viernes, 31 de enero de 2025

NACE EL GUADALQUIVIR DONDE EL GUADALQUIVIR NACE....???

 ACLARACIONES Y EXPLICACIONES SOBRE UNA POLÉMICA.

Por Jose Ant. Molina Real ( jt )

Todo aquel que haya tenido la curiosidad y se haya acercado a la Cañada de las Fuentes, en el término municipal de Quesada a más de 1400 mts. de altura, para poder decir que has estado en el nacimiento del Guadalquivir, siguiendo así el reclamo de la moda turística en la que se encuentra el Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y las Villas, y así poder estar en el punto oficial de nacimiento del Guadalquivir, el «Gran Río» de Andalucía, quizás se haya encontrado con una decepción; especialmente en épocas estivales, pues el caudal es mínimo o inapreciable. El acceso se realiza por un polvoriento carril, a partir del conocido puente de las Herrerías, que asciende suavemente principalmente por la margen izquierda del río hasta que un letrero, junto a un parking para vehículos, nos anuncia la llegada al nacimiento del río Guadalquivir. A partir de aquí, y ya a pie por un estrecho sendero, unas cuantas fuentecillas pueden mostrar un modesto caudal que van dando forma a un pequeño arroyo, hasta que, un poco más arriba, al cobijo de un hueco formado en la roca caliza, manaba más agua, siendo el lugar en el que una placa en la pared da fe del particular punto de Andalucía en el que nos encontramos.

Cartel anunciador del lugar del nacimiento

Oficialmente, y según los geógrafos han determinado en sus estudios, allí inicia el camino hacia el inmenso océano Atlántico en Sanlúcar de Barrameda el río más importante de Andalucía, con una cuenca hidrográfica total de una extensión de 57.527 km. que se extiende por 12 provincias pertenecientes a cuatro comunidades autónomas, de las que Andalucía representa más del 90% de la superficie de la demarcación, lo que le convierten en el quinto río más importante de la Península Ibérica. Son muchas las conjeturas abiertas sobre si este origen, en la Cañada de las Fuentes es el del verdadero nacimiento; como también puede ocurrir con otros muchos ríos. Incluso se requiere de cuestiones históricas para atestiguar si es un lugar u otro el indicado. No obstante, estas dudas, lógicas de otros tiempos, quedan fuera de toda aceptación después de las determinaciones establecidas por los geógrafos que consideran la fuente de nacimiento el lugar a partir del cual el agua empieza a brotar como punto más alejado de la corriente del río partiendo de su desembocadura o de su confluencia con otro río o arroyo. Cuando más de una fuente alimenta un río, lo más habitual es considerar aquella fuente que tenga más caudal, menor pendiente de cauce lo que indica mayor antigüedad, la más alta quedando la más lejana considerada como corriente de cabecera o la mayor capacidad de cuenca hidrográfica. Todas estas consideraciones pueden ir dando credibilidad al posible origen de este emblemático cauce andaluz, que recibe, a partir de su actual nacimiento, el agua de otros ríos que serán sus afluentes principales. Pero no queremos dejar de lado esta controversia en el caso del Guadalquivir y su evolución histórica.

Cuenca hidrográfica del río Guadalquivir

Los griegos bautizaron a este cauce principal del sur peninsular como río Tartessos, si bien asentados preferentemente en la costa no entraron a buscar sus fuentes. Posteriormente, los historiadores y geógrafos de la antigua Roma propusieron dos cabeceras diferentes para el río que ellos llamaron Baetis, aunque algunos como Estrabón o Posidonio se limitaron a situar el origen del río en la Orospeda, es decir, en el gran macizo de montañas que forman las actuales sierras de Alcaraz, Cazorla, Segura, Castril y La Sagra. La primera sería la que optaría por el río Guadalimar, o por su afluente el Guadalmena, ya que era el cauce más rectilíneo, el que seguía el eje natural de la cuenca a través del gran accidente tectónico longitudinal que delimitaba las tierras de la Bética, al sur, con las de Sierra Morena, al norte, formando la corriente más caudalosa por la margen derecha, cuestión que defendieron Polibio y de Escimno que, en el S. II a.C., determinaron que el gran río Baetis nacía en lo que denominaron estribaciones de la meseta y que hoy sería la llamada Sierra de Alcaraz en Albacete.

