Los pozos de nieve. Siles y Segura de la Sierra
Con la modernidad, el hombre, ha perdido o ha abandonado gran parte de su patrimonio cultural tradicional. Ha dejado de usar métodos tradicionales de cultivo, cambiándolos por otros más modernos, también la forma de conservar los alimentos, la forma de construir, de trabajar materiales e incluso, ha cambiado la forma de relacionarse con la naturaleza.
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Nevero de Siles |
Hace años, apareció un pequeño
artículo en las Noticias de Canal Sur, sobre la Reina de las Nieves. No es
broma. Llamaban así a una Señora de la provincia de Granada, que aún tenía una
concesión hereditaria muy antigua, no recuerdo de qué época, la cual autorizaba
a ésta Señora, claro está, anteriormente a sus antepasados y posteriormente a
sus descendientes, a recoger y trasladar nieve desde Sierra Nevada, hasta
Granada, para abastecer de hielo, a los Hospitales de la capital granadina.
Evidentemente, en otras épocas este
comercio de la nieve era algo tradicionalmente normal en nuestra geografía, y
en nuestro entorno de la Sierra de Segura, donde se producían importantes
nevadas, especialmente en las zonas altas de Siles, Santiago-Pontones o Segura.
Esta actividad se producía también en
otros lugares de la provincia de Jaén o el resto de España, incluso en lugares
tan alejados como las Islas Canarias, donde podemos encontrar construcciones
llamadas "Pozo de las Nieves" o denominaciones similares. No es un
tipo de construcción relevante en cuanto a lo arquitectónico o estético de la
misma, de hecho, podría pasar desapercibida a los ojos de muchos de nosotros que
no conoceríamos el uso que tendrían esos enormes agujeros excavados en la
tierra de no ser por el cartel explicativo que indica en la actualidad el uso
que se le daba.
En la Sierra de Segura, como mínimo, hay dos aún visibles, una en Siles y otro en Segura de la Sierra. Hay autores, que nombran otros ya desaparecidos tanto en Génave, como en Beas de Segura.
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Nevero de Segura de la Sierra |
Ambos pozos de las nieves, esencialmente
constan de una enorme oquedad para almacenar la nieve. En el de Segura de la
Sierra, el pozo, es completamente visible. El edificio que debiera tener para
proteger la nieve de los elementos atmosféricos ha desaparecido, viéndose un
pozo, de gran diámetro y una profundidad aceptable. Está situado en las cercanías
del castillo, a escasos metros del patio de armas del mismo, el cual se
encuentra curiosamente fuera del recinto amurallado actual, y que ahora tiene
el uso de plaza de toros.
La cultura de la nieve ha sido
bastante importante en ciertas zonas de Sierra, especialmente donde se producían
las nevadas importantes y las condiciones climatológicas permitían el almacenamiento
y conservación optima de la nieve para su posterior transformación en
"hielo" a través del método de prensado. Recordemos que hasta
mediados del Siglo XX, no se comenzó con la fabricación por medios industriales
de hielo, por lo que había que fabricarlo por medios naturales.
Hay noticias de pozos de la nieve en la provincia de Jaén, que se remontan al S.XVI. Uno de los más modernos -mediados del S.XIX- es el que encontramos en el término municipal de Siles, en un paraje de frío, situado en una umbría, que permanece durante muchos días del año escondido del sol. El paraje es conocido como "La Fresnedilla". Es la parte alta de la ladera del monte, en la cara norte del mismo, como habréis supuesto. Hace frío hasta en verano, y en invierno, si no es bien abrigado, cuando está cayendo la tarde, se nota como desciende la temperatura varios grados centígrados en poco tiempo en un margen relativamente corto de tiempo.
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Ilustración explicativa del sistema de conservación de la nieve |
No es difícil imaginar las cuadrillas de
trabajadores, a mediados del siglo XIX, que es la época de construcción
aproximada de éste pozo. El frío que debían pasar al subir desde alguna aldea o
cortijada cercana, con sus bestias de carga, sus espuertas de esparto, sus
azadas o palas, y abrigados con la poca ropa de que pudieran disponer en
aquella época, y cómo al amanecer, comenzaban a recoger la nieve de los
alrededores del nevero, para llevarla hasta el pozo, vaciar las espuertas, los
serones o aguaderas de las bestias dentro del pozo, donde había otras personas
encargadas de prensar la nieve, bien pisándola o aplastándola con palas u otras
herramientas, y, separando cada cierto tiempo, unas capas de nieve de otras,
mediante paja, mientras los que recogían la nieve, volvían a empezar.
Lo de separar la nieve en capas, y
mediante paja, es un sistema bastante inteligente. Si todo se hace un bloque de
hielo, cortarlo para poder comercializarlo hubiera sido más trabajoso, y mucho
menos regular. De ésta forma, se evitaban trabajo, y los trozos de hielo,
tenían una forma y tamaño más regular.
Para transportarla hasta los comercios, domicilios particulares, u otros puntos de venta, usaban las bestias de carga -burros, mulos- solas o tirando de carretas. El transporte era realizado por los "arrieros", y sus animales, los cuales recogían la nieve ya hecha hielo muy temprano e incluso madrugada, para que no les diera el calor durante el viaje, y no se les estropeara la carga, llegando así en buenas condiciones a su destino.
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Nevera antigua |
Después, a finales del S. XIX, esta actividad cayó en desuso con la fabricación industrial del hielo que permitía un abastecimiento a las grandes ciudades, cuestión que resultaba imposible para estos trabajos realizados en los neveros tradicionales. También aparecen de forma paralela las primeras neveras domésticas, que no dejaban de ser una caja metálica, de aluminio generalmente, con una puerta pequeña, y un grifo de desagüe, para eliminar el agua de derretirse el hielo. Las había en los domicilios de la gente adinerada, y en los locales o establecimientos como Casinos, Hoteles o Restaurantes, aunque poco a poco fueron abaratándose en su proceso de fabricación llegando a todo tipo de domicilios.
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Fuente y pilones del nevero de Siles |
Esta circunstancia influyó
decisivamente que las gentes dejaran de lado la cultura de la nieve y los pozos
de nieve se abandonaran a su suerte, llenándose de maleza y entrando en un
deterioro considerable. Por esa razón, los que han llegado a nuestros días son
verdaderas reliquias que debemos conservar. Así vemos que, en el caso de Siles,
no solo está el pozo de nieve, sino que a unos metros más abajo, nos
encontramos con una fuente, posiblemente originaria como desagüe del pozo, con
varios pilares o piletas consecutivas, algo muy común también en la zona de la Sierra
de Segura, aunque éstos son de cemento, y los tradicionales, son troncos, los
cuales han sido vaciados en su interior.
Pasear por ésta zona, dependiendo de la época del año, puede ser
bastante agradable, o desapacible. Lo que sí es seguro, es que el paseo, no os
deja indiferentes.
Art.- "lo que se oculta bajo el sol"
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