Es una evidencia para todos que este año nos va a faltar vivir las sensaciones y diversas emociones que representa, para todo puenteñ@, la celebración de San Isidro. Estas fechas las tenemos muy presentes en nuestro particular calendario y soñamos durante el resto del año con vivir nuestro "sanisidro" con especial intensidad. Las circunstancias sanitarias han provocado la suspensión de los actos festivos pero eso no significa que cualquiera que se sienta vinculado a Puente de Génave sienta, en ese rinconcito de su corazón, las vibraciones y sentimientos encontrados que, cada año, nuestro San Isidro, nos proporciona en cada uno de sus actos y momentos. Por eso, y aunque sea viviendo esta anormalidad socio-sanitaria, todos los puenteñ@s gritaremos ese día ¡¡¡ Viva San Isidro !!!
Desde el blog queremos darle a nuestra festividad el protagonismo que las circunstancias han querido quitarle, y por eso reproducimos aquí el artículo firmado por Pedro Ruíz Avilés en el que hace una loa representativa del significado de San Isidro para Puente de Génave.
EL SANTO
PATRÓN
Para mí, en mis años más juveniles,
la imagen de San Isidro de nuestra parroquia de Puente de Génave representaba a
un hombre erguido, fortachón, con pinta de guerrero, una semblanza adusta, y
agarrado a una desmesurada reja de arado romano y desentonando al lado de unos
angelitos enanos labrando con una minúscula yunta de bueyes en unos ingratos
secarrales de La Mancha medieval.
Cuando, años más tarde, marché a
estudiar a Madrid, supe que esa imagen era muy diferente a la que se venera en
una urna mortuoria en la Colegiata de San Isidro madrileña: San Isidro era
también zahorí, taumaturgo y “hacedor de lluvias”. Una imagen más próxima a la
que el 15 de mayo veneramos en nuestro pueblo, o sea la de un buen campesino
mozárabe que consumió sus días fatigado por la dureza de su trabajo y de mirar
al cielo esperando paciente una lluvia que tarda en llegar y que, a menudo,
llega en forma de tormenta destructora. En definitiva, como un símbolo genuino
del hombre del campo y un labrador sestero dormitando “en contacto con la
naturaleza¨ bajo la sombra de un chaparro, junto a un pozo medio seco y un
botijo de barro colorado. Un sabio de lunas dotado de filosofía senequista
aguardando a los acontecimientos, relevado de vez en cuando en su duro oficio
por una pareja de ángeles antes de que su patrón, Iván de Vargas, le llamara
bruscamente la atención ...
Sin embargo, y objetivamente
hablando, el San Isidro de estos tiempos que vivimos parece estar bastante
fuera de tiempo y de lugar, aunque los escasos agricultores y ganaderos que
restan sí comparten sus penurias y sentimientos. Tampoco los fastos y rogativas
de estos tiempos isidriles apenas ostentan similitud con los tiempos medievales
en que el santo vivió. Por ejemplo, la misa y la romería difieren de la de los
años cincuenta. Sí aquella de tiempos de
D. Pedro y en que ocupaba la sagrada cátedra¨ el canónigo D. Manuel Sánchez y
Sánchez quien se extasiaba hablando de los numerosos ¨milagros de nuestro
patrón agricultor¨. Eso sí, aun acuden a
la ofrenda, como antaño, niños y niñas vestidos de pastores y pastoras con sus
ramos de flores, ramas de olivo y, muy raras espigas del otro año. Ahora hay
una flamante coral que le canta loas y un himno ¨cosecha local¨, y ¨Los
Pizarrines”, o familiarmente para nosotros ¨Los Pajeros¨ por su origen
genavero, aunque disminuido su número amenizan puntualmente el largo recorrido
de la romería, aunque probablemente el año próximo año serán sustituidos por
nuestra flamante banda de música…Y los que no faltan son el pueblo más los
puenteños allegados acompañando en masa en un gesto más atávico que de devoción
o recuerdo a sus orígenes. Aunque ya no hay disputas por llevar las andas, ni
estas se llenan de peladillas, y algún que otro billete invocando una promesa.
Lo cierto y verdad es que la
fiesta de San Isidro que pronto celebraremos será más bien un paréntesis anual
en nuestra vida local que una celebración conmemorativa o piadosa hacia un
Santo Agricultor y Milagrero. Desaparecida la feria, y casi siempre el circo,
serán los cochecicos, la noria y los caballitos para el público infantil, y las
vaquillas, el tapeo, la verbena y los churritos para los mayores los ejes
fundamentales ahora de nuestras fiestas. Evidentemente bastante alejadas
respecto al fin y la representación de lo que eran antiguamente en los ya
lejanos años cincuenta.
Entretanto los representantes
activos y todavía vivos de aquellos labradores y “aceituneros altivos¨ de
mediados de siglo, continuarán escrutando al cielo por si lloviera y, además de
alimentar de la bendita agua su tierra el tiempo les permitirá darse ¨una
alegría¨ tomando un par de cervecitas con la parienta y algunos ¨isidros¨
recién aterrizados a las fiestas. E igualmente deseando que estas fechas
festivas transcurran pronto pues se le hace ya muy tarde para ¨curar de arriba¨,
e ir al banco a cobrar la paguilla más el ¨anticipo¨ a cuenta de la cosecha que
entrego´ en la cooperativa hace casi un semestre. Y es que ser agricultor, o
trabajar en el campo, aunque este sea el que nos alimente, amigos y paisanos,
ciertamente no está de moda. ¡¡Qué no tengamos que lamentarlo!!
PEDRO RUIZ AVILÉS.
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