Aunque parece que no ha pasado tanto tiempo, lo cierto es que, desde aquel día de mayo de 2004, son muchas las vivencias y circunstancias personales y profesionales que han acompañado a este puenteño de corazón, que no duda en ejercer como tal y que demuestra día a día su pasión y amor por su pueblo. Nos referimos a Paco Teruel, afamado y reconocido modisto de alta costura establecido en Elche (Alicante) y que ha sido capaz de hacerse un merecido hueco en la alta costura a nivel nacional. Numerosas son sus propuestas en pasarelas nacionales así como, siempre fruto de un trabajo entusiasta, llegar a vestir a modelos y famosas de nuestro panorama social. En esta ocasión, supo llevar todo ese "glamour" a su pueblo y sin miedo afrontó el reto de articular un extraordinario desfile de sus creaciones, lucidos por las modelos de enorme prestigio, para que su pueblo y sus gentes pudieran disfrutar de su capacidad creativa y de su verdadero talento. Hemos ilustrado el artículo con numerosas imágenes que rememoran aquel esplendoroso día, ese día, sin duda, en que Puente de Génave se convirtió en centro de la alta costura.
EL DÍA QUE LA ALTA COSTURA INVADIÓ PUENTE DE GÉNAVE.
EL DÍA QUE LA ALTA COSTURA INVADIÓ PUENTE DE GÉNAVE.
Paco Teruel (jt)
Ya había acabado todo, las luces
dejaron de iluminar aquella simple pasarela y la gente de mi pueblo volvía
lentamente a su casa. Compartía con vecinos y amigos comentarios que dejaban
entrever su sorpresa y aunque muchos no acababan de entender las
particularidades del mundo de la moda, ciertamente manifestaban una sana
satisfacción por haber asistido a un evento que sitúo a Puente de Génave en el
centro de ese, aparentemente extraño y fascinante, mundo de la alta costura.
Todo se había programado para dar
mayor realce a las fiestas patronales en honor a San Isidro Labrador de 2004.
Es indudable que para mi suponía un reto organizativo al tener que desplazar
todo un entramado logístico a mi pueblo pero toda dificultad se había salvado
con enormes dosis de ilusión. Esas fiestas habían comenzado unos días antes, el
12 de Mayo, que también resultó un día entrañable para mí, ya que tuve el
orgullo y la responsabilidad de protagonizar el preámbulo festivo al ser el
encargado, por el Ayuntamiento, de realizar el pregón anunciador de esas
fiestas patronales, un verdadero privilegio que muchos puenteños anhelan.
Se acababa el día de San Isidro y todavía
me quedaba coordinar el desmontaje de aquel complejo evento, tarea no siempre
fácil, y aunque no era un novato en esos menesteres, en esta ocasión se
complicaba aún más por haberse realizado salvando, con mucho ingenio y
voluntad, las no siempre fáciles condiciones de un local como el edificio Siglo
XXI que el Ayuntamiento había tratado de acondicionar para tal ocasión. Ya
habían pasado las prisas, los agobios y los inconvenientes de última hora y
todo había salido a la perfección.
Nadie podía imaginar cuando salimos
de tierras mediterráneas en aquel pequeño autobús que había contratado Mª
Carmen, mi asistente y relaciones públicas al tiempo que fiel compañera de
aventura, que salvaríamos todas las dificultades con muchísima ilusión. Os
podéis imaginar que la búsqueda de complementos, zapatos, coordinar a
peluqueros y maquilladores para que dieran sus últimos retoques a unas
preciosas modelos a las que, las cinco modistas desplazadas, trataron de
adecuar con mucho acierto cada uno de los vestidos de mi nueva colección; en
fin, mil y un detalle que habían supuesto un verdadero quebradero de cabeza y despertado
en mi cierta ansiedad. He de reconocer la implicación y entrega de todos y
sobretodo la enorme profesionalidad con la que aquellas quince modelos pasearon
radiantes mi creación dándole una vistosidad inusitada a una colección que con
gusto e intencionalidad titulé “El Sur”.
Había cumplido un sueño y mi pueblo
había soñado conmigo. Noté con cierta facilidad la cercanía de la gente, esa
gente que, desde su sencillez, trasmite valores, incluso puedo atreverme a
pensar que la mayoría de ellos se sintieron orgullosos de la dimensión creativa
que un paisano suyo había llegado a conseguir.
Necesitaba un momento de respiro, un
momento de reflexión, un momento de intimidad para mirar atrás. Sentarme sobre
la misma pasarela fue instintivo pero al tiempo significativo. Efectivamente,
la pasarela siempre ha sido mi apoyo, mi sentido de vida, mi vocación y esa
ladrona que te quita el tiempo pero que te da vida. Allí estaba yo, el hijo de Matías Teruel y Lola Galarzo,…sí,
ese chiquillo que corría y jugaba frente a su casa en la calle del Arroyo, ese
chiquillo que durante toda su infancia vivió y sintió pueblo por cada poro de
su piel, que siempre estaba merodeando, junto con su hermano mellizo Miguel, la
Plaza de la Iglesia por si el cura les necesitaba para, como monaguillo,
asistirle en cualquier misa o entierro, que reía y disfrutaba con sus amigos y
que fue, a medida que pasaban los años, percibiendo que la vida en su querido
Puente de Génave se hacía difícil, que los caminos se iban cerrando y que había
que buscar una nueva perspectiva de vida. Así fue como la familia se desplazó a
Elche, donde las oportunidades fueron mayores, aunque nuestro recuerdo quedó
allí, en el pueblo, prisionero en nuestra casa, en nuestra calle, en la familia
que decidió quedarse y en ese paisaje de olivo que siempre evoca Puente de
Génave. Fue un 20 de junio de un ya lejano 1977, día que jamás olvidaré.