Representación gráfica del Guadalquivir

Pero también estaban los historiadores romanos que dejaron escrito que sería la opción a considerar la que hoy llamamos Guadiana Menor, gran afluente actual por su margen izquierda, formado por la unión del río Frades y del río Barbata también llamado Huéscar. Esta teoría, defendida por Plinio, tenía en su base el ser el valle formado por los ríos Barbata y su afluente el Orce lugar por donde discurría la ruta que comunicaba Cástulo (Linares-Jaén) con Ilucro (Mazarrón-Murcia). Debemos decir que para los romanos las dos teorías tenían consistencia y por eso consideraban que el río Baetis se formaba por la unión de los cauces de los actuales Guadalimar y Guadiana Menor pero nunca consideraron como nacimiento lo que hoy llamamos Alto Guadalquivir en la Cañada de las Fuentes.

Leyenda de los Hermanos Quintero en la placa indicativa
del nacimiento colocada en la Cañada de las Fuentes

La llegada de los árabes y sus siete siglos de presencia en la península, no dieron una sola información favorable a considerar al Alto Guadalquivir como fuente del que llamaron Wadi al Kebir “Río Grande”. Se mantuvieron las dos opciones romanas, y se añadió una tercera, tardía y poco convincente, claramente dictada por los intereses geo-políticos al ser el río Genil el cauce principal del Reino de Granada que se alimentaba de las altas cumbres de Sierra Nevada. Es decir, se mantuvo la opción del río Guadalimar defendida por autores como Xams-al-Din o Abu-al-Fida aunque fuera una tesis mantuvieron esta tesis que paulatinamente entró en desuso. También la que defendía las fuentes del río Huéscar o del Orce como origen del llamado “río Grande”, cuestión que mostraron autores como def Al-Razi, Yagut al-Hamawi, Al-Idrisi, a mediados del S. XII, así como en el libro anónimo conocido como Gayangos, libro de varios geógrafos árabes, entre los que algunos como Al-Zuhri, llegaron a citar, como principal afluente del Wadi al Kebir por su margen derecha al Río del Castillo de Hornos, que podríamos identificar con el actual Alto Guadalquivir; siendo, por tanto, esta opción del Guadiana Menor la mayoritariamente aceptada por geógrafos e historiadores musulmanes.

Recorrido del río Guadalquivir

A todo esto, que no hace otra cosa que repetir los estipulado por los romanos, hay que añadir otra nueva opción que sitúa al río Genil en el origen del Wadi al Kebir “Río Grande”, siendo una opción surgida tardíamente cuando el reino Nazarí de Granada se encontraba en su apogeo, y la defendieron autores como Ibn Abd al-Rabbihi e Ibn al-Jatib, aunque no tuvo continuidad temporal.

Habrá que esperar hasta la Reconquista de buena parte de la jurisdicción y la ciudad de Cazorla, durante el reinado de Fernando III, para comenzar a hablar por primera vez de este valle montañoso y aislado donde ahora me encuentro como origen del río. Se abandona así la tesis largamente defendida de las lejanas fuentes que nutrían al actual Guadiana Menor, tierras que seguían en manos musulmanas. Con ello se asume por primera que el Guadalquivir nace en la sierra de Cazorla. Aparte de las principales razones geo-políticas, ello tenía también alguna lógica, porque esa opción iba precisamente a la búsqueda de las fuentes que imaginara Estrabón en el interior de la Oróspeda griega, un amplio territorio montañoso entre las sierras de Alcaraz, Segura, Cazorla y aledañas. Cuando, finalmente, la cuenca del Guadiana Menor cae en manos cristianas ya es demasiado tarde para cambiar de decisión. Debemos considerar que en la época en que se decidió oficializar definitivamente el nacimiento del Guadalquivir en la Cañada de las Fuentes, allá por el siglo XVI, por allí pasaba una de las vías de comunicación con las tierras más al sur y que salvaban  las agrestes sierras forestales pasaba por el estratégico lugar de unas fuentes de agua, idóneo de parada y descanso de huestes cristianas, entre ellas las de Fernando III en 1243, o las de la reina Isabel «La Católica» en 1489, y siendo estas las fuentes más altas del río que remontaban para seguir hacia el sur, hacia el Reino de Granada, fueron finalmente las elegidas como nacimiento del Guadalquivir.

