viernes, 11 de noviembre de 2016

RECORRIDO POR LA HISTORIA DE LA SIERRA DE SEGURA (IX)

Recuperamos después del periodo estival las publicaciones que hacen un repaso por los aconteceres históricos de nuestra Sierra de Segura. En esta ocasión trataremos de explicar en este capítulo noveno, de la forma más simple posible, el periodo convulso de la conquista cristiana. Como todo cambio de dominio y de concepto de vida aquella época supuso una transformación en lo referente a la dinámica de vida de sus habitantes, ya que fueron sometidos a una continua lucha de intereses nobiliarios a lo que se debía de añadir la enorme inseguridad que suponía el ser, estas tierras de la Sierra de Segura, zona de frontera con el aporte de inseguridad que ese concepto ofrecía a sus habitantes.
  
Castillo de Segura
Novena parte.- CONQUISTA CRISTIANA.

Durante el periodo de dominación musulmana, los condados y territorios del norte de la península que quedaron al margen del control árabe fueron evolucionando y sufrieron multitud de transformaciones hasta convertirse en reinos independientes que, a medida que se debilitaban las estructuras musulmanas en la península, fueron creciendo territorialmente en detrimento de los dominios musulmanes. De todos ellos, el reino de León, en el que se integraba el futuro Reino de Castilla (1065), fue el que asumió un papel más determinante en esta tarea de conquista en un primer momento, para ser el Reino de Castilla posteriormente quien alcanzaría esta supremacía conquistadora a partir del S.XIII.

La fragmentación en reinos de taifas de los dominios musulmanes propició una rápida expansión hacia el sur de los reinos cristianos, siendo su punto culminante la conquista de Toledo en 1085 por el rey Alfonso VI de León. Esto provocó que muchos reyezuelos andalusíes pidieran apoyo a las tribus almorávides del norte africano que cruzaron el estrecho para establecerse y unificar nuevamente el territorio musulmán bajo una sola jurisdicción, especialmente tras sus victorias en Sagrajas (1086) y Uclés (1108) que les permitieron llegar hasta Zaragoza en un retroceso cristiano del que se libró Toledo. Pero la unidad almorávide se vino pronto abajo y se instauraron los llamados segundos reinos de taifas. Esta coyuntura fue aprovechada nuevamente por los conquistadores cristianos para buscar la expansión hacia el sur, siendo Alfonso VII quien protagonizó nuevas conquistas llevando sus dominios hasta Sierra Morena estableciendo conquistas en Calatrava (Ciudad Real,1147) y Uclés (Cuenca,1147) al norte y Baeza (Jaén,1147) y Andujar (Jaén,1155) para consolidar sus posiciones.
Alfonso VIII

Alfonso VII muere en 1157 y su reino nuevamente quedó dividido, cediendo el Reino de León a su hijo Fernando II y el Reino de Castilla a su hijo Sancho III, reinos que convivieron separados hasta la unificación definitiva con Fernando III el Santo en 1230, conformándose la llamada corona de Castilla y León, que coincidió con el declive almohade, tribu norafricana que había ocupado los territorios de Al Andalus, y al igual que los almorávides, había unificado este territorio salpicado de pequeños reinos de taifas y que estaban presionados por el ímpetu de las tropas castellanas del rey Alfonso VIII, al cual derrotaron en la batalla de Alarcos (Ciudad Real, 1195), lo que supuso un freno al avance de conquista. No obstante este freno fue temporal ya que con la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén, 1212) se inició el proceso de conquista de las tierras andaluzas, siendo ahora el rey Alfonso VIII, que contó en esta ocasión con la ayuda de aragoneses y navarros, el que derrotó de forma definitiva a los almohades.

