En la última entrada que escribimos dijimos que volveríamos en Septiembre, pero la actualidad manda y, en este caso, por desgracia, nos hemos visto obligados a saltarnos nuestro silencio estival para, de alguna forma rendir homenaje a una persona muy querida y apreciada en nuestro municipio, a una persona que ha sido gran protagonista en la corta historia de Puente de Génave, ya que ha desempeñado muchos puestos de relevancia en nuestra localidad.
Por lo tanto no queríamos dejar pasar la oportunidad y publicamos un escrito que nos han enviado en su memoria.
''Réquiem por mi maestro''
Querido amigo:
En esta hora triste me permitiré
la licencia, sin que sirva de precedente, de tutearte. Porque sé que
tu cariño paternal lo permitiría y porque la cercanía con que te
siento, tal vez más intensa ahora que nunca, así me lo reclama.
No será fácil la tarea de
encontrar las palabras justas y necesarias ni quisiera encontrar el
momento para despedirme. De hecho no lo haré, será ésta una despedida
sin adiós pues dicen que 'no muere sino quien es olvidado' y mucho
me alegro de que no haya nadie, que haya pasado por tu vida o
viceversa, dispuesto a tal fin.
Somos instantes, y como tales,
una vez hemos pasado, parece que todo hubiera sido demasiado fugaz.
Tenemos hoy la sensación, tras tu marcha, de que todo haya sido como
un sueño, un verdadero mal sueño; que casi no haya habido ocasión
para prepararnos, si ello es posible, para esta dura partida tuya.
Murió mi maestro, el maestro
de muchos, de casi todos, el maestro de tanto pues tanto fue lo
que esparció sobre nosotros, también, o más, fuera de las aulas de
la escuela, esa escuela suya donde la chiquillería se sentía en una
habitación más de su casa. Murió el alcalde, el vecino, el compañero,
el músico, el AMIGO. Se fue, entre la paz de los suyos y alumbrado
por la luna más serena, Don Faustino.
Queda derrotada tu eterna compañera,
Elena, a la que siempre intuiremos pasear del brazo de su amigo más
fiel. Queda huérfana tu familia, pero valedora del orgullo de un padre,
abuelo, hermano, tío,.....de sombra tan alargada. Más vacía queda
la iglesia, esta recoleta iglesia tuya, que alguien bautizara como la
más blanca de Jaén, que tanto te sirvió y a la que tanto servicio
diste. Quedan perdidas tus compañeras de la escuela, para quien parecieras
un buen espejo en que mirarse. Queda más sorda la voz de la Coral,
tu Coral, ese grupo de gente tuya que alardeará más, a partir de ahora,
de llevar tan digno nombre. Queda maltrecho, como falto de una pieza
irreemplazable, el Puente, este trocito de tierra que ensalzaste como
nadie. Quedamos todos, en fin, más pobres.
No será fácil acostumbrarse,
amigo mío. Acostumbrarse a tantas cosas. Echaremos en falta el Viva San
Isidro! más sonoro y sentido que pudiera declamar un puenteño. Tus
palabras llenas de sabiduría, experiencia y mil cosas más, nos faltarán.
Faltará La Llorona, entonada tan delicadamente en esa privilegiada
garganta tuya. Será difícil escuchar a los tuyos por villancicos sin
la entradilla pizpireta de tu bandurria.
Pero no habrá pena ni desconsuelo
de los tuyos que no pueda mitigar tu recuerdo y el legado de vida que
dejas. Sólo hace falta mirar alrededor para saber que queda mucha gente
impregnada de tu enseñanza, de tu ejemplo, y en eso nos empeñaremos,
en mirar adelante enriquecidos y gratificados por haber sido tus alumnos,
cada uno a su manera.
Ya acabo, que no quiero cansarte,
ahora que descansas. Y lo haré reproduciendo las palabras que le transmitiste
a otro gran 'maestro', amigo tuyo y abuelo mío, estando cercano el
día de su partida:
"Yo a la vida le pido amor, antes incluso que salud.
Para qué queremos salud sin que nadie nos quiera?
Con amor al fin del mundo,......aunque esté uno muriéndose"
Que San Isidro te acompañe.
Reza por nosotros y hasta pronto, amigo.
Y gracias, Don Faustino.
Enhorabuena por tus ciertas y certeras palabras. Gracias por tu sentido réquiem, por tu derrame emocional, por tu esperanzador mensaje, por tu adorable cercanía... En nombre de mi madre y de mi familia entera... En nombre de mi padre al que, sin duda, has hecho emocionar tanto o más que a nosotros... ¡GRACIAS!
ResponderEliminarQuiero reproducir el comentario que nos ha hecho llegar María Elena Serrano Samblas para que lo publiquemos:
ResponderEliminar"En nombre de toda la familia de SEVE : Gracias. Todo lo publicado sobre él, nos ha tocado el corazón y ahora sabemos que mi padre vivirá siempre, en la memoria de aquellos que le quisieron.
María Elena."
29/07/2013 18:34:39
En mis peregrinajes por el gúguel he topado con este blog y me he enterado del deceso de don Faustino (Seve). Lo siento mucho. Acostumbrado como estoy a hacer muchas cosas mal, tarde y a veces nunca, no le mostré el agradecimiento que sentía por lo que hizo por mí. Nunca se lo dije, pero siempre lo he sentido. Lo muy poco que he conseguido profesionalmente en mi vida se lo he debido en gran medida a los maestros que tuve en suerte de niño; estuve varios años con D. Miguel Blanco en La Puerta y dos años con D. Pedro en el Puente. Y también tuve la suerte de recibir clases de D. Faustino durante seis apretadas semanas del verano de 1958 en las que me preparó de ingreso y primero del bachillerato de entonces. Y no sólo eso; también me acompañó a Baeza donde me examiné de ambos cursos entre los días ocho y once de septiembre. Compartimos habitación en el hotel Comercio y recuerdo que él todos los días llamaba por teléfono a su entonces novia Elenita. Fue un gran maestro para mí y no lo he olvidado. Aunque tarde, deseo expresar mi pena y condolencia a Elena y a sus hijos. No le olvidaré.
ResponderEliminarAlfredo Rodríguez Tébar.
Alfredo: Soy Alicia, una de los cuatro hijos de Seve. Acabo de leer tu entrañable condolencia que también ha leído mi madre. Ella me dice que te está enormemente agradecida por tus palabras que sabe sinceras. Así como yo y el resto de mi familia. Gracias, de todo corazón, por tener a mi padre en tu vida. Es así como nunca mueren los que se nos van... Un abrazo lleno de todo el agradecimiento de que somos capaces.
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