Indicación del río Guadiana Menor

La decisión, en su momento, de que el Alto Guadalquivir, en vez de ser el río Aguamulas o el río Borosa nacidos en la Sierra de Segura y más caudalosos que el Guadalquivir en el momento de la confluencia, era el que nacía en la Sierra de Cazorla en la Cañada de las Fuentes, sería en su momento de carácter histórico-geográfico, pues la capitalidad del señorío eclesiástico del Arzobispado de Toledo, denominado Adelantamiento de Cazorla, instituido en el siglo XIII por Rodrigo Ximénez de Rada, se situaba en Cazorla, aunque ello fuera más simbólico y testimonial que otra cosa pues existía la pleitesía del rey a la institución eclesiástica. También porque en la época en que se planteó fijar el punto donde naciese el referido río (siglo XVI), era más fácil el acceso hasta llegar a la Cañada de las Fuentes, que el acceso a ríos mucho más caudalosos como el río Borosa, que nace en Aguas Negras, o el río Aguamulas que nace al pie de Las Banderillas, que son lugares de muy difícil acceso estando, además, en la Sierra de Segura, cuya capitalidad era Segura de la Sierra, estaba en manos de la encomienda de la Orden de Santiago, lo cual podía generar conflicto de intereses para la monarquía en aquel momento dada la enorme influencia política y eclesiástica del Arzobispado de Toledo, al que pertenecía el Adelantamiento de Cazorla  dejando así bajo su jurisdicción el estratégico nacimiento en la Cañada de las Fuentes.

Nacimiento del Guadalquivir en la
Cañada de las Fuentes. Quesada.
Sierra de Cazorla

Para concluir diremos que la opción del Guadalimar es la que mayor peso geológico tiene, pues el río corre por una falla tectónica entre dos grandes sistemas montañosos como son las estribaciones de Sierra Morena y el Sistema Bético, pero movimientos geológicos posteriores quitan credibilidad a esta opción. Aquellos que defienden la opción que tiene mayor peso hidrográfico del Guadiana Menor, deben considerar que en el momento de su confluencia con el cauce que proviene del Alto Guadalquivir el Guadiana Menor tiene mayor pendiente que el Alto Guadalquivir a causa de un escalón geológico pliocénico pero que en el resto de parámetros podría tener consideración de río principal al ser más largo y más caudaloso, es decir, sería consistente el valor hidrográfico. Siendo el Guadiana Menor una confluencia de los ríos Fardes y Barbata en su cabecera, debemos considerar que el Fardes, que viene de Sierra Nevada, es claramente más joven, más alto y menos caudaloso que el río Barbata, por lo que sería este río Barbata la principal opción, desdeñando las teorías que apuntan a que su afluente, el río Orce, nacido con un muy modesto caudal cerca de las Cañadas de Cañepla, donde recibe el nombre de arroyo de la Cañada del Salar pudiera ser origen del río Grande. De esta forma, el río Barbata quedaría como opción alternativa a la de Alto Guadalquivir a ser considerado el río principal. Nace en el macizo de La Sagra, en el municipio de Puebla de Don Fadrique, más específicamente, en la Fuente de los Agujeros, a 1.740 m de altitud.

Nacimiento río Barbata. Puebla de Don Fabrique. Granada
Origen del río Guadiana Menor

       Todos podemos entender que además de esa honorífica mención de ser el lugar donde nace un gran río, en este caso el gran río de Andalucía, se encuentran intereses de ámbito económico y de desarrollo y reclamo turístico. Según lo explicado las razones de nomenclatura y localización de tipo histórico-geográfico se han sobrepuesto a las de carácter geológico e hidrográfico, siendo tan legítimas las razones de una o de otra consideración, no teniendo ni más ni menor peso en las argumentaciones que se puedan aportar, siendo una evidencia clara en la actualidad que no se va a poder alterar, por mucho que algunos se empeñen, y es que oficialmente, el nacimiento del río más importante de Andalucía, se encuentra en la Cañada de las Fuentes, en el término municipal de Quesada en plena Sierra de Cazorla.

viernes, 17 de enero de 2025

EL PRIMER PREMIO PLANETA NACIÓ EN LA SIERRA DE SEGURA

JUAN JOSÉ MORENO SÁNCHEZ. UN PREMIO PLANETA DE LA PUERTA DE SEGURA.

