Es posible que muchos puenteños
desconozcan que el pasado 1 de diciembre comenzaron las obras de rehabilitación
de uno de los monumentos más antiguos de nuestro pueblo. Me estoy refiriendo a
la poco conocida ermita de San Blas que se encuentra en la parte posterior de
La Vicaría de Arriba. Reproducimos en nuestro blog un artículo escrito hace ya
unos años por nuestro alcalde DAVID AVILÉS PASCUAL que pretende dar a conocer
las particularidades de esta desconocida construcción que pronto podrá
contemplarse otra vez en todo su esplendor. Las imágenes de este artículo nos
las ha proporcionado nuestro amigo Luciano López Moya del Restaurante Cortijo
La Vicaría al cual agradecemos su colaboración.
LA ERMITA DE SAN BLAS
Por David Avilés Pascual
El día 28 de octubre de 1891,
prácticamente acabado de construir el Puente Nuevo, el Obispo de Jaén, D.
Manuel María González Sánchez, aprobó la creación de la Parroquia de San Isidro Labrador en Puente de Génave. La población estaba creciendo y merecía ya tener
una parroquia y un patrón. Y así fue.
No obstante, quiero aprovechar la
ocasión para hablar de otro santo patrón que tuvo y tiene gran cantidad de
devotos en toda la sierra, siendo el origen de esa devoción de aquí, de nuestro
pueblo, de Puente de Génave. Me estoy refiriendo a San Blas.
Según se nos cuenta, la talla que
representa a la figura de San Blas, fue hallada el 10 de febrero de 1565 por
los gañanes Juan José Sánchez y Antonio Ramírez en la cueva a la que
posteriormente se le puso su nombre que, como los puenteños/as sabemos, está
junto al río, por debajo del puente del Molino de la Terrera, al lado de la
Central.
Esta cueva estaba entonces al nivel del agua, pero los gobernantes de
la época concibieron un gran proyecto consistente en la modificación del cauce
del río, en esta y otras zonas, con el fin de hacerlo mínimamente navegable y
poder así transportar los troncos de pinos que, durante siglos los gancheros
conducían hasta Sevilla. El Rey de
España encargó este trabajo al ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli, que
inició las obras en 1559, aunque en esta parte del Guadalimar, el encargado de
las mismas fue el también ingeniero Timoteo Roch.
Estas tierras pertenecían a Segura de
la Sierra, aunque estaban en el área de influencia de la aldea conocida como
Lugar Puerta, hoy La Puerta de Segura. La cueva estaba en el límite norte de La
Vicaría, tierras entonces pertenecientes a la Orden de Santiago y lugar en el
que se reunían los vicarios de Villarrodrigo, Beas y Segura, que eran las
máximas autoridades eclesiásticas por aquel entonces en la zona.
El hallazgo provocó la decisión de
construir una pequeña ermita, costeada por suscripción popular, a no más de mil
varas de distancia de la cueva, es obvio que en orientación sur. El día de San
Blas, en pleno invierno, la imagen era procesionada desde la ermita a la cueva,
donde se le ofrecía una misa y permanecía allí hasta el anochecer en que se le
conducía de nuevo a la ermita. Acudían devotos de todos los alrededores,
incluso de Alcaraz, Povedilla y otras poblaciones manchegas. Pero, desde el
principio, hubo enfrentamientos y hasta peleas entre vecinos de La Puerta y de
Beas por la disputa de la propiedad del Santo, tanto por la ubicación de la
cueva, justo en el límite territorial de sus términos municipales, como por el
hecho de que los pastores autores del hallazgo eran cada uno originarios de
esas poblaciones. La parroquia de La Puerta se quejó al obispado de Cartagena,
del cual dependía este territorio a efectos eclesiásticos, y le solicitó,
alegando además las inclemencias meteorológicas de la fecha de la festividad en
pleno invierno, autorización para su traslado al pueblo, circunstancia que se
autorizó por lo que la imagen se trasladó a La Puerta de Segura. De tal modo
que ya a partir del siglo XVII, San Blas cambió de residencia.
Pero la ermita de La Vicaría continuó
en pie durante 250 años, concretamente hasta 1815, año en que afectada por un
grave incendio, siendo Mayordomos de San Blas, Adriano Bellón. Antonio Díaz,
Antonio Avilés y Cristóbal Ginés. Hoy, en su lugar, está el Cortijo de La
Vicaría que se levantó respetando parte de sus cimientos.
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