Los principios fueron extremadamente
duros, envueltos en una nueva dinámica de vida, conviviendo con gente extraña,
con una dimensión de vida diferente y con unas costumbres distintas. Os podéis
imaginar que superamos esa etapa a base de endurecer nuestro corazón, aportando
ante la adversidad sacrificio y empeño. Mi padre encontró un nuevo trabajo, mi
hermano mayor Jose derivó también al mundo laboral y Miguel se especializó en
trabajos relacionados con la pintura de vehículos y Rafa, el pequeño, y yo
seguimos la voluntad de nuestros padres, el camino del estudio y la formación,
concretamente yo estudios de administrativo cuando apenas contaba con 15 años.
Realmente no era algo que me motivara, reconozco que perdía mucho tiempo con
mis dibujos que vestía con multitud de formas y colores, se me daba
particularmente bien la creatividad dentro del mundo de la confección, en particular
en la camisería y pantalón de hombre, especialmente vaquero, por lo que pronto
centré mi actividad en el diseño y creación de este tipo de ropa.
Se podría decir que en el mundo de la
moda soy autodidacta, que no realicé ningún tipo de estudio, preparación o
enseñanza en este ámbito, pero era un mundo que siempre me había fascinado. Con
mucho sacrificio y no sin escuchar diversos consejos en un sentido y otro,
decidí convertirme en un emprendedor. Monté una tienda de confección en una
calle céntrica de Elche, siendo aquellos momentos iniciales llenos de
incertidumbre y de problemas. La vida me ha ido demostrando en diversas
ocasiones que ante las adversidades sólo hay una solución y que no es otra que
sacar ese coraje, esas ganas y ese ímpetu, posiblemente importado de mi
genética andaluza, para afrontar con trabajo y esfuerzo cada situación. Fue
allí, cuando el tiempo me lo permitía, donde hacía mis propios diseños, hacía
patrones, los cortaba y se los llevaba a casa de las modistas para que le
dieran forma y poder vender un producto totalmente creativo y original. Ese
esfuerzo y trabajo dieron fruto y pronto pude montar mi propio taller de
confección, justo enfrente de la tienda, lo cual me facilitó su control. Así,
poco a poco, aportando frescura, creatividad, ingenio y mucho atrevimiento
llegué a oído de muchos y buenos clientes, a los que estoy enormemente
agradecido.
El siguiente paso no dejó de ser un
atrevimiento propio de la confianza y seguridad que aporta el creer en tu
trabajo y conocer tus capacidades. El reto sería presentar una nueva colección
en el Gran Teatro de Elche, tocar el mundo de la pasarela y coordinar todo el
complejo engranaje que un evento de ese tipo precisa. Los miedos, las dudas y también
las nuevas emociones fueron mis compañeras, y aunque he de reconocer que ese
temor inicial a no despertar el interés de la gente me aterraba, la respuesta
fue unánime y ese sueño que todo creador tiene de ver su obra reconocida por
los demás, se vio sobradamente cumplido.
Desde entonces todo ha sido más
fácil, las sucesivas colecciones han llegado al público de forma regular y
aceptadas todas ellas de manera exitosa. He vestido a famosas modelos,
actrices, mises o majas a nivel nacional o internacional como Carolina
Cerezuela, Vanesa Lorenzo, Mercedes Sampietro o la mismísima Terele Pávez; se
podría decir en esa jerga actual que me he “currao” mi prestigio en este
mundillo tan complejo, y precisamente por ese motivo, ahora estoy aquí, en mi
pueblo, en mi querido Puente de Génave, ofreciendo a mi gente, a modo de
homenaje, mi trabajo y mi creatividad, pues quiero devolverle la consideración
personal que siempre me han ofrecido sus gentes, que sin lugar a dudas también
son mis gentes.
Cuando al finalizar la presentación
he subido a la pasarela, rodeado de esas bellas modelos que vestían mi nueva
colección, y la gente de mi pueblo puesta en pie me ofrecía sus aplausos yo
recibía con ellos su entusiasmo y calor. Cada aplauso y cada felicitación la
llevaré guardada en mi corazón para siempre junto con una enorme gratitud hacia
mi pueblo y mi gente, por hacer posible que sienta como verdadero privilegio el
pertenecer a esta comunidad que se llama Puente de Génave.
Todo este pensamiento se producía al
tiempo que algunos cuchicheaban, siempre con una sana curiosidad, eso tan usual
en nuestro pueblo:
-“este Paco Teruel, de qué familia es?....” y tras un
silencio, llega la respuesta…..
-“hombre, lo tienes que conocer…es el hijo de Filo, el
herrador, el de la calle del Arroyo”
Mayo 2004
Mayo 2004
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