En la Semana Santa de 2014, publicamos un escrito basado en las recopilaciones realizadas por nuestro paisano Pablo García González. En ellas se nos ofrecía una fiel descripción de las celebraciones de nuestra tradicional Semana Santa Puenteña, tal y como nuestros padres y antepasados las vivieron en otras épocas.
Ya en aquella ocasión se describió con todo detalle el primero de los tres actos procesionales, es decir, el Prendimiento de Jesús Nazareno en el Cortijo de la Ánimas, o “Emprendimiento” que era como nuestros antepasados lo solían popularmente llamar. Ahora afrontamos la descripción del segundo acto, el "Encuentro", que se continúa celebrando con otras características y particularidades, en la mañana de Viernes Santo.
Es cierto que nuestra Semana Santa ha evolucionado, es cierto que nuevos aires de modernidad la han invadido, sin saber bien con qué intencionalidad, es cierto que sus actos pueden haberse enriquecido; pero no sería nada desdeñable que sus máximos responsables, indudablemente encabezados por nuestro cura párroco, volvieran la vista atrás y recuperaran, total o parcialmente, la escenificación que dio personalidad y particularidad, durante tanto tiempo, a nuestra tradicional Semana Santa.
Todo es posible y además compatible, sólo hace falta capacidad de adaptación y voluntad de esfuerzo para crear una extraordinaria Semana Santa Puenteña, que con base en la tradición, evolucione con paso firme hacia el futuro.
Nuevamente hacemos un llamamiento a toda esa gente que se ocupa y se preocupa por nuestra Semana Santa, pues estamos convencidos que estos planteamientos que nos acercan más a nuestras raíces culturales, serán comprendidos y entendidos, desde el diálogo y el trabajo, para, sin dejar de progresar con las diversas iniciativas que se han llevado a cabo, no dejar en el olvido aquello que nos caracterizó y dio personalidad a nuestra Semana Santa.
Todo es posible y además compatible, sólo hace falta capacidad de adaptación y voluntad de esfuerzo para crear una extraordinaria Semana Santa Puenteña, que con base en la tradición, evolucione con paso firme hacia el futuro.
Nuevamente hacemos un llamamiento a toda esa gente que se ocupa y se preocupa por nuestra Semana Santa, pues estamos convencidos que estos planteamientos que nos acercan más a nuestras raíces culturales, serán comprendidos y entendidos, desde el diálogo y el trabajo, para, sin dejar de progresar con las diversas iniciativas que se han llevado a cabo, no dejar en el olvido aquello que nos caracterizó y dio personalidad a nuestra Semana Santa.
Introducimos un vídeo de Miriam Teruel Endrino realizado en el Encuentro del año pasado 2015.
https://youtu.be/Ud-hZQgRzRU
https://youtu.be/Ud-hZQgRzRU
EL ENCUENTRO
El Viernes
Santo, muy temprano, cuando el sol apenas si tenía un poco de fuerza para
iluminar un nuevo día, salían de la iglesia dos procesiones que recorrían
itinerarios diferentes. La primera formada solo por mujeres, llevaba la imagen
de la Dolorosa, mientras que la otra, donde solo participaban hombres, llevaba
la imagen de Jesús Nazareno cargado con la cruz y custodiado por soldados
romanos que, como ya se ha explicado, lo habían apresado la noche de Jueves
Santo en esa escenificación que tenía lugar en el Cortijo de las Ánimas.
Tras
recorrer diferentes calles del pueblo, ambas procesiones coincidían en la plaza
de la Iglesia. Todos los participantes en este acto, mostraban su gran emoción
por lo allí representado, que no era otra cosa que mostrar la desesperación de
una madre que deambulaba por las calles del pueblo en busca de su hijo que
había sido condenado a muerte y caminaba hacia su calvario. Ambas imágenes, al
encontrarse, se detenían una frente a la otra, quedando inmóvil la imagen de
Jesús Nazareno, al tiempo que se abría un pasillo por el que avanzaba
rápidamente la imagen de la Dolorosa hasta quedar a escasos metros de la imagen
que sustentaban los hombres, pues ese era el momento en el que la guardia
romana se interponía entre ambos, entrecruzando sus lanzas y al grito de “se
prohíbe el paso, Señora”.
A
continuación retrocedían las personas que portaban las andas de la Virgen de
los Dolores y, tras unos instantes de quietud, volvían a intentar el
acercamiento hasta la imagen de Jesús Nazareno, reproduciéndose la misma escena
acompañada del mismo grito.. ”se prohíbe el paso, Señora”. Nuevamente la imagen
de la Dolorosa retrocedía ante el impedimento de la guardia romana.
Evidentemente se producía un tercer intento de acercamiento de las dos imágenes
que producía la misma consecuencia y el mismo grito por parte de la guardia
romana.. “se prohíbe el paso, Señora”, pero en esta ocasión aparecía de entre
las personas presentes la figura de una ángel que gritaba con voz contundente..
“bajad las armas, sayones”… momento en el que las dos imágenes quedaban pegadas
la una a la otra.
El encuentro se había producido y en
ese instante se producía una leve inclinación de la imagen del Jesús Nazareno
que, a modo de reverencia, aparecía así ante su madre antes de iniciar su
camino hacia el Calvario. Acto seguido se iniciaba una procesión conjunta por
la calle San Isidro abajo como simbolismo de ese camino hacia el martirio,
siendo el final del recorrido otra vez la iglesia.
De esta forma tan gráfica se ponía
fin al segundo acto de la semana santa de Puente de Génave, el llamado
encuentro glorioso, que había sido precedido, la noche anterior, por el
prendimiento y que tendría continuidad el domingo con la escenificación de la
resurrección.
Se decía y dice,aunque hace algunos años que no lo presencio:"Se probide el paso Señora" y esas palabras las pronunciaba en los años 50 y los primeros de los 60 un hombre que todos los años se disfrazaba e interpretaba en las procesiones el papel de Satanás
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