PREPARÁNDOSE PARA EL S. XXI
En los últimos días del mes de marzo de 1993, el Ayuntamiento
de Puente de Génave, ponía en conocimiento de la ciudadanía una actuación de
ámbito urbanístico que iba a transformar de forma considerable y evidente el
futuro de nuestro pueblo. Eran momentos de incertidumbre, donde el goteo
incansable de la emigración y una crisis económica provocada por el aumento del
precio de los productos energéticos, precisaban de decisiones valientes como la
adquisición de los terrenos de La Vicaría. Puente de Génave no podía permitirse
volver a perder el tren del progreso, como ya ocurrió allá a mediados de los 60
del siglo pasado con el proyecto inacabado de la línea de ferrocarril
Utiel-Baeza, y el Ayuntamiento debía tomar una iniciativa que podría suponer un
verdadero impulso para el desarrollo económico al tiempo que proporcionarían un
cambio considerable a la fisonomía de Puente de Génave. La posibilidad de
apertura a nuevas perspectivas económicas con la instalación de un polígono
industrial era de vital importancia para nuestro pueblo pues ya estaba en fase
de redacción el proyecto de construcción de la circunvalación de la carretera
nacional, que finalmente entraría en servicio en 1995, y los accesos a esta
área de desarrollo se debía planificar debidamente.
Vista aérea de Puente de Génave con la carretera de circunvalación. |
Planta envasadora de aceite en el Pol. Ind. La Vicaría |
PUENTE DE GENAVE. UN PUEBLO QUE PROGRESA
Todos sabemos que nuestro pueblo es
muy joven. Poco más de un siglo de existencia y no más de sesenta años como
municipio. También sabemos que tuvo un crecimiento espectacular en el primer
tercio del siglo y que también fue espectacular el despoblamiento que sufrió en
los años 50, 60 y 70; parejo al que padecieron la mayoría de los municipios de
nuestra tierra.
Un proceso que acabó con multitud de cortijos y aldeas y que
incluso hirió de muerte a algunos pueblos. El Puente, gracias a su privilegiada
situación geográfica, logró capear el temporal y ser así el que sufrió un menor
retroceso demográfico relativo, de entre todos los pueblos de la Sierra de
Segura, en el periodo mencionado. Ya a comienzos de los años 80, la población
empieza a estabilizarse y en la actual década a recuperarse. El Atlas Básico de
Andalucía, en sus datos de 1992, recoge que es el único municipio de toda la
mitad oriental de Jaén que aumenta, aunque ligeramente su población; en todos
los demás la evolución es negativa.
Gran “culpa” de que ello sea así la
tiene la carretera. La carretera es parte consustancial de este pueblo. Ello ha
hecho que la actividad económica esté más diversificada y que no dependa sólo y
exclusivamente del campo como ocurre en otros lugares. Hoy la Agricultura sigue
siendo en el Puente la principal fuente de ocupación, pero los servicios,
talleres, pequeñas industrias y hostelería son un sector cada vez más pujante.
En este sentido, la construcción de
la carretera de circunvalación no creemos que vaya a tener un efecto negativo,
sino, tal vez, al contrario. La transformación de la N-322 en una vía rápida y
en el futuro en una autovía, va a permitir que el tráfico se duplique en poco
tiempo, por lo que éste va a demandar más servicios. Lo único que ocurrirá es
que las instalaciones industriales y hosteleras estarán unos cientos de metros
más añejados del pueblo. Pero eso será todo.
Con la entrada en funcionamiento de
la planta envasadora de aceite en 1992, se dio un paso de gigante para la
creación de un sector de transformación de productos agroalimentarios en la
zona, hasta entonces prácticamente inexistente. Después, y estrechamente
relacionadas con la creación de la Escuela de Agricultura Ecológica, se van a
instalar a corto plazo otras industrias del ramo como envasado de miel y
fábrica de conservas ecológicas y encurtidos. Todo ello en el Polígono
Industrial La Vicaría, de reciente creación, donde hay ya alrededor de diez
proyectos en marcha de industrias y talleres, además de las ya existentes.
Paralelamente a este incipiente
desarrollo industrial, el pueblo está sufriendo una espectacular transformación
en su fisonomía urbana. Hay amplias y atractivas zonas de recreo, el paseo de
La Vicaría, ya urbanizado en una de las márgenes de la carretera y en estado de
obras en la otra; el Paseo del Río y el resto de las actuaciones que se están
acometiendo en las márgenes del mismo; la nueva Plaza de la Constitución, aún
no concluida y la transformación del último tramo del Arroyo de Peñolite, tras
su embovedado, para convertirlo en un espacio de usos múltiples que engloba a
un paseo, un auditorio al aire libre, recinto para realización de verbenas
populares y parque infantil a la vez que se elimina un obstáculo natural y se
propicia la extensión del pueblo en dirección a La Vicaría.
También se está intentando recuperar
nuestro patrimonio histórico. El Puente Romano, más conocido entre nosotros por
Puente Viejo, está siendo restaurado y existe un ambicioso proyecto para
restaurar también, a través del Programa Leader de la Unión Europea, alguno de
los molinos harineros existentes para convertirlo en museo-posada-albergue y
así como también en las Torres de Peñolite.
Estamos pues inmersos en un
prometedor e ilusionante proyecto de futuro para el Puente. El asentamiento,
lugar de frontera entre tres provincias y entre dos sierras, nos proporciona
inestimables instrumentos que, bien aprovechados, pueden hacer de nuestro
pueblo lo que todos los puenteños hemos soñado alguna vez, un pequeño centro
industrial y comercial en el que convivan armónicamente lo rural y lo urbano,
modernidad y tradición, pasado y futuro. Un pueblo de todos los puenteños y para
todos los puenteños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario