INVARIANTES HISTÓRICOS DE LA SIERRA DE SEGURA.
Por Modesto Vigueras. Profesor.
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3.- Los musulmanes.
Después de la derrota de los
visigodos en el Guadalete, Sierra Segura fue ocupada por los musulmanes y se dividió
entre diferentes cantones y las coras de Tudmir y Jaén. Por una serie de
causas, en las que no entraremos, la población se islamizó totalmente, se
convirtieron en muladíes, devotos fervorosos del Islam, y adoptaron la religión,
lengua y costumbres de los nuevos invasores, mezclándose con población de
origen berebere, con presencia de árabes gafiquies y qahtanies.
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Ocupación musulmana de la península y el territorio independiente de Tudmir |
Los geógrafos e historiadores árabes
tuvieron un gran conocimiento de la región, con descripciones muy precisas de
sus aspectos más importantes, montañas y ríos, y, en particular, dedicaron
atención a las montañas de Sierra Segura – Shakurah – que, decían, era muy
extensa y montañosa con más de 33 castillos y 300 aldeas; alguno de ellos la
identificó con el Sumuntán, que correspondía a la zona más montañosas,
derivando de la de Segura las otras montañas de la zona.
Desde los últimos tiempos del
Emirato, se produce el levantamiento llamado de los “encastillados”, en el que
se sublevan todos los señores de la cuenca del Guadalimar, alto Guadalquivir y
alto Segura, así como de Cazorla, contra el poder de los emires. El califa
Abderramán III los aplasta y pacifica la zona, que quedó bajo el dominio del
gobernador del Sumuntán.
Desaparecido el Califato y después de
la existencia de una serie de reinos Taifas que se disputan el dominio de Segura,
a mediados del siglo XII, aparece un caudillo, llamado Ibn Hamusk, que se
apodera de Segura, crea un extenso dominio, que se extiende sobre todas las
tierras de la antigua Orospeda, y amplía su señorío sobre otras regiones del
Guadalimar y Guadalmena, Alcaraz, zonas de Murcia y Granada, con profunda penetración
en Jaén.
Al pasar, por alianza, el dominio de
Segura al Imperio Almohade, va a permanecer unido hasta que se produzca el
hundimiento del poder musulmán en las Navas de Tolosa, cuando se ofrece, como
presa codiciada, al ejército cristiano.
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Torres de Santa Catalina y Segura de la Sierra al fondo |
Durante los cinco siglos que duró la
ocupación musulmana en estas tierras hasta la derrota musulmana en las Navas de Tolosa, la base de su población fue la indígena primitiva
que se romanizó, conservando todas sus características raciales primitivas; con
la llegada de los musulmanes, la mezcla con sangre berebere, aunque modifica, sin
duda, la base primitiva, no obvia que la población resultante conserve gran parte
de los esquemas originarios y, así, perviven su frugalidad, belicosidad, amor a
la independencia y resistencia a poderes extraños, sin duda influenciada por
las condiciones del marco físico. Esta época es una de las que contempla el
final de su vida, la unidad de sus tierras, con una población homogénea sobre
los territorios que formaban la Orospeda.
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Batalla de las Navas de Tolosa |
-Marco histórico. Segunda fase. Tras la reconquista.
En este período incluimos desde la
Reconquista, año 1214, hasta nuestros días. Una consideración básica que marca
el período es el cambio absoluto de población, pues se produjo la expulsión
total y completa de la población existente en ese momento y se sustituyó por
otra llegada de las tierras cristianas. Es un aspecto muy interesante, ya que podremos
conocer cómo se imponen, sobre la nueva población, los condicionantes del medio
físico y de la vida en primera línea de frontera. Se distinguen, claramente,
tres épocas: la de la Encomienda y el Común de la tierra de Segura; después, la
Provincia Marítima; y, finalmente, los tiempos actuales.
1.- La Encomienda y el Común de la Tierra.
