sábado, 28 de noviembre de 2015

RECORRIDO POR LA HISTORIA EN LA SIERRA DE SEGURA (III)

Dentro del recorrido por la historia de nuestra comarca, en este tercer capítulo, nos encontramos con la huella que los pueblos Íberos dejaron en nuestras tierras. En esta simple. pero ilustrativa, reseña histórica queremos seguir avanzando por el conocimiento de pueblos y gentes que habitaron la comarca de la Sierra de Segura.

Tercera Parte.- IBEROS

Los Íberos eran grupos de pueblos que entraron a la Península desde África y habitaron las zonas más fértiles, al sur y el este de la Península Ibérica entre los S. VI a. C. y II a.C. Nunca mostraron uniformidad distribuyéndose territorialmente en diversos territorios aunque conservando características comunes que los diferenciaban de los Celtas, establecidos en la parte norte de la Meseta y el litoral cantábrico, y que tenían un origen centroeuropeo. Lo Íberos, aunque coetáneos de los Celtas, estaban más organizados y más avanzados culturalmente ya que habían recibido influencias de diversas culturas del Mediterráneo Oriental y también asumieron las enseñanzas de culturas autóctonas como la tartésica o la del Algar.
Pueblos Íberos 

En las tierras que conforman la actual Andalucía se asentaron diferentes pueblos íberos que conservaron una clara interrelación sin renunciar a su independencia organizativa y territorial. Así los Túrdulos ocuparon el norte de las actuales provincias de Huelva y Sevilla; los Turdetanos ocuparon un territorio más amplio que comprendía el sur de Huelva y Sevilla, la totalidad de la provincia de Cádiz y el extremo occidental de la de Málaga; los Bastetanos ocuparon el resto de la provincia de Málaga, toda Granada y Almería y la parte sur de la provincia de Jaén: mientras que los Oretanos completaron sus dominios con el resto de la provincia de Jaén y adentraron sus territorios en provincias vecinas manchegas. Es decir, nuestro territorio comarcal de la Sierra de Segura era punto de frontera o confluencia de Oretanos, Bastetanos y Contestanos que era otro pueblo que ocupó las provincias de Albacete, Alicante y Murcia; siendo por tanto punto de referencia y de importancia extrema en las relaciones comerciales entre estos tres pueblos íberos, ya que el corredor formado por el valle del Guadalimar era punto obligado de paso de las mercancías que iban y venían desde las estribaciones de Sierra Morena hasta los puertos mediterráneos.  Así pues, nuestra comarca se sitúa claramente entre las ricas zonas mineras de Sierra Morena y las zonas costeras del Mediterráneo.
Sacrificador de Bujalamé

Durante el año 1991 se realizaron estudios y prospecciones que vinieron a confirmar las teorías de tres grandes asentamientos. El primero sería el Castillo de Bujalamé, situado en una terraza fluvial sobre el Guadalimar cercana a Puente de Génave; otro sería Cabeza Grande en Siles o Collado de la Virgen en el término de Villarrodrigo. Pero por lo general no serían grandes asentamientos posiblemente por no existir grandes espacios propicios para el cultivo y ser zona fronteriza con el nivel de inseguridad que eso aportaba. Precisamente de Bujalamé es quizás uno de los hallazgos más significativos del arte íbero, muestra de ello es que se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid; nos estamos refiriendo al conocido como "Sacrificador de Bujalamé", un exvoto del S.V-IV a.C. de aproximadamente 15 cm. y que representa a un varón, personaje o sacerdote, vestido con túnica corta ceñida con un cinturón, dispuesto a degollar con un cuchillo curvo afalcatado un pequeño carnero que apoya en su rodilla elevada, mientras su otra pierna permanece sumergida en una corriente de agua. No se puede adivinar si representa una escena cotidiana o un sacrificio ritual que purificará las aguas donde se vertirá la sangre del animal.
Restos del castillo de Bujalamé


En general, el sistema de ocupación desde finales del S. V a.C. y el S. IV a. C. se mantiene igual que en épocas más antiguas, aunque algunas fortalezas dejan de ser habitadas, creándose otras, quizás en lugares más estratégicos que concentran población. Entre los asentamientos más importantes se hallaría el oppidum fortificado de Bujalamé que llegó a tener una extensión de más de 15 Ha. y que se ve rodeado por pequeños fortines como La Carrasquilla en La Puerta de Segura, el Cerro del Castillo en Torres de Albanchez o  el Castellón del Moro cercano al río Guadalmena. Hay que destacar que la ubicación de asentamientos varía poco en relación a épocas anteriores del bronce o de la cultura denominada del Algar, siguiendo el corredor natural del valle del Guadalimar para unir estas tierras de interior con las colonias costeras de Mastia, Akra-Leuke o Hemeroskopeion que fenicios, griegos y después cartagineses, con la fundación de Cartago Nova, establecieron en las costas levantinas, ya que su buen emplazamiento les permitía el control de las caravanas comerciales, contribuyendo decididamente este hecho a la riqueza de sus habitantes. Era una época en la que los metales eran esenciales para el desarrollo humano y la península tenía importantes yacimientos que servían de suministro a las potencias del Mediterráneo Oriental. Los puertos del levante peninsular eran lugar de salida de plata, estaño y también oro, además de materias primas como esparto, aceites y cereales.

De esta época son asentamientos íberos de Castellones de Ceal en Hinojares y Segura la Vieja en el término de Segura, o El Castellón en Santiago de la Espada. Es en este último lugar donde fue hallado un importante conjunto de piezas de orfebrería que reúne elementos muy interesantes en oro y metales diversos, como unos pendientes con una figura alada datados en la segunda mitad del S. III a.C.; un vaso en oro y más pendientes de la misma época; una sortija, una fíbula y tal vez también un catino del S. II a.C.; y por último dos pulseras del S. I a. C. También hemos encontrado en los yacimientos situados en nuestro entorno, y como clara muestra de nuestra fuerte influencia comercial que presentaban, algunas piezas de origen celta como un vaso, un brazalete y varias fíbulas. También en Santiago de la Espada está situada la necrópolis ibérica de las Quebradas y otra cercana al poblado del Castellón.
Tesoro del Castellón de Santiago de la Espada

Del final de la etapa ibérica se encuentra abundante cerámica en el Cerro del Castillo del Cortijo de las Fuentes en Benatae, pero si hay que destacar un hallazgo íbero en nuestra comarca, sin duda este sería el León de las Ballonas, llamado así por ser encontrado en este paraje del término municipal de Villarrodrigo, aunque arqueológicamente se denomine “León de Bienservida” al situarse su localización muy cercana a este municipio de la vecina provincia de Albacete, en cuyo Museo Arqueológico se encuentra expuesto. Se trata de un conjunto escultórico, posiblemente con finalidad funeraria, que trata de aglutinar el simbolismo de la fuerza del león junto a la cabeza de humana, lo cual daría significado a ciertas características personales del difunto uniendo superstición y religiosidad, además de demostrar una alta posición en la escala social de la época.
León de las Ballonas de Villarrodrigo


Todos estos pueblos fueron fácilmente dominados, primero por cartagineses y posteriormente por los romanos, ya que ambos fueron plenamente conscientes de la importancia del control de la ruta comercial que pasaba por nuestro territorio, conocida como la Vía Heraklea o Camino de Anibal que unía Castulo y los puertos mediterráneos.  

(jt) Segura Verde.

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