Por José Ant. Molina Real ( jt )

Nadie pone en duda que el premio más prestigioso de las letras a nivel mundial es el Premio Nobel de Literatura, pero no es el más cuantioso a pesar de tener un premio de 980.000 euros. Durante mucho tiempo, ese honor, el de repartir el mayor premio, lo ha tenido el Premio Planeta ya que la famosa editorial dona al ganador del certamen 1 millón de euros cada día de 15 de octubre, día de Santa Teresa, porque así lo quiso el empresario fundador de la editorial, José Manuel Lara Hernández, en honor de su esposa María Teresa Bosch. Muy recientemente ha sido superado por The Million’s Poet (el poeta del millón) de Abu Dhabi que entrega un millón doscientos mil euros.

Juan José Moreno Sánchez cuando ganó
el primer Premio Planeta. 1952

Si os preguntáis el por qué abordamos este tema literario vinculado a la editorial Planeta y su famoso premio tiene fácil respuesta, pues este premio tuvo su primera edición en el año 1952, y su ganador fue un serranosegureño, nacido en La Puerta de Segura el 3 de marzo de 1906, -aunque hay otras fuentes que indican que pudo llegar al mundo en Puente de Génave que en aquel momento era una pedanía de La Puerta de Segura- llamado Juan José Moreno Sánchez, aunque jamás utilizó su verdadero nombre para firmar sus obras, utilizando seudónimos como Juan José Morán o, por el que fue más conocido al ganar el premio Planeta con su obra “En la noche no hay caminos”, Juan José Mira.

De familia acomodada, pues era hijo de un registrador de la propiedad con desahogada posición económica y de una mujer de origen humilde veinte años más joven, dejó muy pronto su pueblo natal y estuvo viviendo en varios lugares a requerimiento del trabajo de su padre, hasta que la familia se instaló en Madrid, donde cursó los estudios de bachillerato y la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid bajo presión paterna, aunque nunca la ejerció pues su verdadera vocación estaba relacionada con la literatura. Haciendo sus primeras incursiones literarias recién acabados sus estudios, con solo veinticuatro años, publicando por su cuenta la novela “El gran bazar” sin apenas resonancia, colaborando en algunas revistas y periódicos madrileños, como La Libertad de clara tendencia republicana y de izquierdas a partir de 1928, donde surgió su vinculación política en esos momentos convulsos de la proclamación de la Segunda República y previos a la Guerra Civil donde, ya afiliado al Partido Comunista, trabajó para su medio de difusión Mundo Obrero, como cronista de guerra.

Galardones Premios Planeta y Nóbel

Tras la caída de Madrid huyó a Alicante donde al finalizar la guerra fue apresado y pasó por campos de concentración primero como el de los Almendros en Alicante o el de Albatera, para después por la cárcel. Consiguió ser liberado a través de influencias personales y un trabajo como maestro en tierras gallegas, donde llegó como un perfecto desconocido, pero los recelos políticos hicieron que fuera denunciado por un cura y no tuviera más remedio que huir, estableciéndose en Barcelona a principios de la década de los 40 del siglo pasado; allí, en una gran ciudad, podría pasar más desapercibido y a la que iba a estar ligado profesional y personalmente. En los primeros años de la difícil posguerra, viviendo en una habitación alquilada a su matrona en un oscuro piso de la calle Casanova. La ciudad le propició el acceso a diversos trabajos para poder subsistir siendo representante de productos de pastelería pasando tanta hambre que en ocasiones llegó a comerse las muestras. Estudió contabilidad en la biblioteca del Ateneo, de donde a través de un amigo consiguió hacerse socio, trabajando de contable en una ferretería, de corrector topográfico y de estilo en dos editoriales o incluso de guionista de radio y cine, al tiempo que escribía, en sus ratos libres, novelas policiacas que tenían una muy buena aceptación en la época y le aportaban suficientes ingresos, pero siempre bajo el seudónimo de Juan José Morán. Estar en la ciudad también posibilitó que, clandestinamente, reanudara contactos con miembros del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC).

