La Plaza de Toros de Pozo Romero. Singular muestra de arquitectura en la Sierra de Segura.
Situada en la zona más septentrional
del Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y las Villas, próximo al
Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, prácticamente en el
límite provincial entre Jaén y Albacete y a más de 1.400 mts. de altura, pero
perteneciente al término municipal de Siles, se encuentra este tesoro
arquitectónico único en la provincia. Este paraje de Pozo Romero, conocido por ser
lugar donde se registraron 14,9º, que a día de hoy, es la temperatura más
gélida histórica de toda Andalucía, es lugar recorrido por montañeros,
senderistas y amantes de la micología, que buscan en sus recónditos caminos la
tranquilidad que se aleja de las zonas más turísticas del Parque Natural de las
Sierras de Segura, Cazorla y las Villas aunque tenga lugares únicos como la cercano
y sorprendente robledal de la Torca de los Melojos en el Parque Natural de los
Calares del Mundo.![]()
Situación geográfica del Paraje de Pozo Romero
La actividad ganadera de reses bravas
fue protagonista en estos parajes hasta no hace tanto, vivencias que rememora
Agustín, hijo de Pedro Cátedra Herreros y que tuvo, entre otros, a personajes
como Emilio García “El Ronco” (1913-1988), natural de Tus (Albacete), mayoral
que trabajó para ganaderos míticos como “El Quinquillero” y “José Santaolaya”.
Esta actividad ganadera precisaba de un recinto donde realizar tareas
selectivas y tentaderos por lo que se precisó de la construcción de un recinto,
una plaza para que las reses se sometieran a ese proceso selectivo. Los
materiales para realizar dicha construcción no podían seguir los cánones
lógicos pues lo apartado del lugar hacía muy difícil recurrir a la construcción
regular por lo que se optó por un recurso abundante en la zona como era la
piedra. Se trata, pues, de una plaza de toros construida íntegramente con
piedra seca. La construcción de arquitectura tradicional solo tiene parangón
con el coso de Villanueva del Rosario (Cádiz), lo que representa que se trate
de una construcción única en Andalucía, España y el mundo.
Vista global de la plaza de toros.
A falta de un estudio histórico sobre
sus orígenes, se sabe que la estructura data, como mínimo del siglo XIX, aunque
puede ser anterior. El coso se ubica en una finca de titularidad privada y, que
se sepa, no cuenta con protección alguna. Es un vestigio vinculado con la
ganadería brava, motivo por el cual se construyó mediante la técnica de la
mampostería, que consiste en poner una piedra sobre otro sin cemento ni
argamasa. Los propios ganaderos se encargaban de su reparación. El estar en un
emplazamiento tan recóndito ha facilitado que se conserve, pero a su vez lo
expone a la amenaza del vandalismo..jpg)
Señalización del paraje Pozo Romero en Siles
La plaza consta de varias estructuras
superpuestas. Es un portento de arquitectura popular, una obra colectiva, de
los propios lugareños o ganaderos, sin autor ni constructor conocido. Un ruedo
perfecto, al que se unen una especie de corralones, también circulares, pero
más pequeños, denominados popularmente como “ollas”, y la zona desde donde las
reses eran “embarcadas”, en épocas más recientes, hacia los camiones cuando los
festejos eran relativamente lejos de este punto de la comarca natural de la
Sierra de Segura, pues tradicionalmente eran guiadas por los caminos a caballo
por los mayorales. Más que como coso, aunque también se hacían capeas, la
finalidad del complejo era guardar el ganado y proceder al herrado o marcado.
Se cree que, como mucho, estuvo en pleno uso hasta los años 90 del siglo pasado.
Corrales anexos a la plaza
Uno de los grandes conocedores del
lugar es el sileño Pedro Cátedra y su familia, afincada desde hace décadas en
Segura de la Sierra, nos evoca las excursiones, durante su infancia y su
juventud, de las gentes de Siles hacia esta zona alta y solitaria de la Sierra,
especialmente en verano. Eran épocas vinculadas a personajes míticos de la
actividad pecuaria como El Quinquillero y Santaolaya. Igualmente subían
residentes en el cercano valle albaceteño del Tus, perteneciente a Yeste. Por
allí había un camino, con múltiples usos, que conducían hacia los célebres
baños de Tus y los Calares. Las concentraciones en la época estival eran todo
un acontecimiento, pues se organizaban “quedadas” donde música, la comida y,
sobretodo, la bebida eran los elementos dominantes, en un entorno serrano, con presencia
también, en ocasiones, de reses bravas, donde se podían juntar más de
trescientas personas en estas celebraciones. Eran fiestas muy populares,
recuerda Pedro en torno a las jornadas de finales del verano en las que se
marcaban los astados.
Pedro Cátedra alimentando a las reses
El sileño lamenta que todo esto ha
pasado de ser un centro importantísimo a quedar en el más absoluto abandono.
Ahora lo frecuentan los senderistas, cuyas rutas suelen tener aquí la meta. Por
allí discurre el PR-A 78, un itinerario circular que va de Siles a Peñalcón. De
aquellos años de plenitud de la plaza de Pozo Romero, Pedro Cátedra conserva
unas fotografías en las que da de comer a los novillos, pues al morir la vaca el
mayoral lo tuvo que alimentar a base de biberón. Aunque el animal era bravo se
le podía llegar a acariciar y a darle comida. Igualmente era una atracción
cuando se activaba la bomba del agua, ruido que las reses identificaban, no
dudando en acercarse con calma para beber..jpg)
Pedro Cátedra con el ganado
Entonces había menos festejos
taurinos que ahora. Los ganaderos, al vender a los animales, se abastecían para
pasar el invierno, sostiene. Eran tiempos distintos, en los que confluían en
este punto personajes que incluían toreros, novilleros, vaqueros, gañanes y
mayorales. Era todo un modo, muy sacrificado, de vida sin días de descanso y
con exposición total al frío intenso, el viento, la nieve y la lluvia. Allí, ahora mismo, ya solo queda algo
de ganado ovino. El entorno es muy inhóspito, lo que se nota en la escasez de
vegetación y en lo lento que crece. En Pozo Romero se produce, acrecentado por
la altitud, el fenómeno de la inversión térmica, que hace que el aire frío, al
ser más pesado, se acumule en la hondonada. Eso hace que incluso en verano se
registren temperaturas extremas, incluso con heladas en julio y agosto. No muy
lejos se localiza la preciosa laguna de Bonache, un singular ecosistema
acuático a cerca de 1.300 metros de altitud.Laguna de Bonache o de Siles
La población se asentaba en las
viviendas aisladas o agrupadas situadas montaña abajo, tanto en la parte de
Albacete como en la de Jaén, en Siles, en lugares tan afamados antaño como
Vegabayona. Hoy en día no existe nada que pueda hacer pensar en la vida que
tenían estos parajes antaño, pues casi todas esas edificaciones están derruidas
o, como mínimo, deshabitadas; está claro que el despoblamiento se cebó en estas
aldeas. Una verdadera lástima que no hayamos sabido preservar nuestra historia
y nuestro pasado que no merece recaer en el lecho del olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario