NUESTRO
ACEITE
Olivar y olivareros
bosque y
raza
campo y
plaza
de los
fieles al terruño
y al arado y
al molino,
de los que
muestran el puño
al destino
los benditos labradores……
Este fragmento de una bella poesía que el insigne poeta sevillano, Antonio Machado, dedicó siendo profesor en Baeza a nuestro paisano de Beas, y también olivarero, Manuel Ayuso, contemplando en lontananza nuestra hermosa Sierra de Segura, sintetizaba a setenta años de distancia, los sentimientos de hoy mismo, además el olivar, el aceite de oliva y de paso nuestro campo y nuestro paisaje, orgullo, patrimonio y seña de identidad de Puente de Génave y de muchos naturales de la Sierra de Segura.
Porque además de la tierra callada,
el trabajo y el sudor, que dijera Miguel Hernández, necesaria para que las
olivas den fruto abundante, también se precisa invertir en curas y podas, en
comprar maquinaria, en recoger las aceitunas, y en hacer cuantiosos gastos para
producir aceite de calidad, comercializarlo y venderlo, a ser posible, en
botella y con su denominación de origen. En definitiva, invertir elevadas sumas
de dinero, que ahora se nos pretenden negar o regatear cicateramente por
quienes ignoran lo que la cultura del aceite representa en nuestra salud, en
nuestra vida, en nuestros ingresos y en nuestros valores más sentidos.
Dice García Márquez que uno es de
donde tiene enterrados a sus muertos, y los míos se hallan en el Puente. Ellos,
y otros muchos paisanos, fueron quiénes me inculcaron el valor de las tareas y
las cosas del campo, de lo que representa la tierra y la lluvia para los
agricultores, a respetar a las personas y los animales, y a contemplar la
belleza de un paisaje esplendoroso y cubierto de vegetación con la llegada de
la primavera. Y en el centro, en el corazón de todo, siempre aparecía
recurrente el olivar, de cuyo aspecto vegetativo, de lo buena o mala que
hubiera sido la cosecha durante el invierno, desprendía la alegría o la
tristeza que marcaba el semblante, más o menos festivo, de los puenteños en las
celebraciones primaverales en honor a San Isidro.
Cuando en esas fiestas demos rienda
suelta a la algarabía y al jolgorio habitual y característico a cada fiesta;
cuando procesionemos al santo por las calles y lo aproximemos a los campos de
olivos, ahora con esperanzador aspecto de cara a la próxima cosecha; cuando
escuchemos o bailemos pasodobles de nuestra banda y las rumbas de la verbena;
cuando saboreemos la ligereza de una ensalada, de un exquisito frito de
pescado; cuando nos deleitemos con unas estupendas chuletas de cordero segureño
o repongamos fuerzas con unos churros de madrugada, bendecidos todos con aceite de
oliva virgen de nuestra tierra, acordémonos que éste es fruto del trabajo y del
sudor en producirlo, pero también que el futuro del aceite de oliva dependerá
del empeño que pongamos en promocionarlo en los mercados y, muy importante, en
defenderlo en los órganos que quieren planificar el desarrollo de nuestro
producto, más allá incluso de lo que sería lógico, conveniente y deseable.
Nos encontramos, insisto, en unos
momentos cruciales para el aceite de oliva, que marcarán su porvenir al menos
para los próximos 20 años. Por ello es importante no escurrir el bulto, plantar
cara al desafío y arrimar el hombro de manera solidaria en defensa del olivar y
lo que representa para todos nosotros. Cada uno en su lugar y en función de sus
posibilidades, sin duda más de las que pensamos, tiene alguna forma o recurso
con que mostrar su adhesión en esta dura lucha. Yo, al igual que afirma el
escritor ubetense Muñoz Molina, el peor destierro que podría soportar sería
sufrir el destierro del aceite de oliva. Pongamos lo mejor de nuestra parte
para que, mal que les pese a algunos, esto no nos llegue nunca, y pidamos a
nuestro patrón, el Santo agricultor, su intercesión e influencia para que eso
así sea. Por todo ello, tengamos la fiesta en paz.
Pedro Ruiz Avilés.
Hablando del aceite de oliva de la sierra, me faltaría la mención al precursor de la Denominación de Origen Sierra de Segura, el gran José Bautista de la Torre, del municipio vecino La Puerta de Segura.
ResponderEliminarCon agrado cito a D.Jose' ( como yo lo llamaba) Bautista de la Torre como un gran defensor y promotor del AOVE de nuestra Sierra de Segura.
ResponderEliminarExisten,y existieron otros paisanos y paisanas que también se han implicado. en esta relevante tarea.Citare'
Con agrado cito a D.Jose' (como yo le llamaba) Bautista de la Torre como un gran defensor y promotor del AOVE de la Sierra de Segura.Y podría citar también algun@s más que han contribuido y/o contribuyen a poner en valor las excelentes cualidades de nuestro "oro liquido".Hoy, día de la Mujer Trabajadora,,menciono ,y con afecto,a una más:Luisa Frías Ruiz.
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