Comprende desde la Reconquista hasta
la llegada de la dinastía Borbón; en los veinticinco años siguientes a la gran
victoria cristiana de las Navas y el consiguiente hundimiento del poder Almohade,
los cristianos se apoderan de extensos terrenos del Señorío de Segura y forman
poderosos Concejos o Señoríos, como los de Alcaraz, Úbeda, Cazorla, etc., a los
que los Reyes conceden vastos territorios exteriores al núcleo de Segura.
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Distribución territorial de las órdenes militares S. XIII |
En 1243, San Fernando y su hijo,
Alfonso X, el Sabio, conceden a la Orden de Santiago el Castillo de Segura y
todos sus dominios, “excepto” los que habían concedido con anterioridad a otros
Concejos y Señoríos. La lista de los castillos y lugares de la donación
corresponden, prácticamente, al núcleo de la Orospeda, como puede comprobarse en
el esquema adjunto. Posteriormente, la Orden creó una serie de Encomiendas
sobre castillos de la donación, que segregó del territorio de Segura, y
estableció, en éste, la cabecera de la Encomienda de su nombre que se
extenderá, prácticamente, sobre los territorios de la actual Sierra de Segura.
Durante toda la época de la frontera,
Segura fue el gran baluarte de la Orden y de Castilla contra el reino de
Granada; sus Comendadores, durante muchos años, Comendadores Mayores de
Castilla y Comendadores y Maestros de la Orden, como D. Rodrigo Manrique,
fueron, prácticamente, los grandes señores del sudeste de Castilla.
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Casa de los Manrique en Segura de la Sierra |
Terminada la Reconquista y la razón
de ser de la Encomienda, Sierra Segura siguió unificada en sus tierras y
población y, así, se creó el llamado Común de la Tierra de Segura, del que sus
Ordenanzas, aprobadas por Felipe II el año 1580, junto a las disposiciones del
Fuero, rigieron a su población durante cerca de dos siglos.
Estas relaciones, realmente importantes
para el conocimiento de Sierra Segura, son muy interesantes para este trabajo,
pues, por un lado, revelan la uniformidad de todas las contestaciones de los
pueblos sobre sus grandes montañas, por clima riguroso, tierra hostil, agricultura
muy pobre, con la única riqueza de sus bosques y ganados y, por otro, la
respuesta sobre la región a la que pertenecían. Dicen que “su tierra... divide términos
con el reyno de Murcia y reyno de Granada y reyno de Andaluzia y reyno de Toledo”.
Se sentían diferentes de todos ellos.
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Ordenanzas del Común de la Tierra de Segura |
Si a esto unimos que sus tierras de
hombres libres no toleraban la desigualdad, el continuo guerrear y lo que decían
los escritores contemporáneos sobre su valentía, ferocidad en el combate y lealtad
hasta la muerte, creemos que la tierra ha moldeado de nuevo a sus habitantes
con unas constantes raciales que superan la diferencia de origen.
2.- La Provincia Marítima.
La necesidad de disponer de madera de
calidad y cantidad adecuada y a precios asequibles, para la construcción de la
Fábrica de Tabacos y una serie de iglesias y edificios oficiales de Sevilla,
permitió el "descubrimiento" de los bosques de Segura y el
conocimiento de sus habitantes, que conducían la madera, en flotación y a
través de los ríos Guadalimar y Guadalquivir, hasta Sevilla. Esta actividad se
había realizado desde la época de los musulmanes hasta finales del siglo XVII y
cesó a causa de la inseguridad política y ruina económica.
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Delimitación de la provincia marítima |
Como consecuencia de estos informes,
el Rey ordenó la explotación de los bosques, si bien cayó en el gravísimo error
de creer que eran de realengo, cuando eran propiedad exclusiva de los Concejos
y sus vecinos. Posteriormente, la Corona, ante la necesidad de madera para los
Arsenales de la Carraca y Cartagena, al promulgar la Ordenanza de Montes de
1748, crea la Provincia Marítima de Segura de la Sierra, que se extendía sobre
una gran superficie, con la particularidad de que todas las tierras, y
especialmente Segura, estaban muy alejadas de la costa.
