domingo, 30 de noviembre de 2025

EL RECUERDO DE UN OLVIDO. EL FERROCARRIL BAEZA-UTIEL

 Recuperamos un artículo aparecido en el diario EL PAÍS a principios del año 1978, con motivo de los 50 años de realización del proyecto de la línea de ferrocarril Baeza-Utiel, en el que se hacía mención y denuncia al olvido que había vivido su construcción y los esfuerzos para que, en plena transición democrática, el gobierno retomara las obras para su finalización. Hoy, cuando han pasado casi 50 años de su publicación, sabemos que el olvido sigue siendo la característica de este inacabado trazado. Nuevos intentos de reactivación de obras, nuevas inversiones, nuevas promesas que sabemos jamás llegaron.

Trazado global del proyecto inicial. 1926

El ferrocarril Baeza-Utiel, una obra medio siglo después.

EL PAÍS. 22 febrero 1978

El ferrocarril Baeza-Utiel se incluyó en el plan de ferrocarriles de urgente construcción, aprobado por el real decreto de 5 de marzo de 1926, conocido por Plan Guadalhorce. Comprendía su trazado, la línea Baeza-Utiel-Lérida-Saint Girons, manteniendo un itinerario paralelo a la costa; de este itinerario, sólo se ultimó y entró en servicio, el tramo Lérida-Pobla de Segur. Las obras se iniciaron en 1927 con un trazado que entonces se consideró óptimo. El general Leopoldo Saro, ubetense, del directorio del general Primo de Rivera, y hombre influyente en su tiempo, intervino a la hora de hacer pasar el ferrocarril por la loma de Úbeda Con el paso del tiempo, el general Franco, en alguno de sus viajes por la provincia diría que éste había sido el capricho de Saro.

Trazado inicial de las obras. 1927

Hoy se observa una tendencia a la modificación sensible del trazado, que resultaría más conveniente, según todas las opiniones, si transcurriera por la zona del Condado, puesto que el actual ofrece dificultades para los técnicos. El trazado que se considera necesario poner en marcha de Baeza-Utiel consta de un total de 366 kilómetros y está dividido en cuatro secciones: de Baeza a Villacarrillo, de Villacarrillo hasta el límite de las provincias de Jaén y Albacete, del límite jiennense hasta Albacete capital y de esta última hasta Utiel.

Límite de provincia Jaén Albacete. Muestra de obra inacabada

Durante los años de construcción, las novedades fueron múltiples: varias suspensiones, promesas de ponerlo nuevamente en marcha y de acabado y casi al final un deseo de ponerle fin, aunque la tarea no fue culminada. Inexplicablemente, las obras fueron suspendidas en 1964, sin desmantelar lo que hasta entonces se había construido. Es más, se habían invertido hasta ese momento, 1.206 millones de pesetas, que en su valor actual, serían más de 4.000. La terminación del ferrocarril se preveía en el famoso Plan Jaén, que tanto desencanto trajo a la provincia, pese a sus teóricas buenas intenciones. La realidad es que en la vigencia del plan se detuvo la construcción, y más tarde, en 1968, un informe del Banco Mundial consideraba negativo el establecimiento de esta línea férrea.

Viaducto sobre el río Guadalimar. Trazado finalizado

A todo esto, la obra estaba casi terminada pues se había finalizado ya casi el 80% de su construcción. La fábrica, al igual que toda la explanación se habían ultimado, destacando la construcción de veinticinco viaductos y 107 túneles, con longitudes totales de 3.176 metros y 28.111 metros, respectivamente. También, al mismo tiempo, la mayoría de las estaciones estaban terminadas, e incluso ya se habían colocado ochenta kilómetros de vía a partir de Albacete. Es decir, que tan sólo faltaban otros 170 kilómetros, además de la colocación de señales, el tendido de líneas de telecomunicación y suministro de energía eléctrica. En resumen, se calcula ejecutado el 78% del proyecto y sólo falta el otro 22% del total. La obra se consideró prioritaria en el plan director territorial de Andalucía, promovido por las Diputaciones. Es evidente la importancia del ferrocarril Baeza-Utiel. Serviría de conexión óptima entre Andalucía a través de Linares-Baeza, con todo el Levante a través de Albacete. Sería pieza fundamental en la industrialización de Jaén. Serviría a una zona de 32.000 kilómetros cuadrados, hoy sin ferrocarril, cortando una de las salidas mayores de la red ferroviaria de vía ancha, serviría de impulso al desarrollo turístico-recreativo de las sierras de Cazorla y Segura, en esta provincia de Jaén. Contribuiría al mejor desarrollo de la zona minero-industrial de Linares-La Carolina y el suroeste de Albacete, y podría ejercer en el futuro una especial trascendencia. Muy cerca del ferrocarril por el actual trazado, en los términos de Úbeda, se encuentran, sin explotar, las mayores reservas de sales sódicas del mundo que, en su momento, pudieran convertir a Jaén, en una provincia industrializada.

