música como actividad profesional Isidro, quien se trasladó a Madrid realizando estudios de piano en el conservatorio que sufragaba con pequeñas actuaciones utilizando los teclados en hoteles de lujo de la capital, hasta incorporarse a un grupo que realizaba actuaciones diarias en el Parque de Atracciones de Madrid llamado Neón, pero el nivel de ingresos era insuficiente por lo que obtuvo la licencia de detective privado, actividad que le obligó a dejar definitivamente la música en 1998.
Isidro García actuando como pianista en Madrid
A pesar de las dificultades lógicas que un grupo vocal-musical que nació en los años 60 en Puente de Génave, debemos reconocer que el papel de Los Ángeles Azules en el panorama musical de la comarca y de la provincia fue altamente destacado, quedando constancia en la memoria de muchos que bailaron con sus canciones un extraordinario recuerdo que les sitúa en un lugar destacado, no sólo de añoranza de aquellos tiempos, sino del panorama musical de Puente de Génave y de la Sierra de Segura del que debemos sentirnos altamente orgullosos.
Actuación del grupo Neón en el Parque de Atracciones de Madrid

P.D. Agradecer la colaboración de Isidro García en la aportación de datos y fotografías para la confección de este artículo.




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