Dentro del recorrido por la historia de nuestra comarca, en este tercer capítulo, nos encontramos con la huella que los pueblos Íberos dejaron en nuestras tierras. En esta simple. pero ilustrativa, reseña histórica queremos seguir avanzando por el conocimiento de pueblos y gentes que habitaron la comarca de la Sierra de Segura.
Tercera Parte.- IBEROS
Los Íberos eran grupos de pueblos que
entraron a la Península desde África y habitaron las zonas más fértiles, al sur
y el este de la Península Ibérica entre los S. VI a. C. y II a.C. Nunca
mostraron uniformidad distribuyéndose territorialmente en diversos territorios
aunque conservando características comunes que los diferenciaban de los Celtas,
establecidos en la parte norte de la Meseta y el litoral cantábrico, y que
tenían un origen centroeuropeo. Lo Íberos, aunque coetáneos de los Celtas,
estaban más organizados y más avanzados culturalmente ya que habían recibido
influencias de diversas culturas del Mediterráneo Oriental y también asumieron
las enseñanzas de culturas autóctonas como la tartésica o la del Algar.
Pueblos Íberos |
En las tierras que conforman la
actual Andalucía se asentaron diferentes pueblos íberos que conservaron una
clara interrelación sin renunciar a su independencia organizativa y
territorial. Así los Túrdulos ocuparon el norte de las actuales provincias de
Huelva y Sevilla; los Turdetanos ocuparon un territorio más amplio que
comprendía el sur de Huelva y Sevilla, la totalidad de la provincia de Cádiz y
el extremo occidental de la de Málaga; los Bastetanos ocuparon el resto de la
provincia de Málaga, toda Granada y Almería y la parte sur de la provincia de
Jaén: mientras que los Oretanos completaron sus dominios con el resto de la
provincia de Jaén y adentraron sus territorios en provincias vecinas manchegas.
Es decir, nuestro territorio comarcal de la Sierra de Segura era punto de
frontera o confluencia de Oretanos, Bastetanos y Contestanos que era otro
pueblo que ocupó las provincias de Albacete, Alicante y Murcia; siendo por
tanto punto de referencia y de importancia extrema en las relaciones
comerciales entre estos tres pueblos íberos, ya que el corredor formado por el
valle del Guadalimar era punto obligado de paso de las mercancías que iban y
venían desde las estribaciones de Sierra Morena hasta los puertos
mediterráneos. Así pues, nuestra comarca
se sitúa claramente entre las ricas zonas mineras de Sierra Morena y las zonas
costeras del Mediterráneo.
Sacrificador de Bujalamé |
Durante el año 1991 se realizaron
estudios y prospecciones que vinieron a confirmar las teorías de tres grandes
asentamientos. El primero sería el Castillo de Bujalamé, situado en una terraza
fluvial sobre el Guadalimar cercana a Puente de Génave; otro sería Cabeza
Grande en Siles o Collado de la Virgen en el término de Villarrodrigo. Pero por
lo general no serían grandes asentamientos posiblemente por no existir grandes
espacios propicios para el cultivo y ser zona fronteriza con el nivel de
inseguridad que eso aportaba. Precisamente de Bujalamé es quizás uno de los hallazgos más significativos del arte íbero, muestra de ello es que se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid; nos estamos refiriendo al conocido como "Sacrificador de Bujalamé", un exvoto del S.V-IV a.C. de aproximadamente 15 cm. y que representa a un varón, personaje o sacerdote, vestido con túnica corta ceñida con un cinturón, dispuesto a degollar con un cuchillo curvo afalcatado un pequeño carnero que apoya en su rodilla elevada, mientras su otra pierna permanece sumergida en una corriente de agua. No se puede adivinar si representa una escena cotidiana o un sacrificio ritual que purificará las aguas donde se vertirá la sangre del animal.
Restos del castillo de Bujalamé |
En general, el sistema de ocupación
desde finales del S. V a.C. y el S. IV a. C. se mantiene igual que en épocas
más antiguas, aunque algunas fortalezas dejan de ser habitadas, creándose
otras, quizás en lugares más estratégicos que concentran población. Entre los
asentamientos más importantes se hallaría el oppidum fortificado de Bujalamé
que llegó a tener una extensión de más de 15 Ha. y que se ve rodeado por
pequeños fortines como La Carrasquilla en La Puerta de Segura, el Cerro del
Castillo en Torres de Albanchez o el
Castellón del Moro cercano al río Guadalmena. Hay que destacar que la ubicación
de asentamientos varía poco en relación a épocas anteriores del bronce o de la
cultura denominada del Algar, siguiendo el corredor natural del valle del
Guadalimar para unir estas tierras de interior con las colonias costeras de
Mastia, Akra-Leuke o Hemeroskopeion que fenicios, griegos y después
cartagineses, con la fundación de Cartago Nova, establecieron en las costas
levantinas, ya que su buen emplazamiento les permitía el control de las
caravanas comerciales, contribuyendo decididamente este hecho a la riqueza de
sus habitantes. Era una época en la que los metales eran esenciales para el
desarrollo humano y la península tenía importantes yacimientos que servían de
suministro a las potencias del Mediterráneo Oriental. Los puertos del levante
peninsular eran lugar de salida de plata, estaño y también oro, además de
materias primas como esparto, aceites y cereales.
De esta época son asentamientos íberos
de Castellones de Ceal en Hinojares y Segura la Vieja en el término de Segura,
o El Castellón en Santiago de la Espada. Es en este último lugar donde fue
hallado un importante conjunto de piezas de orfebrería que reúne elementos muy
interesantes en oro y metales diversos, como unos pendientes con una figura
alada datados en la segunda mitad del S. III a.C.; un vaso en oro y más
pendientes de la misma época; una sortija, una fíbula y tal vez también un
catino del S. II a.C.; y por último dos pulseras del S. I a. C. También hemos encontrado en los yacimientos situados en nuestro
entorno, y como clara muestra de nuestra fuerte influencia comercial que
presentaban, algunas piezas de origen celta como un vaso, un brazalete y varias
fíbulas. También en Santiago de la Espada está situada la necrópolis ibérica de
las Quebradas y otra cercana al poblado del Castellón.
Tesoro del Castellón de Santiago de la Espada |
Del final de la etapa ibérica se
encuentra abundante cerámica en el Cerro del Castillo del Cortijo de las Fuentes
en Benatae, pero si hay que destacar un hallazgo íbero en nuestra comarca, sin
duda este sería el León de las Ballonas, llamado así por ser encontrado en este
paraje del término municipal de Villarrodrigo, aunque arqueológicamente se
denomine “León de Bienservida” al situarse su localización muy cercana a este
municipio de la vecina provincia de Albacete, en cuyo Museo Arqueológico se
encuentra expuesto. Se trata de un conjunto escultórico, posiblemente con
finalidad funeraria, que trata de aglutinar el simbolismo de la fuerza del león
junto a la cabeza de humana, lo cual daría significado a ciertas
características personales del difunto uniendo superstición y religiosidad,
además de demostrar una alta posición en la escala social de la época.
León de las Ballonas de Villarrodrigo |
Todos estos pueblos fueron fácilmente
dominados, primero por cartagineses y posteriormente por los romanos, ya que
ambos fueron plenamente conscientes de la importancia del control de la ruta
comercial que pasaba por nuestro territorio, conocida como la Vía Heraklea o
Camino de Anibal que unía Castulo y los puertos mediterráneos.
(jt) Segura Verde.
(jt) Segura Verde.
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