Obras previas de trazado. Término municipal de Utiel

En últimos días, el subdirector general de transportes terrestres, con otros técnicos del departamento, han visitado sobre el terreno el estado de salud del trazado. Al parecer, para poner en marcha el ferrocarril sería necesaria una inversión de más de mil millones de pesetas. El problema económico del momento es el primer freno. Pero hay muchos intereses en que la obra salga adelante, comenzando porque la terminación está justificada por la propia defensa de las inversiones realizadas. Por ello, un senador del PSOE, por Jaén, Pedro Luis Martínez, ha anunciado que próximamente hará sobre el tema una interpelación al Gobierno. Contarla con el apoyo de todas las fuerzas de Jaén y Albacete, que durante muchos años han venido luchando, sin éxito, en la continuación del ferrocarril. Lo que sí se ha prometido es que lo que existe actualmente de trazado va a conservarse. Lo demás es problema de presupuestos.

viernes, 14 de noviembre de 2025

UN TESORO ARQUITECTÓNICO PERDIDO EN LA SIERRA DE SEGURA

 La Plaza de Toros de Pozo Romero. Singular muestra de arquitectura en la Sierra de Segura.

Situada en la zona más septentrional del Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y las Villas, próximo al Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, prácticamente en el límite provincial entre Jaén y Albacete y a más de 1.400 mts. de altura, pero perteneciente al término municipal de Siles, se encuentra este tesoro arquitectónico único en la provincia. Este paraje de Pozo Romero, conocido por ser lugar donde se registraron 14,9º, que a día de hoy, es la temperatura más gélida histórica de toda Andalucía, es lugar recorrido por montañeros, senderistas y amantes de la micología, que buscan en sus recónditos caminos la tranquilidad que se aleja de las zonas más turísticas del Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y las Villas aunque tenga lugares únicos como la cercano y sorprendente robledal de la Torca de los Melojos en el Parque Natural de los Calares del Mundo.

Situación geográfica del Paraje de Pozo Romero

La actividad ganadera de reses bravas fue protagonista en estos parajes hasta no hace tanto, vivencias que rememora Agustín, hijo de Pedro Cátedra Herreros y que tuvo, entre otros, a personajes como Emilio García “El Ronco” (1913-1988), natural de Tus (Albacete), mayoral que trabajó para ganaderos míticos como “El Quinquillero” y “José Santaolaya”. Esta actividad ganadera precisaba de un recinto donde realizar tareas selectivas y tentaderos por lo que se precisó de la construcción de un recinto, una plaza para que las reses se sometieran a ese proceso selectivo. Los materiales para realizar dicha construcción no podían seguir los cánones lógicos pues lo apartado del lugar hacía muy difícil recurrir a la construcción regular por lo que se optó por un recurso abundante en la zona como era la piedra. Se trata, pues, de una plaza de toros construida íntegramente con piedra seca. La construcción de arquitectura tradicional solo tiene parangón con el coso de Villanueva del Rosario (Cádiz), lo que representa que se trate de una construcción única en Andalucía, España y el mundo.

Vista global de la plaza de toros.

A falta de un estudio histórico sobre sus orígenes, se sabe que la estructura data, como mínimo del siglo XIX, aunque puede ser anterior. El coso se ubica en una finca de titularidad privada y, que se sepa, no cuenta con protección alguna. Es un vestigio vinculado con la ganadería brava, motivo por el cual se construyó mediante la técnica de la mampostería, que consiste en poner una piedra sobre otro sin cemento ni argamasa. Los propios ganaderos se encargaban de su reparación. El estar en un emplazamiento tan recóndito ha facilitado que se conserve, pero a su vez lo expone a la amenaza del vandalismo.