En cuanto a sus inicios como escritor decir que no fueron muy halagüeños siendo su primer dinero ganado con la pluma las cien pesetas que recibió por un artículo sobre Gandhi publicado, antes de la guerra, en el periódico de Madrid “La Libertad”, porque su primera novela, escrita cuando tenía 24 años, publicada asumiendo sus costes titulada “El gran bazar”, aunque recibió alguna buena crítica, solo pudo vender setenta ejemplares, siendo un claro fracaso. Pero su vocación literaria y sus contactos con diferentes editoriales, una vez finalizada la guerra y asentado ya en la ciudad Condal, conoció a la que fue su novia formal Trini Anglada, profesora del colegio Betania-Patnos fruto de sus relaciones dentro del llamado Ateneo de Barcelona, lo que le permitió reiniciar en el camino de las publicaciones literarias de una forma mucho más seria; y así, en 1944, a través de la llamada “serie amarilla” en la Editorial Molino, comenzó una saga de entregas con los títulos de “El misterio de las siete trompetas” y “Así es la rosa”, firmadas con el seudónimo de José J. Morán, y un año más tarde, en 1945, adoptando ya el nombre de Juan José Mira, “El reloj acusador”; a las que siguieron “La muerte al teléfono” y “Rita Suárez”, en 1946. No dejó de publicar novelas que fueron dándole cierto nombre y relevancia en los círculos literarios catalanes, como fueron “El billete de cien dólares”, en 1949 o “La pluma verde”, ya en 1951. También publica en ese año la serie de "El Canario" en la Editorial Hemisferio de Barcelona, ocho novelas cortas ambientadas en Nueva York y protagonizadas por el periodista español Valentin García Laínez, su secretaria miss Kane y su colaborador, Cinnamon, un canario que alegra el despacho de ambos.

Edición de "Rita Suárez" nombrando a
Juan José Mira como ganador del Planeta

Pero el verdadero espaldarazo literario le llegó con su obra “En la noche no hay caminos”, que en 1952 presentó a un recién creado Premio Planeta, teniendo el honor de haber obtenido el galardón en su primera edición, si bien entonces no gozaba este premio, patrocinado por la editorial Lara que después se llamaría Planeta, de la popularidad y proyección que fue adquiriendo en los años siguientes. Se puede decir que la noche de aquel domingo 12 de octubre de 1952 cambió su vida. Después de cenar en el afamado Restaurante Lhardy de Madrid, los siete miembros del jurado decidieron que las 40.000 pesetas que otorgaba el premio fueran a parar al autor de la novela “En la noche no hay caminos”. Aquel primer jurado lo formaron Bartolomé Soler como presidentes; César González Ruano; Tristan La Rosa; Gregorio del Toro; Pedro de Lorenzo; Romero de Tejada, y el propio editor, José Manuel Lara. A esta primera convocatoria se presentaron 247 originales y, por entonces, la expectación levantada en los medios de comunicación fue sumamente modesta.

Edición Premio Planeta 1953

El autor, Juan José Mira, pseudónimo literario de nuestro paisano Juan José Moreno Sánchez, hombre de 46 años, de quien casi nadie sabía nada en los ámbitos literarios de la capital madrileña, lograría este premio y con el añadido de una primera edición de 5.000 ejemplares con resonancia nacional realizada en marzo de 1953, a la que siguieron 28 ediciones más en años posteriores, siendo la última en el año 2006. No era un autor conocido y tampoco lo fue a posteriori, en parte porque él tampoco tenía mucho interés en serlo debido a su pasada militancia política y sus relaciones clandestinas con el PSUC, pudiendo decir que solo los más enterados de la época lo conocían como novelista policíaco, a cuyo género pertenece la mayor parte de los títulos que publicó, y especialmente en Cataluña.

Edición del su máximo éxito literario

En 1955, tras diversas vicisitudes con la censura, publicó “Mañana es ayer”, novela que, con el título “Pago más que nadie”, había presentado al Premio Nadal en 1951 sin obtener éxito, aunque para muchos fuera su mejor novela, pues el propio editor, Vergés, lo llamó para decirle que el tema que trataba, la Guerra Civil, y cómo lo hacía la convertían en impublicable a pesar de reconocer su calidad literaria. Con posterioridad, en 1956, publicó un interesante estudio titulado “Biografía de la novela policiaca”, siendo pocos meses después cuando la policía, después de un chivatazo, consiguió desmantelar la organización del PSUC en Barcelona, siendo detenido junto a otros 49 miembros y colaboradores más, lo que propicio su ingreso en la cuarta galería de la cárcel Modelo, la de los presos políticos, conociendo y entablando amistad allí con Víctor Mora, el creador del Capitán Trueno, famoso personaje en aquella época Capitán Trueno.

Cárcel Modelo de Barcelona

Este hecho supuso un gran freno a su carrera literaria y podemos decir que nada, a partir de este momento, fue igual para nuestro paisano Moreno Sánchez a pesar de separarse totalmente de toda actividad política. Muchos, cuando salió de la cárcel, le volvieron la espalda y, aunque volvió a escribir, fueron ya muchas las puertas que encontró cerradas. En los primeros años 60 escribió un drama titulado “Quinta galería” que ni siquiera se llegó a editar, volviendo, gracias a su amigo del Ateneo, el oftalmólogo Joaquim Durán, a trabajar de corrector de estilo y traductor para editores como Germán Plaza o Simón Muntaner. Siguió relacionándose con algunos buenos amigos, buscó formar una familia sin conseguirlo, algo que, junto a la pérdida de ilusiones respecto a la literatura y el ambiente cultural español, lo llevó a posiciones un tanto pesimistas y casi depresivas de su visión de vida. En 1967, en el hotel Fanal de Lloret de Mar, conoció a su propietario, Josep Más, a su esposa Dolores y a su hija Cristina; una familia que llegó a ser, prácticamente, su única fuente de relación social y su verdadera familia, aunque nunca perdió el contacto con su antigua novia, Trini Anglada, con la que no llegó a contraer matrimonio porque nunca acabó de ver claros su responsabilidad como cabeza de familia y además los dieciséis años que les separaban en la edad, aunque su relación llegó a se muy íntima, tanto que, por ejemplo, ella es la que conservó el galardón que el Premio Planeta entrega a los ganadores. 

Última fotografía de Juan José Moreno Sánchez

A partir de su jubilación, a principios de los 70 años, sus estancias en la casa de los Más se hicieron más prolongadas, repartiendo su vida entre Barcelona y Lloret, creándose una enorme vinculación que propició que llegara a pensar en hacer a la joven Cristina como su heredera, cuestión no se pudo materializar pues sufrió un infarto de miocardio en junio de 1980 por lo que estuvo ingresado en la clínica Sant Jordi de Barcelona hasta que recibió el alta, trasladándose a casa de la familia Más donde un nuevo infarto acabó con su vida el 17 de agosto. Los pocos ahorros que mantenía sirvieron para sufragar los gastos de hospital, entierro y costes de sepultura. Juan José Moreno Sánchez, primer Planeta, se fue de este mundo escéptico y desilusionado con muchos aspectos de su vida, pero dejó buenos amigos y ninguna deuda, y aunque sus obras siguieron y siguen generando derechos de autor, la editorial Planeta y concretamente su fundador, José Manuel Lara, buscó algún familiar para hacerle llegar esos ingresos, no encontrando dentro de su oscuro pasado a nadie que los pudiera recibir fracasando en su intento. Lejos quedan ya aquellas palabras pronunciadas en 1971 por Juan José Moreno Sánchez, nuestro afamado literato, en las que dijo textualmente: "Ganar el Planeta representó entonces para mi ganar unas pesetas que me hacían mucha falta, alimentar un orgullo y una vanidad que hoy ya no siento y forjarme unas ilusiones que luego no vi confirmadas".