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Extracción de la madera hacia astilleros de Cádiz y Cartagena |
Limitándonos a los aspectos relacionados
con el mantenimiento de características similares de organización humana y
social sobre el territorio unificado de la antigua Orospeda, es curioso
comprobar cómo, sin proponérselo, se reproduce, a mediados del siglo XVIII, la misma
situación que existió en diferentes épocas anteriores; la Provincia Marítima
incluyó cerca de 10.000 km2 de superficie, con cobertura, precisamente, de los
territorios de la Orospeda, más algunos vecinos en la cuenca del Guadalimar y
La Mancha y la excepción de las tierras de Granada.
La unificación fue total, puesto que
la jurisdicción de Marina era preferente a cualquier otra existente, incluso los
juzgados ordinarios; ejerció el mando sobre todas las actividades
desarrolladas, incluso pastizales, aprovechamiento de madera, servidumbres y
servicios, organización de trabajo, etc., hasta un punto desconocido en la vida
de los pueblos del reino de Castilla. Además, la administración se ejerció por
funcionarios “ilustrados” que trataron despóticamente a los vecinos, verdaderos
dueños de los montes, ello unido a que muchos de los auxiliares fueron
incompetentes o venales.
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Ejemplar de las Ordenanzas Generales de Montes 1833 |
En estas circunstancias, se produjo
un constante enfrentamiento entre los responsables de la Provincia y sus habitantes,
que la misma Marina tuvo que rectificar. Puede decirse que fue el choque de dos
mentalidades: la de los habitantes, que se regían prácticamente por normas
emanadas por sus Fueros, y la de la nueva Administración, con una mentalidad
absolutamente diferente; en resumen y sin juzgarla, su actuación presentaría
unos profundos contrastes: al lado de efectos catastróficos para la economía y
desarrollo de la región, hundida en la pobreza y el atraso, para nosotros, en
cambio y en contra de otras opiniones, la Marina fue un factor muy importante
para la salvación de los montes de la rapiña de algunos que deseaban su
destrucción para su beneficio.
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Extracción de la madera. Gancheros |
3.- Los tiempos actuales.
Poco después de terminar su
existencia la Provincia Marítima, se produjo la división provincial, por la que
la antigua Orospeda se dividió entre Albacete y Jaén, principalmente, y algunas
zonas que se incluyeron en Murcia y Granada. Desde entonces, se dictan una
serie de disposiciones que regulan la propiedad de los montes y el control de
su explotación en la que no entraremos.
El único acontecimiento importante y
decisivo fue la creación del llamado “Parque Natural de las Sierras de Cazorla,
Segura y las Villas”, que ocupa la zona occidental de la Orospeda.
No queremos hacer ningún juicio ni
valoración por creer que no es éste el lugar adecuado, pero sí afirmamos que
supone un profundo agravio a Sierra Segura, puesto que de las 211.000 hectáreas
de extensión del Parque, casi 2/3 pertenecen a Sierra Segura, además de incluir
puntos tan emblemáticos como Segura y su Castillo, el Pantano del Tranco en su
totalidad, la bellísima cuenca alta del Segura y los bosques del Guadalimar,
etc, etc, y ha quedado para figurar, simplemente, en segundo lugar en el largo
nombre del Parque, cuando es de todos conocido que cuando se cita el Parque, en
la mayoría de las ocasiones, si no en casi todas, solo aparece el nombre de
Cazorla, como si Sierra Segura fuera un simple añadido, cuando, por ironía del
destino y en el jamás de los jamases, Sierra Segura dependió de Cazorla, sino
al revés: a lo largo de 2.000 años, todos los grandes geógrafos e historiadores
consideran y citan a Sierra Segura como el corazón y centro de las montañas y
capital del territorio.
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Delimitación del Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas |
Pero con este Organismo
Administrativo y el desconocimiento y desinterés de sus rectores por la Historia
o derechos de sus habitantes, al silenciar las características de la Sierra
Segura y su posición en la Historia, creemos que Sierra Segura está amenazada
por el grave peligro de perder su identidad y que su pueblo no conozca ni
quiera su pasado.
Modesto Vigueras Profesor