Señalización del paraje Pozo Romero en Siles

La plaza consta de varias estructuras superpuestas. Es un portento de arquitectura popular, una obra colectiva, de los propios lugareños o ganaderos, sin autor ni constructor conocido. Un ruedo perfecto, al que se unen una especie de corralones, también circulares, pero más pequeños, denominados popularmente como “ollas”, y la zona desde donde las reses eran “embarcadas”, en épocas más recientes, hacia los camiones cuando los festejos eran relativamente lejos de este punto de la comarca natural de la Sierra de Segura, pues tradicionalmente eran guiadas por los caminos a caballo por los mayorales. Más que como coso, aunque también se hacían capeas, la finalidad del complejo era guardar el ganado y proceder al herrado o marcado. Se cree que, como mucho, estuvo en pleno uso hasta los años 90 del siglo pasado.

Corrales anexos a la plaza

Uno de los grandes conocedores del lugar es el sileño Pedro Cátedra y su familia, afincada desde hace décadas en Segura de la Sierra, nos evoca las excursiones, durante su infancia y su juventud, de las gentes de Siles hacia esta zona alta y solitaria de la Sierra, especialmente en verano. Eran épocas vinculadas a personajes míticos de la actividad pecuaria como El Quinquillero y Santaolaya. Igualmente subían residentes en el cercano valle albaceteño del Tus, perteneciente a Yeste. Por allí había un camino, con múltiples usos, que conducían hacia los célebres baños de Tus y los Calares. Las concentraciones en la época estival eran todo un acontecimiento, pues se organizaban “quedadas” donde música, la comida y, sobretodo, la bebida eran los elementos dominantes, en un entorno serrano, con presencia también, en ocasiones, de reses bravas, donde se podían juntar más de trescientas personas en estas celebraciones. Eran fiestas muy populares, recuerda Pedro en torno a las jornadas de finales del verano en las que se marcaban los astados.

Pedro Cátedra alimentando a las reses

El sileño lamenta que todo esto ha pasado de ser un centro importantísimo a quedar en el más absoluto abandono. Ahora lo frecuentan los senderistas, cuyas rutas suelen tener aquí la meta. Por allí discurre el PR-A 78, un itinerario circular que va de Siles a Peñalcón. De aquellos años de plenitud de la plaza de Pozo Romero, Pedro Cátedra conserva unas fotografías en las que da de comer a los novillos, pues al morir la vaca el mayoral lo tuvo que alimentar a base de biberón. Aunque el animal era bravo se le podía llegar a acariciar y a darle comida. Igualmente era una atracción cuando se activaba la bomba del agua, ruido que las reses identificaban, no dudando en acercarse con calma para beber.

Pedro Cátedra con el ganado

Entonces había menos festejos taurinos que ahora. Los ganaderos, al vender a los animales, se abastecían para pasar el invierno, sostiene. Eran tiempos distintos, en los que confluían en este punto personajes que incluían toreros, novilleros, vaqueros, gañanes y mayorales. Era todo un modo, muy sacrificado, de vida sin días de descanso y con exposición total al frío intenso, el viento, la nieve y la lluvia. Allí, ahora mismo, ya solo queda algo de ganado ovino. El entorno es muy inhóspito, lo que se nota en la escasez de vegetación y en lo lento que crece. En Pozo Romero se produce, acrecentado por la altitud, el fenómeno de la inversión térmica, que hace que el aire frío, al ser más pesado, se acumule en la hondonada. Eso hace que incluso en verano se registren temperaturas extremas, incluso con heladas en julio y agosto. No muy lejos se localiza la preciosa laguna de Bonache, un singular ecosistema acuático a cerca de 1.300 metros de altitud.

Laguna de Bonache o de Siles

La población se asentaba en las viviendas aisladas o agrupadas situadas montaña abajo, tanto en la parte de Albacete como en la de Jaén, en Siles, en lugares tan afamados antaño como Vegabayona. Hoy en día no existe nada que pueda hacer pensar en la vida que tenían estos parajes antaño, pues casi todas esas edificaciones están derruidas o, como mínimo, deshabitadas; está claro que el despoblamiento se cebó en estas aldeas. Una verdadera lástima que no hayamos sabido preservar nuestra historia y nuestro pasado que no merece recaer en el lecho del olvido.

Diario Jaén. Juan Rafael Hinojos
Radio Sierra