En ocasiones, y sin saber por qué, miramos atrás y podemos contemplar como algunas de nuestras preciadas tradiciones han desaparecido. La emigración que se llevó básicamente a la gente joven tiene mucha culpa, pues dejó en los pueblos principalmente a gente mayor, que por lógicas razones de edad, mostró pocas ganas ya de mantenerlas vivas. El PELELE es una de ellas y, como es sabido por todos, tenemos en nuestro amigo Andrés Martínez Avilés un loco apasionado de la recuperación de todos esos símbolos que nos identifican, al que se ha sumado, en esta ocasión, MANUEL VILLAR TERUEL, que con su artículo trata de refrescarnos la memoria sobre dicha tradición. Esperemos que este sea el primer paso para su recuperación y que esta tradición, ya de forma definitiva, se quede otra vez entre nosotros, se quede para siempre en Puente de Génave.
EL PELELE.
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma en todo el mundo católico, pero en bastantes lugares, esta fiesta religiosa va acompañada de otra fiesta o tradición pagana. Es el caso de nuestro pueblo hasta hace unos 50 años que, sin saber por qué, desapareció. Es la fiesta del “PELELE”, también llamado “MIÉRCOLES”.
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma en todo el mundo católico, pero en bastantes lugares, esta fiesta religiosa va acompañada de otra fiesta o tradición pagana. Es el caso de nuestro pueblo hasta hace unos 50 años que, sin saber por qué, desapareció. Es la fiesta del “PELELE”, también llamado “MIÉRCOLES”.
Vamos
a intentar recordar cómo se celebraba y, si es posible, recuperarla.
El
día anterior al Miércoles
de Ceniza,
el martes por la tarde, las muchachas de un barrio se reunían en la
casa de alguna de ellas para “hacer” el PELELE.
Rebuscaban
unos pantalones, una camisa, un jerséy, unos calcetines y calzado
(todo viejo, por supuesto). Lo rellenaban de serrín, paja o
farfollas; lo cosían todo hasta darle forma al personaje. (La tarde
se pasaba entre risas, canciones, bromas…)
Al
atardecer, con unas sogas, se colgaba desde un balcón a otro de la
casa de enfrente. El PELELE quedaba suspendido en medio de la calle,
bien alto para que la chiquillería no llegara ni con una escoba.
Al
día siguiente, el Miércoles de Ceniza, los puenteños recibían con
regocijo los “peleles” (yo recuerdo el del Cortijo Las Ánimas y
el de la calle del Arroyo).
A
veces, después de que las chicas lo colgaran, por la noche, los
chicos “le añadían” algún detalle picaresco y divertido como
unos atributos sexuales bastante exagerados.
Durante
esa mañana la gente visitaba los “peleles” que había por el
pueblo. Ya comenzaban los comentarios y la diversión.
Por
la tarde, después de comer, los muchachos y las muchachas de ese
barrio se reunían, descolgaban el “pelele” y provistos de una
manta comenzaban a mantearlo entre
cánticos y tragos de vino de alguna bota que rulaba por
el grupo, alguna
chica también le daba algún “tiento”, pero era raro pues en
aquella época estaba mal visto que las muchachas bebieran vino y,
mucho menos, en público.
Con
gran algarabía se procesionaba el
“pelele”…
- Los de Las Ánimas hasta encima del Puente Nuevo y allí, después de un gran manteo acompañado de todas las canciones, lanzaban el “pelele”por encima de la barandilla al río.
- Los de la calle del Arroyo, unas veces, hacían esto mismo y otras lo procesionaban hasta “La Vicaría”. Allí seguían con la fiesta y, finalmente, bajaban hasta el Puente Maniche desde donde lo lanzaban al río.
La
fiesta era de las muchachas y muchachos de la época pero detrás de
ellos/as solía ir la chiquillería del barrio que, con gran alborozo
por el ambiente festivo creado, saltaba; jugaba; reía y, de paso,
iba aprendiendo para hacer el relevo cuando pasaran unos años.
Estas
son las letras de algunas canciones que se cantaban mientras se
manteaba al “pepele” o “miércoles”:
Arriba
pelele,
tu
madre te quiere,
tu
padre, también.
¡Arriba
con él! (y se
lanzaba con la manta lo más alto posible)
..............................
El
pelele chico
le
dice al grande:
¡¡alcanza
la cesta,
que
tengo hambre!! (y
se lanzaba con la manta lo más alto posible,
pues
la cesta del pan estaba colgada en el techo)
................................
Miércoles
de Ceniza,
¡qué
triste vienes,
que
con 40 días
de
ayuno tienes!
Manuel
Villar Teruel
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