Fueron muchas las fortificaciones de la actual provincia las que pasaron a manos de Castilla, como las de Vilches, Baños de la Encina o Úbeda, pero sería Alcaraz (1213) la que tendría más significado para nuestra comarca por su importancia estratégica y también por decretarse la expulsión de toda la población musulmana para así repoblar y consolidar su dominio. Esto no ocurrió con los territorios de la sierra pues, aunque hay constancia de su reconquista (Segura, 1214), no tuvieron, por lo agreste de sus tierras, ese proceso repoblador y de consolidación de conquista. Por ese motivo se tuvo que producir una nueva fase de conquista, esta vez protagonizada por el monarca Fernando III, que ahora sí, de forma definitiva incorporó Segura y toda nuestra comarca a la corona de Castilla en 1242.
Villa de Alcaraz
La mayor parte de los territorios serranos junto a importantes territorios del llamado Alfoz de Alcaraz  (Campo de Montiel) fueron cedidos por el monarca a la orden de Santiago, siendo posteriormente, en 1243, cuando Fernando III el Santo firmó las capitulaciones de Alcaraz con el emir de la taifa de Murcia Ibn Hud al Dawla, por las que la Sierra de Segura se integra definitivamente en la Corona de Castilla, perteneciendo al Reino de Murcia, estatus que mantendrá hasta la división provincial de 1833 en la que se encuadra en la actual provincia de Jaén.
Fernando III el Santo
La orden de Santiago, junto con el Arzobispado de Toledo, tiene un papel fundamental en el proceso de reconquista y repoblación de los territorios de la actual provincia jiennense, siendo los comendadores los que se encargarán de administrar la política, la economía y la sociedad de nuestro ámbito territorial. Cabe destacar que el rey de Castilla traslada la sede de la Encomienda Mayor de la Orden de Santiago al lugar de Segura en sustitución de la hasta ese momento sede principal de Uclés (1245). Destaca en este menester la familia Manrique, asentada en Segura de la Sierra, con Don Rodrigo Manrique, padre del poeta y también guerrero medieval Jorge Manrique, que llegó a ser elegido en Uclés como Gran Maestre de la Orden (1474-76) aunque no fuera reconocido por unanimidad por toda la orden santiaguista, cuestión que provocó continuos enfrentamientos con los monarcas castellanos Juan II y Enrique IV por lo que se produjeron enfrentamientos siendo significativo en producido en Hornos entre las tropas santiaguistas seguidoras de D. Rodrigo Manrique y las reales dirigidas por D. Álvaro de Luna (1446).

Pero la influencia de la Orden de Santiago en nuestra sierra siguió un proceso lento y no exento de enfrentamientos de intereses nobiliarios y con otras órdenes militares. Los caballeros de la orden santiaguista mantuvieron su influencia en el llamado Alfoz de Alcaraz, tierra de frontera que comprendía el sur de la actual provincia de Albacete y el cercano Campo de Montiel, y eso les facilitó que al producirse la descomposición del reino taifa de Murcia se adentraran en nuestra comarca consiguiendo conquistar fácilmente Génave, Villarrodrigo y Torres de Albanchez (1235). Después será el maestre de la orden santiaguista, D. Rodrigo Idáñez, quien le arrebata Hornos al alcaide Beni Hud (1239) y el mismo año que fue nombrado maestre de la orden D. Pelayo Pérez Correa, también Segura (1242).

A partir de este momento se produce un lento proceso de repoblación motivado con exenciones impositivas, a pesar que al ser tierras fronterizas estuvieron expuestas a incursiones musulmanas durante los siglos XIV y XV que se constatan sobre Hornos, Génave y Siles con fin de expolio de propiedades que no pudieron ser frenadas por los caballeros de la Orden.

Dominios de las órdenes militares durante la reconquista
Por lo tanto no fue una repoblación fácil y rápida, basada en la donación y la consideración como ciudadanos con derechos sobre la explotación comunal de campos y montes. La exención de pago de impuestos era temporal (entre cinco y diez años) pero con la obligación de no abandonar su asentamiento. Pero siempre eran preferidas por lo repobladores las tierras de Guadalquivir abajo, por lo que se tuvo que otorgar un régimen foral igualitario reservándose la Orden de Santiago únicamente  el dominio jurisdiccional con derecho de percepción de tributos como el diezmo, el portazgo, el montazgo y los derivados del uso de fraguas, molinos y hornos.

La propia fisionomía de la sierra hizo que nuestra comarca quedara un tanto al margen de las principales campañas de conquista posteriores que siguieron el valle del Guadalquivir hasta dejar, ciertamente, encorsetado al reino árabe de Granada. Tan sólo destacar que en 1342 el comendador de Segura, D. Fernán Ruiz Tauste, comandó una expedición contra tierras de frontera granadinas, así como también la colaboración del alcaide de Segura, D. Juan Rodríguez, en la conquista de la posición de Huéscar (1434) en una campaña impulsada por D. Rodrigo Manrique y enmarcada en los considerables conflictos de frontera y que encontraban respuesta musulmana en sus razzias, como la datada en 1479 donde se apoderaron de bienes y enseres así como de población cautiva en las posiciones de Orcera, Hornos y Segura.
Escudo de armas de los Manrique
Con la conquista de Granada en 1492, los vecinos de la sierra ganan en confianza y serán bastantes los nuevos pobladores de los territorios castellanos situados más al norte los que ocuparán nuestra comarca significando un considerable aumento en la explotación agraria y ganadera.
Casa de los Manrique. Segura de la Sierra
Si tenemos que hablar de restos arqueológicos diremos que básicamente se produjo un aprovechamiento total de edificaciones musulmanas, dejando como únicas particularidades casas señoriales en diversos municipios, la de la Encomienda en Chiclana de Segura o la casa de la Tercia y el Cubo en Siles, así como diversos torreones reestructurados como los de Génave, Villarrodrigo o Torres de Albanchez.

(jt) Segura Verde

No hay comentarios:

Publicar un comentario