viernes, 20 de diciembre de 2013

INCLUSO PARA LOS AUSENTES. . .FELIZ NAVIDAD



A Seve... como parte de la Historia de Puente de Génave

Por José Antonio Molina Real

Se acercan unas fechas especialmente señaladas en las que alcanza notorio protagonismo las sensaciones de fraternidad, donde las emociones personales se confunden con los aspectos cotidianos en los que la rutina nos envuelve, donde la solidaridad y generosidad se hacen grandes, y todo esto será así pues es tiempo de Navidad.
Como es lógico, desde el blog, queremos mostrar nuestros mejores deseos para estos próximos días, donde acudimos a la mesa familiar con otra sensación, con mayor predisposición a querer y sentirnos queridos, donde buscamos la cercanía en la gente que nos importa, no ocultando nuestros sentimientos más intensos, especialmente entre los que consideramos más cercanos. Por ese motivo, a vosotros, los que estáis ahí siguiendo nuestras publicaciones y porque mostráis con ese seguimiento vuestra cercanía, os deseamos una FELIZ NAVIDAD y un venturoso AÑO NUEVO.

Son, por lo tanto, días de felicitaciones y parabienes, días de encuentros y alegrías, pero también días de añoranzas y recuerdos, especialmente de aquellos seres queridos que ya no están, que nos dejaron envueltos en desconsuelo y dolor. Cada familia los va a tener presentes, en el corazón y en la memoria, evitará con el recuerdo su olvido y eso hará que sigan vivos, para siempre, junto a nosotros.
Todos los que se fueron dejaron huella, su paso por este mundo de un modo u otro dejó bagaje que sus seres queridos guardarán como preciado tesoro. Todos ellos son, en sí mismos, singulares y permitieron el enriquecimiento personal de los que vivieron su cercanía. Pero permitidme que desde el blog singularice lo que os acabo de decir. Puede que no debiera, pero no me puedo resistir llevado por motivos que dejan de ser personales al dimensionarse a todo nuestro pueblo.
Si, efectivamente, este año la ausencia de D. Faustino, del querido Seve, va a ser especialmente singular. Por una vez podremos estar seguros de que todos los elogios que lluevan sobre su tumba van a ser justos, pues la trayectoria de tan singular personaje vino a demostrar, con su inteligencia, destreza, honestidad y valentía, que en el campo de la vida a veces los milagros son posibles.

Todos los que conocimos a Seve sabemos que era persona en constante evolución, que realizaba una constante revisión de sus ideas e ideales para, desde la autocrítica, llevar sus convicciones al grado de realidad. En él la sabiduría y el conocimiento fueron guía de vida, cultivando todos aquellos aspectos que propiciaran una formación cultural y personal integra. Supo hacer de la serenidad la virtud que enfrentaba a las dificultades de su camino, y en la perseverancia la bandera que guiaba la conversión de sus proyectos en realidad. Utilizaba con destreza la convicción, con paciencia el trabajo y casi con heroísmo la capacidad para afrontar todo tipo de retos, incluso el de su propia muerte. Su familia fue su guía de vida y Puente de Génave su pasión.
Demostró envidiable habilidad en la búsqueda de tiempo que dedicaba con entusiasmo a todo tipo de iniciativas que siempre tenían como denominador común la cultura y las gentes de su pueblo. Trabajador infatigable, de labor persistente y comprometida que hicieron posible muchos sueños, convirtiéndose en pieza clave que abrió importantes puertas al mundo cultural de nuestro pueblo.

El reconocimiento y la consideración que las gentes de Puente de Génave muestran hacia su labor social y cultural es el mejor ejemplo de su singularidad y dan dimensión excepcional a una vida caracterizada por la entrega hacia su pueblo. Seve es ya patrimonio de todos los puenteños y puenteñas, cada uno de nosotros se ha quedado con ese detalle, con ese gesto, con esa anécdota o con esa muestra de cercanía y de cariño que guardaremos en nuestro recuerdo.
Su actividad sirvió para mejorar en la vida, para crecer como persona, reemplazando el pesimismo por la ilusión, el desánimo por la perseverancia, el desinterés por la implicación, el egoísmo por el bien común y la dejadez por el trabajo incansable. Personas como él siempre lucharon por dejar todos los ámbitos de vida en los que se implicó mucho mejor de como los encontró. Tenía afán de superación y resultaba admirable el entusiasmo con el que, día a día, contagiaba a los que le rodeaban.

En próximas fechas se la va a rendir merecido homenaje, será como él hubiera deseado, en un acto presidido por la cultura, protagonizado por la música y dónde los participantes van a ser las gentes de su pueblo. Cultura, música y su pueblo, los elementos que marcaron su vida. Será el reconocimiento a una labor personal, humana, educativa y cultural, al tiempo que celebraremos que pudimos compartir con él  tiempo y vivencias. Ese fue o, mejor dicho, es Seve, porque la gente buena que además es buena gente, nunca desaparecen, nos dejan pero siguen siendo referente válido para generaciones futuras, convirtiéndose, casi sin quererlo, en patrimonio de todos, en patrimonio latente y vivo de nuestro pueblo. Por todo ello nadie pone en duda que Seve es ya parte de nuestra historia colectiva, parte de la HISTORIA DE PUENTE DE GÉNAVE.

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