LA SEMANA SANTA SERRANO-SEGUREÑA
Por José Ant. Molina Real ( jt )
Dentro del calendario festivo de
nuestro país adquiere un lugar destacado, junto con las fiestas navideñas, la
celebración de la Semana Santa. Unas fechas que se abren a la nueva estación
primaveral y que se viven siempre con dos premisas básicas, la de la tradición
y el fervor popular.Vía Crucis viviente en Segura de la Sierra
La Semana Santa adquiere
características similares en todos los municipios españoles, pero en cada uno
de ellos se le aportan particularidades surgidas a lo largo de los tiempos. En
todos ellos se trata de un tiempo de reflexión centrado en la Pasión de Cristo
que se pretende reproducir a través de una variada iconografía centrada en las
numerosas imágenes de vírgenes y cristos que son venerados en los diferentes
pueblos. Nuestra Sierra de Segura no escapa a esa tradición con celebraciones
cargadas de singularidad que las convierten en únicas.
Procesión del Santo Entierro. Santiago-Pontones |
En Puente de Génave se producen
diversas procesiones que comienzan con la de la Virgen de los Dolores,
procesionada íntegramente por mujeres, el mismo Viernes de Dolores, destacando
los llamados “encuentros”, uno el Viernes Santo recién amanecido el día con la
venerada imagen de Nuestro Padre Jesús de Nazareno se encuentra en medio del
silencio con la Virgen de los Dolores y el de Domingo de Resurrección,
procesionando al Cristo Resucitado, en medio del júbilo y el sonido de los
tambores y trompetas. En Génave con la procesión del Santo Entierro o el
Domingo de Resurrección con la del Cristo Resucitado, San Juan y la misma
Virgen del Campo patrona de la localidad, con el emocionante encuentro en “la
Placeta”. También Hornos, Benatae, Villarrodrigo o Santiago-Pontones celebran
actos solemnes y muy arraigados en la tradición local, con peculiares y muy
sentidas procesiones que representan, en medio del fervor popular, la más pura
tradición que sus ciudadanos mantienen, año a año, con marcado entusiasmo.Encuentro Doloroso. Puente de Génave
Como queda bien claro, toda esta serie
de imágenes que representan en la Semana Santa vienen a ser una muestra visual
de los acontecimientos de la Pasión y Resurrección de Cristo, que conservan una
base y fundamento medieval donde estas representaciones a nivel visual
acercaban más fácilmente, a una población sumida en la incultura, hacia las raíces
del Cristianismo. Era visionar lo que decían las Sagradas Escrituras,
representando a través de toda esa iconografía lo que se predicaba en las
iglesias, dando así muestra de veracidad. De esta simple forma, y una vez en el
S. XVI consagradas la formación de las diversas cofradías, donde se inicia esta
tradición que llena las calles de nuestra España y, por supuesto, la de los
pueblos de nuestra Sierra de Segura.Domingo de Ramos en Torres de Albanchez
Pero la Semana Santa tiene además
otro tipo de connotaciones que traspasan lo estrictamente religioso. Es una
realidad que desde los años 60 del siglo pasado, nuestra Sierra de Segura,
sufrió un gran despoblamiento a causa de una emigración que buscaba en otros
puntos de España esas posibilidades económicas que difícilmente en sus tierras
podían encontrar. Provincias de Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares,
Madrid o incluso el País Vasco recibieron a aquellos osados serrano-segureños
que con su esfuerzo y trabajo lograron abrirse camino en esas tierras que los
acogieron. Pues bien, la Semana Santa se convirtió en motivo, por no decir
excusa, para el regreso a sus pueblos, el encuentro con familiares y amigos,
motivo para abrir corazones a los recuerdos y también para que sus hijos,
nacidos ya en esos nuevos lugares, conocieran los lugares por donde sus padres
habían crecido. Esa tradición del regreso al pueblo se consolidó de tal forma
que después fueron los hijos, y después los nietos, de aquellos primeros
emigrantes los que regresan para convivir con sus paisanos y así romper con sus
dinámicas y rutinas de trabajo en sus lugares de residencia.Potaje de Vigilia
Y por último, no puede faltar, en estas celebraciones el
aspecto gastronómico. Un aspecto que tiene su principal exponente en el típico
potaje de vigilia con garbanzos, espinacas y su base de bacalao; como también,
el bacalao, es el principal ingrediente de las ricas croquetas. Pero si hay
algo que protagoniza las elaboraciones tradicionales de la Semana Santa son los
diversos, particulares y muy ricos postres. Aquí debemos señalar las típicas
torrijas, la leche frita, los tradicionales hornazos, los roscos fritos, los
panetes, los pestiños o sabrosas flores.Panetes de Senama Santa
Este breve recorrido, que pone de
manifiesto la variedad de la Semana Santa serrano-segureña, que empieza con sus
actos el Viernes de Dolores y finaliza el Domingo de Resurrección, quizás no
sea extremadamente importante como para alcanzar calificaciones que le den
renombre a nivel provincial o nacional, pero que a nadie le quepa la menor duda
que son celebraciones que surgen de las raíces del pueblo, muchas de ellas que
se pierden en los confines de la memoria, que conservan el tipismo y la
tradición y que año a año se convierten en referente imprescindible en la vida
de cada uno de nuestros pueblos, porque la base de nuestra tradición se
manifiesta en las celebraciones populares, las que inundan las calles y
traspasan las puertas de las viviendas, las que surgen de la colaboración vecinal
y las que provocan, en cada uno de nuestros pueblos, un orgullo y un
sentimiento diferenciador. Cada celebración y fiesta, como en nuestro pueblo en
ninguna parte, y la Semana Santas no iba a ser una excepción.
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